TUNING: Ramón Gabarrós y su Volvo FH medieval

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Un camionero de tradición

Ramón lleva media vida conduciendo camiones, no es de extrañar, su padre, su abuelo y su bisabuelo ya fueron transportistas, aunque no a todos ellos pudiéramos llamarlos camioneros, pues el primero de ellos trabajó con carros y tiros de animales.

Por Joan Garriga

La decoración que luce este Volvo FH es un homenaje a los antiguos caballeros Cátaros que pisaron estas mismas rutas.

Con tanta tradición a cuestas no es de extrañar que este transportista trabaje al volante de un impecable Volvo que luce una decoración de lo más histórica. Y es que como el propio Ramón nos indica para él su camión es mucho más que un oficio: “Llevo 19 años trabajando como transportista autónomo dedicado al transporte de pulvurulentos. Con mi cisterna cargo desde Teruel y llevo producto por la zona de levante, Catalunya y Madrid. Pero para mí el camión es mi oficio y mi afición, por eso me gusta llevar mi camión decorado y lo disfruto.”

Este transportista autónomo lleva media vida dedicado al camión y lo considera su oficio y su principal afición.

 

Esa afición, no quita para que el trabajo sea duro, Ramón realiza unos 120.000 kilómetros anuales y al tener su hogar lejos de su punto de carga lo cierto es que suele pasar toda la semana lejos de casa, de lunes a viernes. Y es que aunque nos encontramos en una antigua zona minera, que vio florecer gran número de extracciones de carbón y que tuvo además una gran actividad industrial textil centrada en viejas colonias fabriles crecidas junto al cauce del río Llobregat, lo cierto es que todo eso en la actualidad no es más que un recuerdo del pasado.

El camino de los Bons Homes partía de Montsegur y llegaba a Queralt, atravesando los Pirineos.

Hoy en día no existen grandes industrias en esta zona, salvo la turística de fin de semana, época de esquí y para amantes de los paseos por la montaña con la llegada del buen tiempo. Ello contribuye un poco más a complicar la vida de nuestro protagonista de hoy, dado que la única ruta de acceso a Cercs es la carretera C16: “Entre los meses de noviembre y abril los esquiadores de fin de semana son la prioridad, yo me encuentro que cuando vuelvo el fin de semana a casa tengo prohibido para el camión el acceso a la única carretera que me lleva a Cercs, en el tramo de Berga hasta Sallent. “

El compresor en la parte trasera de la tractora ayuda a la descarga de la cisterna de pulverulentos.

 

Un poco de historia

Mientras este transportista de Cercs, pequeña población de la provincia de Barcelona situada en las inmediaciones de Berga, ya en pleno Prepirineo catalán, nos habla observamos su impecable Volvo FH y nos llama la atención su decoración basada en símbolos medievales, con castillos, caballeros y entre varios detalles la propia montaña del Pedraforca, que da carácter al paisaje de la comarca del Berguedà, donde nos encontramos.

Este camión trabaja de lunes a viernes o sábado por la mayor parte de la Península transportando cemento.

 

Nada más acercarse al camión de Ramón resulta inevitable  admirar los caballeros medievales y castillos que adornan la cabina del Volvo FH 500, su propietario nos explica: “El camión lo decoró Flora Biosca, como había hecho con los anteriores. Al principio dudé, pero hablando con Flora ella me dijo que como yo soy muy guerrero me iba a preparar una decoración basada en guerreros medievales. La verdad es que yo hasta entonces sabía poca cosa de los caballeros Cátaros medievales, que tuvieron mucho que ver con la zona donde vivo. “

Un problema para Ramón es que durante buena parte del año la única carretera que le lleva a casa está limitada para camiones.

 

Ahora cuando este camión recorre España lo hace explicando una parte olvidada de la historia medieval, que unió siglos atrás tierras de lo que actualmente son el sur de Francia y Catalunya. Era lo que se dio en llamar el camino de los buenos hombres.

Estirpe transportista

El viejo combate entre el bien y el mal personalizado por dos caballeros; negro contra blanco.

 

Pocos pueden decir, como es el caso de Ramón Gabarrós, que en su familia se han convertido en la cuarta generación de transportistas, su bisabuelo con un carro tirado por animales transportó ya mercancías por prácticamente toda España. De hecho la muerte le llegaría al enfermar durante uno de sus viajes, en las inmediaciones de Linares, en el lejano Jaén. En la historia familiar quedó un recuerdo amargo tras aquel trance dramático y es que el infortunado transportista fue recogido en un convento de monjas donde se le dieron los últimos cuidados hasta su muerte.

El característico doble pico del Pedraforca reproducido en el frontal de este Volvo FH.

 

Al final la familia no sólo perdería a uno de sus miembros, puesto que las monjas como pago por los cuidados prestados exigieron quedarse con los burros del tiro del carro, de modo que la asistencia de estas buenas samaritanas fue pagada con creces y al contado. Vemos así como con los tiempos transcurridos en estas cuatro generaciones el oficio de transportista algo ha mejorado y es que en la actualidad aunque el transportista sea machacado a impuestos sabe que puede acudir a un hospital de la Seguridad Social sin que los doctores se le queden como pago la tractora una vez realizados sus cuidados.

La simbología de los caballeros Cátaros, denominados también Hombres Buenos o Bons Homes reina en este camión.

 

Pese a lo mucho que disfruta de su oficio, Ramón lo tiene claro:”Mis hijos serán lo que ellos decidan ser, si alguno quiere dedicarse al transporte pues lo hará, pero yo no pienso obligarlos a nada en este sentido.”

 

La ruta de los “Bons Homes”

La ruta de los Buenos Hombres, así se conocía el camino frecuentado por los caballeros pertenecientes a la orden de los Cátaros, que serían primero expulsados del orden eclesiástico católico por herejía y más tarde aniquilados militarmente. Precísamente sería en la comarca catalana del Berguedà, a la cual pertenece Cercs, donde encontrarían refugio en su fase final buena parte de los Cátaros supervivientes.

La fortaleza de Peypertuse ardiendo, donde la Inquisición acabó con los últimos Cátaros acusados de herejía.

 

Ello crearía la Ruta del Bons Homes, desde la región gala del Languedoc, donde tenían su principal bastión en el castillo de Montsegur, hasta Queralt, junto a Berga, donde todavía hoy existe un templo eclesiástico. A los Cátaros se les conocía también como Hombres Buenos , su disidencia respecto de la iglesia católica atraería sobre ellos la persecución por parte de la Santa Inquisición. Se les declaró herejes por no tener libros sagrados y entre otras costumbres tratar por igual a hombres y mujeres. Tuvieron el triste honor de que la Santa Inquisición se creara para perseguirlos y finalmente exterminarlos.

Según la decoradora del camión, Flora Biosca, el carácter de su propietario inspiró esta decoración basada en guerreros.

Los Cátaros tuvieron el triste honor que la Inquisición fuera inventada para terminar con ellos.

 

La cabina del Volvo FH de Ramón se ha transformado en un homenaje a los antiguos caballeros Cátaros, los Buenos Hombres, siglos atrás recorrieron las mismas rutas que hoy pisa este camión. Sus laterales representan el bien y el mal. En uno un caballero que porta la cruz cátara se abre a la sabiduría ante el castillo de Carcasonne.

Mucho ha cambiado el oficio desde que el bisabuelo de Ramón transportaba mercancías por toda España con su carro de mulas.

 

El mal lo representa un caballero negro marcado por los anillos del papado y las llamas destructoras. En uno de los faldones laterales del camión está representado el castillo de Peypertuse ardiendo, uno de los últimos Cátaros en caer.  En el Frontal la montaña del Pedraforca, símbolo a lo largo de los siglos de estas tierras y partícipe en la ruta de los Bons Homes , que actualmente este camión sigue paseando.

Durante la semana viaja solo en el camión, la casa y la familia queda para el fin de semana.