50 aniversario de la cooperativa COTRAMAN

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La experiencia en común

Cotraman celebra ahora sus 50 años de trabajo en común.

Esta cooperativa con sede en Manresa cuenta con más de 40 vehículos.

Aunque en ocasiones se tiene el individualismo y la independencia como una de las características principales de quienes optan por convertirse en transportistas autónomos, lo cierto es que experiencias como la de esta cooperativa de transportistas nos demuestran que trabajar en común puede dar frutos muy positivos.

Por Joan Garriga

En 1960, 12 transportistas decidían ponerse a trabajar juntos, la cuestión era la de siempre. Tratar de conseguir eludir las comisiones que se pagaba a las agencias de turno. Esos transportistas, agrupados en torno a Manresa y las comarcas de la Catalunya Central, tenían cada uno de ellos su camión propio y un trabajo que les permitía obtener cargas de salida.

La especialidad de Cotraman es el transporte de cargas a graneles, principalmente cereales.

Casi todos ellos se dedicaban al carbón, la sal y los cereales. Las cargas más abundantes en una región agrícola y con minas de carbón en las montañas del prepirineo próximas a Berga, además de las de sal y potasa en Sallent y Súria. Por aquel entonces la industria textil era el otro gran origen de cargas por el interior de Catalunya, aunque eso iba a cambiar en pocos años.

La idea era formar una cooperativa, poner las cargas en común y lo que para uno era un viaje extra que igual no podía cubrir para otro compañero era un retorno. Lo que buscaban era trabajar pero evitando tener que pagar comisiones y quedarse sin beneficio.

La sede de Cotraman en el polígono manresano de Bufalvent.

Salvador Seriols es el gerente de Cotraman.

Boixadera, socio jubilado e hijo de uno de los primeros socios recuerda como el primer camión cargaba unas 7 toneladas. Se trataba de un viejo Diamond al que se le habían hecho tantas modificaciones que ya sólo conservada original el chasis. Trabajando ya en la cooperativa, llegaría un estupendo Barreriros Super Azor, en 1960. Un dos ejes con volquete con el cual se tardaban no menos de cuatro horas en completar los 90 kilómetros que separaban Manresa del puerto de Barcelona.

Desarrollo industrial

Lluís Seubas es uno de los transportistas miembros de Cotraman y además presidente de la cooperativa.

A inicios de los 70 se realizaban obras tan importantes como la autopista entre Martorell y Barcelona o el túnel del Bruch en la NII, aquello redujo el trayecto desde el interior de la provincia al puerto catalán a la mitad y facilitó que los transportistas empleasen vehículos de mayor tonelaje. Ello primero significó dar paso a los grandes cuatro ejes y después a los trailers, primero de 38 toneladas y finalmente de 40.

La mayor parte de los cereales que se transportan tienen como fin la elaboración de pienso para ganado.

Con la entrada de nuestro país en el mercado común europeo y los cambios industriales, que en lo que toca a la zona de influencia de Cotraman significaría la práctica desaparición de la industria textil y las minas carboníferas, no quedaba más remedio que evolucionar con los tiempos. Incluso el transporte de cereales, sales y potasa se convirtió en un sector competitivo y abierto a los mercados internacionales…

50 años después

En esta ocasión los camiones de Cotraman descargaron cereal en la firma aragonesa Piensos Costa.

Una de las ventajas de este tipo de transporte es que la descarga resulta simple y rápida.

Estamos en la población aragonesa de Fraga, hoy dos camiones de Cotraman descargan 27 toneladas de cereales cada uno de ellos en la planta de piensos compuestos Costa. La cooperativa manresana no sólo ha sobrevivido a 50 años de historia, sinó que además llega a este aniversario con cerca de 45 camiones basculantes articulados de 40 toneladas, que pertenecen a sus 35 socios integrantes. La mayoría de ellos siguen siendo transportistas autónomos aunque algunos ahora poseen dos y tres vehículos.

Piensos Costa en Fraga es uno de los puntos de descarga donde acuden las bañeras cerealeras de Cotraman.

En la actualidad el transporte de graneles ha dejado de ser una cuestión de ámbito comarcal. Salvador Seriols, el gerente de esta flota, nos lo explica: “ Seguimos especializados en el transporte de carga a granel como en nuestra fundación. Eso con 45 bañeras cerealeras nos permite trabajar en nuestra zona de influencia tratando de igual a igual a las flotas más importantes nacionales y extranjeras.

Ahora nuestro trabajo demanda realizar transporte tanto nacional como internacional. Trabajamos principalmente por España y Francia, pero algunos viajes nos llevan a otros países de la Unión Europea.”

Cargando graneles resulta imprescindible que el camión tenga un peso en vacío mínimo.

Con los cereales se elabora el pienso que engordará el ganado para alimentación humana.

Pese a la uniformidad en los vehículos, lo cierto es que desde la cooperativa no se ha dejado de diversificar en lo posible las cargas a transportar: “Cargamos potasa, sal para esparcir en las carreteras cuando nieva, cereales para harineras y fábricas de pienso y chatarra para fundiciones. Esa variedad nos ha permitido capear bastante la crisis. Aquí hemos mantenido el número de camiones activos en los últimos años.”

Mercados globalizados

Cotraman mueve sus camiones principalmente por España y Francia.

Si alguno estaba pensando que eso de transportar cereales será un negocio tranquilo, Salvador nos lo desmiente: “Parece increíble, pero la globalización y la crisis mundial nos afecta de lleno. El año pasado se movió menor cantidad de cereal. La mayor parte del cereal se emplea para piensos del ganado. Como que se vendía menos carne y además se dejó de exportar carne a muchos países se necesitó mucho menos cereal. Además, en otra de nuestras cargas, la chatarra granulada que llevamos a fundiciones, ha habido variaciones estacionales de su precio muy fuertes. Y eso lo mismo provoca una gran demanda de camiones como frena durante unos meses los viajes. Parece que lo provocan los vaivenes del consumo de acero en China. Por si fuera poco, en otra de nuestras cargas, la sal que se usa para derretir nieve, dependemos de lo duro que resulte el invierno en España y Francia. Si a eso le unes que con la crisis de la construcción ha habido meses en que tenías flotas de bañeras de obra disputándonos a bajo precio las cargas de cereal y sal… No son tiempos fáciles para ningún tipo de transporte, más ahora que el kilómetro sigue pagándose bajo y el gasóleo empieza a remontar de nuevo; ¡Mala combinación para cualquier transportista!”

La unión …

…Hace la fuerza, ya se sabe. Pese al panorama que nos pinta el gerente de esta cooperativa, lo cierto es que dos de los transportistas, un socio y un chófer asalariado de otro de los socios, a quienes acompañamos hoy en su trabajo, se muestran convencidos de las ventajas de una cooperativa. Nos habla Albert Ros, con 15 años de experiencia como transportista y Socio de Cotraman e hijo de otro Socio: “Se trabaja mucho más tranquilo arropado en una cooperativa que como autónomo independiente. Sabes que para buscar trabajo somos como cualquier empresa grande y tenemos ventajas en cuanto a los costes.”

Martí frente al Renault Premium de Cotraman que conduce habitualmente.

Albert Ros al volante de su Volvo FH.

Aunque cada uno de los socios es propietario de sus vehículos y decide de modo independiente la compra de su camión, lo cierto es que algunos de los costes más importantes de todo transportista aquí se ponen en común y resultan con ello mucho menores. Caso de los gastos de gasóleo, peajes, telefonía y seguros. Además de otras ventajas como la de contar con garaje y lavadero propio. Esto último no es nada despreciable cuando gran parte de las cargas son de sal y potasa, elementos que de no lavar el vehículo causan grandes problemas de corrosión.

Por su parte, Martí Catllà, es un chófer que trabaja para uno de los socios que poseen más de un camión: “Yo lo que puedo afirmar es que aquí se trata por igual a todos en cuanto a viajes y tipos de cargas. Es un modo de trabajar muy tranquilo, más hoy en día que ves como está el sector y cada vez más se ven obligados a trabajar como pueden.”

Los miembros de la cooperativa también pueden lavar sus camiones en las instalaciones propias.

Eso sí, nuestros protagonistas admiten que no todo es malo en las bañeras cerealeras. Pues si en ocasiones también sufren colas para cargar aquí las descargas siempre se realizan en cinco minutos como máximo y no se sufren esos repartos que pueden eternizar el completar un viaje para otros tipos de cargas.

La clave es junto a la disminución de costes que un autónomo o pequeño empresario puede conseguir al formar parte de una flota de más de 40 vehículos, es que aquí se captan cargas directamente y la única comisión que se paga por la carga es el coste de funcionamiento de la cooperativa, lo cual siempre resulta mucho menor a una comisión en una agencia o trabajando al enganche.

Durante 2010 Cotraman celebró el 50 aniversario de su fundación, en plena forma.

En definitiva se trata de una empresa pensada para que sus socios se ganen la vida, no para obtener el máximo beneficio explotando a quien realiza el trabajo. 50 años avalan a partir de ahora este buen hacer en el transporte. La mejor garantía para lograr al menos otros 50 años de buen trabajo en este siempre dificultoso sector.