El Blog de encamion.com

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    Esta es la última entrada realizada en el blog de www.encamion.com

    Joan Garriga autor del blog de encamion.com.

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    A veces no lo puedo evitar y me pregunto: Dios mío… ¿Existirá la vida inteligente? (17-03-2017)

    Ya sabéis, al menos los encamion@utas más fieles, que este extraño oficio de periodista especialista en transporte y vehículo industrial se compone de dos fases, por así decirlo. En una viajas tanto o más que cualquiera de vosotros, persiguiendo a los protagonistas de los próximos artículos que vas a escribir y en la siguiente fase te reconviertes en algo así como un anacoreta 2.0 pegado al teclado de un ordenador y una conexión a internet. En esa segunda fase no es que se viaje menos, sinó que si te despistas te pasas todo el día dándole a la tecla y apenas si te importa que hay más allá de la ventana del despacho.

    En esas semanas de trabajo de oficina este autónomo disfruta de esa falsa libertad que da el teletrabajo deslocalizado online, es decir, que se trabaja desde casa y ello te permite desayunar con algo más de tranquilidad, viendo la tele y por tanto informándose de la actualidad del país… Si, bueno, que se le va a hacer, de este puñetero país que nos ha tocado padecer. Porque lo cierto es que durante las últimas semanas a menudo he sentido unas repentinas tendencias a lanzar el croissant y el tazón de café contra la pantalla. Debo decir que ni el café ni la bollería tenían nada malo y que naturalmente prefiero no destruir el televisor de casa y todo lo que ello conllevaría. Pero, la verdad… No haré más que nombrar algunas noticias que tienen que ver con nuestro sector y que me hacen plantearme la terrible duda con la titulaba esta entrada del blog.

    Viendo el panorama político nacional uno se pregunta: ¿existe la vida inteligente?

    En el Bierzo, una de las pocas comarcas mineras que siguen activas en el país, junto a otras de Andalucía y Catalunya, cada vez que a un minero del carbón se le inflaman las gónadas viendo su empresa inactiva y a las térmicas quemando carbón comprado quien sabe si en Suráfrica o cualquier otro país con menores precios, en lugar de poner a parir al ministro del ramo se le ocurre salir a tirarle pedradas al sufrido camionero, normalmente asturiano o gallego porque sus vecinos leoneses ya saben como las gastan y prefieren dedicar sus remolques bañera a usos más traquilos como el cereal o la remolacha, que carga el carbón desde el puerto a la central térmica. Otro tanto parecido sucede cuando soplan aires de precampaña electoral en nuestro querido país vecino del Noreste… Si, Francia. Ya sabéis un par de dircursos patrióticos de una tal Lepen y poco tardará alguna horda de supuestos agricultores en esparcir sobre el asfalto de las autoroutes, ese mismo que en gran medida han pagado los transportistas españoles con sus peajes, vino o fruta de origen español. De vez en cuando alguna nota del gobierno español recuerda vagamente a una protesta, pero la verdad, cualquiera de vosotros sabe que si se ve envuelto en uno de esos desagradables «saraos» lo último que te va a pasar es que alguien, incluidos «les monsieurs gendarmes» te proteja. Y, bueno, me dejaba lo mejor para el final… Sí, naturalmente me refiero a ese esforzadísimo colectivo de sufridos trabajadores sometidos a unas terribles condiciones. Naturalmente ellos son los estibadores portuarios, protagonistas de una «no huelga» que alarga hasta la eternidad las colas de camiones en las terminales portuarias de todo el país, sin que estos otros sufridos trabajadores, los conductores de camión, parezca que logren inquietar a mucha gente, la verdad. Es entonces, cuando alzo la vista y a algún despistado podría recordar a ese exitoso periodista de los temas de misterio, Iker Jiménez, preguntándome en voz alta. ¿Existirá la vida inteligente? Pero que nadie se equivoque. No me pregunto si existirá en algún otro recóndito lugar del universo. Ni siquiera si los delfines o cualquier otra especie animal cuenta con la inteligencia necesaria para comunicarse. En este aspecto debo decir que conocí a una perra Boxer que contaba con niveles sobrados de inteligencia por ejemplo, para expresarte clara e inequívocamente que era lo que ella consideraba una buena comida. No, yo no necesito ir tan lejos para preguntarme si existe la vida inteligente. De hecho la última vez que me lo pregunté fue viendo esa televisión del comedor que espero no terminar destrozando. En la pantalla se veía el parlamento. Unos energúmenos aplaudían como si su equipo de fútbol hubiese ganado algo, otros, los del gobierno, ponían la típica cara de mal estudiante que ha esperado al ultimísimo minuto para estudiar un examen. Mientras, otros más no se sabía ni que cara ponían… Podría seguir, pero a estas alturas el arco parlamentario nacional no se merece tal cantidad de mi tiempo. Eso sí, queda claro, que de los problemas que unas líneas más arriba os hablaba a sus señorías ni uno solo de ellos les importa lo más mínimo. De otro modo no jugarían con parar la economía real del país, hundir todavía más el transporte y encima someternos a una multa diaria de más de 130.000 euros, que pagaremos entre todos, no a escote entre los inúltiles politicastros que siguen sin solucionar problemas tan evidentes como éste. Y es en esos momentos cuando me pregunto absolutamente en serio: ¿EXISTIRÁ EN ALGÚN LUGAR LA VIDA INTELIGENTE? Espero respuesta.

     

     

    Lecciones de vida al pie de la A2 (21 – 02 – 2017)

    Hola amigos, hoy me siento un poco cebollético, es decir que os voy a contar una vieja historia muy relacionada con un camión como el de la imagen que me sucedió personalmente hace unos 35 años, siendo un crío de esos que en vacaciones son los más felices del mundo viajando con su padre en el camión. El autor, Joan Garriga, quien esto os escribe, lo recordó precísamente en una de esas charlas entre colegas a través de las redes sociales, cuando alguién compartió la foto de un camión Pegaso con frigo y placa TIR que era exactamente como el vehículo que 35 años atrás provocó la historia que os voy a contar a continuación. El camión era del mismo modelo con el que ilustraremos este artículo. Una tractora Pegaso 2181 por aquel entonces recién salida de la cadena de montaje.

    Sucedió que paramos a comer, a lo largo de la A2 cuando todavía no era A, de autovía,  en todo su recorrido entre BCN y Madrid. En un restaurante que todavía está en pie, pero cerrado, en la zona que limita con la provincia de Soria y Zaragoza, hay una pequeña Cepsa allí cerquita. Paramos justo a la vez, con nuestro Ebro Serie P, Justo detrás y a la vez que un Pegaso de una conocida flota madrileña dedicada al frigo en ruta TIR pintado con sus características líneas de color que en aquel momento era un maquinón impresionante. El lugar estaba tan lleno que nos tocó compartir mesa con el chófer malcarado y con pinta de agobio del Pegaso en cuestión… Nos sentaron a los tres en una mesa junto a la ventana y se veían el Pegaso apacado junto al Ebro. Yo iba muy feliz mirando camiones y viendo modelos, como correspondía a un crío de unos 11 años viviendo una aventura camionera de verano, empezamos a comer… Al poco el chófer del Pegaso no puede más y le empieza en plan casi bronca a mi padre: Que si como te atreves a llevar a un niño en el camión, que si esta vida es una mierda, que si no hay derecho a que le hagas eso, nadie tendría que vivir así como nosotros…

    A mi, aquello me extrañó y mi padre más o menos le contestó que cada uno ve la película como la siente y que si no te gusta la carretera…¿Pues que haces aquí? Dicho aquello, hasta el postre. Café, copa y puro para los mayores, sin que nadie hablase más. Luego salimos y en el camión siguiendo hacia Madrid mi padre me dijo algo que a mi, un crío de algo más de once años me sorprendió. Me dijo que no todo el mundo trabaja en lo que le gusta y que si no lo haces podías acabar como aquel tipo. Aquel tipo conducía uno de esos Pegaso con placa TIR de la empresa de esa foto que hace pocas semanas un colega compartía en Facebook y no los he olvidado jamás,ni a él malcarado en la mesa, con la camisa a medio abotonar, frente al plato de sopa ni a su fantástico Pegaso con placas TIR. Nosotros ilustramos este artículo con otra foto de nuestro archivo, correspondiente a un camión del mismo modelo y época. Un saludo y perdonad por la paliza, pero al ver aquella  foto me volví a sentir allí comiendo y descubriendo con inocente sorpresa que no todo el mundo termina dedicándose a lo que le gusta… Menuda sorpresa ¿verdad?

     

     

     

    Horas al volante para… ¡¡¡Hacerse millonario!!! (17 – 01 – 2017)

    El otro día disfrutaba de un rato de esa inactividad tan merecida que de vez en cuando logramos tener bien parapetados en el sofá, con una mano en la máquina de cambiar canales y frente al televisor… Os diría que así uno se relaja y olvida de tanto camión, pero sería mentir, puesto que precísamente terminé viendo uno de esos programas donde nos muestran a modo de documental las desventuras de varios camioneros. Resulta curioso, pero ahora que el oficio no pasa precísamente por sus mejores momentos, lo de andar al volante de un vehículo pesados se ha convertido en algo de lo más televisivo; sea sobre camioneros en el ártico, transportistas a través de los desiertos australianos o bien la competición, siempre rebajando el precio de los portes, entre varios «compañeros» por llevarse el mejor porte. 

    Y el caso es que pese a llevar casi toda la vida entre gente del oficio lo cierto es que nunca había escuchado una frase como la que alegremente lanzaba desde la televisión de mi comedor uno de esos camioneros televisivos: «Necesito pronto una carga, porque si pierdo más tiempo sin hacer kilómetros nunca llegaré a ser millonario.»

    A ver, lo primero es que quizás el colega sea un excelente actor, pero soltó la frase sin reirse ni nada parecido. ¿Millonario? ¿Conduciendo un camión? Nunca supe de nadie que lo hubiera logrado. Quizás quien más cerca estuvo de tal logro fue el popular e icono ibérico Dioni, cuando decidió cambiar la ruta de su furgón blindado y salir corriendo hacia Brasil con las sacas de caudales que debía haber entregado. Eso sí, se pulió en poco tiempo el dinero y lo cierto es que terminó en la cárcel, aunque por lo que su rostro expresaba haciendo cierto aquel conocido dicho: «Que me quiten lo bailado».

    Pero lo cierto es que en ese documental que tenía en la TV frente al sofá de mi comedor un camionero decía totalmente en serio que quería conseguir cargas lo antes posible para llegar pronto a ser millonario. Pero tío, si eres transportista. No de esos que gestionan cientos o miles de vehículos, sinó de esos otros que se pasan un montón de horas al volante, que pagan la letra de su camión, los recibos de los peajes, llenan el depósito de gasoil, etc. Lo primero que pensé fue: ¡Vaya payaso! Lo segundo que en realidad el documental tenía algo parecido a un guionista y que los payasos eran ellos… Lo que pensé después me cabreó un poco más, la verdad. Hombre, lo cierto es que hay que ser un poco iluminado para esperar llegar a ser aun auténtico millonario, no de esos de BMW sinó de los de verdad, con yate y tiempo para disfrutarlo, transportando cosas, legales se entiende, de aquí para allá. Más en un país como el nuestro, donde si en Alemania exigen un salario mínimo a los transportistas tu jefe en vez de subirte el sueldo te suelta: «Toma este papel, lo firmas y ni se te ocurra quejarte.» O como esos otros que cuando les toca hacer el descanso semanal en un país como Francia y no recibir un multazo se van a un hotel, pero claro, pagándoselo de su propio bolsillo con una dieta que no siempre se corresponde con el coste de un país centroeuropeo… En fin, que lo de ser millonario lo veo complicado, pero en los USA. Aquí, en nuestra vieja y carroñera Europa, la verdad, no es que hacerse millonario al volante de un camión sea complicado, sinó que simplemente llegar a fin de mes resulta incierto para muchos. Para demasiados de los que van día tras día al volante de su camión. Y encima, agradecidos por tener empleo… En fin, que más vale tener suerte con la lotería.

     

    Camiones, navidades y…¡¡¡Yihadismo!!! ( 22 – 12 – 2016 )

    A estas alturas ya prácticamente no queda nadie que desconozca el significado de esa palabra maldita; Yihad o guerra santa. Por desgracia quien decide si una guerra resulta ser santa o no tiene más de indeseable que de santa persona, de modo que ahora en Europa vivimos sometidos al constante peligro propio de zonas en guerra… El último ejemplo lo han vivido en primera persona en un mercadillo navideño berlinés. Nuestra solidaridad con el pueblo berlinés y alemán, así como con el compañero camionero polaco fallecido, pero a continuación no podemos reprimir la siguiente reflexión.

    Tras años, décadas desde los primeros conflictos de Oriente Medio, de que fueran los aviones las víctimas propiciatorias del terrorismo internacional, parece ser que por fin la seguridad aeroportuaria ha logrado, al menos en parte, alejar ese fantasma de los viajeros aéreos. Eso sí, ahora el peligro para un sector como el nuestro, el del transporte, lo tenemos más cerca. Y es que si como ciudadanos de esta sociedad todos estamos en el punto de mira del terrorista, ahora parece ser que la última moda yihadista consiste en utilizar vehículos industriales de gran tonelaje como arma. Y eso, a un sector ya bastante amenazado por factores como los accidentes por carretera y robos propios de delincuentes comunes no le trae nada bueno, desde luego. Ya hemos sufrido dos trágicos ejemplos en Europa, el primero durante la celebración de la fiesta nacional de Francia y el segundo en un mercado navideño alemán. Los terroristas han aprendido a utilizar un camión como un arma asesina y cobarde. Además vemos como en el caso alemán la primera víctima fue el camionero polaco que estaba a punto de descargar  unas viguetas de acero procedentes de Italia en el área de Berlín. La última vez aque habló con su tío y jefe de la empresa parece ser que el pobre desdichado quería aprovechar la parada en Berlín para comprarle un regalo navideño a su mujer… Desde luego no esperaría terminar en un mercado navideño del modo en que lo hizo. Su cadáver, según fuentes policiales alemanas, muestra señas de lucha, hasta 12 puñaladas y un disparo, de modo que al parecer el compañero de 37 años trató de impedir el cobarde atentado luchando en sus últimos momentos.

     

    Las autoridades, todas, las europeas, las de cada país y hasta las de cada ciudad donde pueda celebrarse cualquier acto multitudinario, bastante tienen con perseguir esta nueva amenaza llevada a cabo por unos cerdos indeseables,de modo que para un sector como el del transporte por carretera poca protección se puede esperar… Eso sí, parece claro que por motivos obvios se va a incrementar el control y la dificultad en los accesos a puntos vitales de las ciudades europeas, por mucho que tu vehículo preste un servicio vital. Mucho se teme quien estas líneas os escribe que la protección del camionero va a tener que ser autoprotección. Sin ir más lejos acabamos de publicar un artículo mostrando las posibilidades de instalar cámaras de vigilancia en el propio camión, aunque cuando lo escribíamos no éramos conscientes de la actualidad que este tema iba a cobrar tan dolorosamente. Los aparcamientos vigilados, la videovigilancia en el propio vehículo, sistemas de llamada de emergencia, inmovilizadores electrónicos… Todos ellos son sistemas que suponen un coste extra para el transportista, pero mucho nos tememos que entramos en una época cruel y dura donde este tipo de sistemas, cuando no otros más extremos, se hagan necesarios para trabajar en las rutas europeas con ciertas garantías. Los camiones no son un arma de destrucción masiva, pero debemos ponérselo entre todos lo más difícil posible a quienes tratan de utilizarlos así para sus funestos fines. ¿Alarmismo? Ojalá. Y pese a todo… ¡Feliz Navidad! 

     

    Malos humos y pésimos políticos… ( 16 – 11 – 2016 )

    La climatología es compleja y caprichosa, tanto en estos tiempos de cambio climático y grandes urbes motorizadas como en la antigüedad cuando el alimento de cualquier persona dependía de la buena o mala cosecha. El moderno urbanita se había habituado a vivir en su burbuja, una burbuja quizás llena de polución eso sí, sin apenas mirar al cielo más que cuando en la prensa le dicen que hoy toca «superluna» o cualquier otro evento astrónomico de esos que quedan superguays con una fotito, perdón quise decir «selfie» en el perfil de facebook.

    Promover el uso de camiones a gas natural por parte del transporte sería una medida eficaz frente a la contaminación.

    Sin embargo, ya lo cantaba el novel Nobel de literatura Dylan, los tiempos cambian y eso significa que ahora el urbanita, sobre todo el urbanita madrileño, debe volver a adquirir el hábito de mirar al cielo, para así al menos tratar de adivinar si con la bruma suspendida en el cielo la bienpensante administración de la señora alcaldesa, ya sabéis «Carmena», le va a permitir o no al día siguiente utilizar el automóvil. Sí, porque como si de una comuna hippie se tratara, ahora por lo visto te pueden decir a las once y pico de la noche si al día siguiente tendrás derecho a utilizar tu coche o no. Suponemos que en la corporación municipal creerán que la gente se monta en el coche a meterse en los insufribles atascos matutinos de la M30 por capricho… Pero en fin, aunque ineficaz, admitimos que las prohibiciones de circular en automóvil son bienintencionadas. La realidad es que el aire de Madrid, así como el de otras muchísimas de nuestras ciudades, no es precísamente una mezcla saludable para los pulmones de cualquiera de nosotros. Los escapes procedentes de la automoción tienen parte de culpa, pero industrias, tráfico áereo en el caso madrileño y marítimo en el de Barcelona, tienen buena parte de culpa de la irrespirabilidad del ambiente.

    Y claro, somos verdes, bueno verdes de verdad no, pero decimos que somos ecologistas y algo habrá que hacer. entonces nos parece, a los políticos, cojonudo que si prohibir circular a más de 70 por una autovía de cuatro carriles, como si un coche en tercera no emitiese más humos que en quinta, o incluso prohibir aparcar en el centro o simplemente exigirte que te metas donde te quepa un vehículo ese día pese a los muchos impuestos que has pagado para poder utilizarlo. Mirad, todas esas medidas tienen una ventaja. Molestan mucho y por tanto se habla mucho de ellas en la calle y en los medios de comunicación, de modo que a los votantes, perdón, quise decir ciudadanos, más incautos les parecerá que desde su Ayuntamiento se está haciendo algo efectivo contra la contaminación. Efectivo puede, pero contra la movilidad del sufrido contribuyente.

    En las flotas de recogida de residuos el gas natural ya ha demostrado ser un combustible válido.

    Si en dichos ayuntamientos, porque desde luego no es el de Madrid el único donde faltan ideas prácticas y creadas desde el conocimiento de la materia, se hubiesen molestado un poco en estudiar las soluciones que desde el propio sector de la automoción existen quizás podrían promover la puesta en marcha de vehículos de reparto y distribución, si esos camiones que cada día circulan porque son imprescindibles para el funcionamiento de una ciudad, movidos a gas natural, con motores eléctricos o híbridos. Si se promovieran actuaciones de ese tipo entre los transportistas, fuera de las propias flotas municipales que son minoría en el parque móvil, se estaría actuando efectivamente en favor de la disminución de la contaminación efectiva. No cuando un nivel cause una alarma sinó cada día en todo momento. No digamos ya si en vez de potenciar irrealmente el coche eléctrico se potenciaran esos usos entre los automovilistas. Esperemos que algún día los políticos decidan mirar más allá de su nariz para buscar soluciones, porque de otro modo en nuestras grandes urbes tenemos contaminación para rato… 

    Cuando viajas sin una litera en tu cabina. ( 19-10-2016)

     

    Hoy el autor del blog, quien escribe estas palabras, no lo puede negar. Me sentía realmente “cebollético”, es decir dispuesto a compartir alguna de las muchas batallitas propias de un abuelo cebolleta acaecidas a lo largo de casi dos décadas y media viajando de un reportaje al siguiente… Esta anécdota de hoy la recordaba hace poco junto a unos amigos y de hecho ellos mismos me animaban a compartirla con todos vosotros, los encamion@utas. Por ello me animo a compartir con vosotros una anécdota vivida en los USA a mediados de los años 90. Se trata ni más ni menos de la peor experiencia que he tenido en un hotel. Compartimos ámbito, la carretera, pero en el oficio de periodista-reportero, casi nunca viajas con la cama a cuestas como si suele ser lo normal realizando ruta en tu camión. Por ello en ciertos lugares poco habitados puede suceder que termines aparcando frente a cualquier cuchutril y no tarde en venir a tu mente aquello de: ¡Donde me he metido!

    En una ocasión, a finales de los 90, recorríamos junto a un compañero de la revista para la cual trabajaba entonces el sur de los Estados Unidos, a lo largo de la ruta interestatal I10. Entramos en New México y lo cierto es que, ya sabéis, la presión de tratar de conseguir los máximos reportajes con el menor coste, lo cierto es que tratábamos de conseguir el máximo kilometraje diario. Era precísamente la víspera del 4 de Julio, conducíamos una estupenda Pick Up marca Ford que correspondía al modelo que llegaría al mercado norteamericano al año siguiente, de modo que llamábamos mucho la atención.

    Se nos hizo de noche, el desierto monótono y bello, la ruta recta. En víspera de la gran fiesta norteamericana casi sin tráfico. Cansancio, hambre y decidimos que en próximo pueblo pararemos y en el primer motel de esos de carretera donde el «Vacancy» esté iluminado sin manías, que total sólo hay que dormir, pararemos y a pasar la noche… Pues el siguiente pueblo, muy adecuado por su nombre: Las Cruces. Quizás las 22h pasadas. Nos desviamos de la ruta principal, vamos más lentos, viendo moteles, los de cadenas conocidas todos a tope, con el aparcamiento atestado y fiestas en sus restaurantes… Pinta que quizás acabaremos durmiendo en la pick up, que por espectacular y bonita que fuera- Todavía recuerdo como bramaba su motor de gasolina y 300 CV al dar gas- no nos iba a proporcionar la comodidad suficiente para dos adultos. 

    Al final vemos con alegría y recibiéndolo como una especie de milagro un motelito casi sin iluminar donde sólo se lee claramente el letrero de «Vacancy» todavía iluminado. No lo dudamos, allí vamos de cabeza. Me bajo mientras el compañero aguarda en la cabina de la camioneta… Hablaba mejor inglés que él, así que me tocó a mi. Entré en la recepción, iluminada con un triste neón blanco. No hay nadie. Espero, toco el timbre, nadie. Grito un tímido «Hello!». Nadie, pero al fin un ruido. Al poco sale una familia entera de hindúes. Regentan el «garito». Apenas hablan. Parecen asustados. Pero al fin me confirman que tienen habitaciones libres y que podemos pasar allí la noche. Además la tarifa es sorprendentemente económica. Casi la mitad de lo que estábamos pagando a diario por un par de camas… Tenemos sueño, no hemos ni siquiera intentado dar un vistazo primero a la habitación como si solíamos hacer a diario al llegar a un hotel desconocido. Hoy tenemos más prisa por descansar, hemos hecho los últimos kilómetros antes de las Cruces luchando contra el sueño… El padre de familia nos da una llave. Dice que es una buena habitación, se entra por el patio trasero. Más tranquila. ¿Más tranquila? No vemos ni escuchamos a nadie. En la oscuridad nuestra camioneta es el único vehículo aparcado junto al Motel, no parece que el Motel hoy esté muy ocupado, la verdad. 

    Pagamos los 50 o 60 dólares, vuelvo con mi colega, subo a la cabina y vamos hacia el patio trasero. En la maniobra vemos como se apaga la luz de la recepción y el cartelito rojo de Vacancy es lo único que ilumina la escena. No hay problema, tenemos faros y sólo queremos dormir 8 horas, para seguir nuestra ruta fotográfica bien temprano…

    Giramos alrededor del edificio. El camino aparece solitario y descuidado. Giramos y de repente la palabra «Lúgubre» cobra una nueva expresión para nosotros. No recuerdo que número de habitación nos dieron, pero debería haber sido el 13. Un coche, mejor dicho, una carrocería sin puertas ni ruedas estaba en el centro del patio. Tres o cuatro vehículos más estaban aparcados en la pared del fondo. A oscuras, pero se veían sombras a su alrededor, todas corrían, esquivando la luz de nuestros faros… Frente a las puertas de las habitaciones, situadas junto al aparcamiento, sólo había un viejo coche americano de esos enormes. El vehículo está parado pero dentro se adivinan tres o cuatro cigarros o lo que sea encendidos. Aparcamos frente a la puerta de la habitación que se nos ha asignado. Mi compañero y jefe ya está más que intranquilo. Yo todavía soy más posibilista. Llegar, dormir, despertar e irnos. 

    El compañero entra en la habitación. Enciende las luces y la inspecciona. Me llama. Cierro la camioneta sintiéndome muy observado. Entro en la habitación y cierro la puerta tras de mi. La moqueta es marrón o fue de otro color más claro y ahora es marrón. El olor…Bueno, huele a algo. Nos repetimos que sólo se trata de dormir; “Venga, mira dos grandes camas, no está tan mal…” 

    Abro la colcha de mi cama. ¡Las sábanas están rajadas de punta a punta como con una navaja! Sigue oliendo mal, se me ocurre mirar por las cortinas y el coche de los fumadores a oscuras, a siete u ocho metros de nuestra estupenda camioneta Ford prototipo ahora está rodeado de tipos grandes… Miro a mi jefe. No hay mucho que decir, él también se está imaginando a esos traficantes o lo que sea desguazando la camioneta y vendiendo nuestros equipos de cámaras… La maniobra es clara, ni apagamos las luces de la habitación para no dar pistas. Esa gente nos mira. Salimos rápido, cerramos de golpe, sin dar la llave, como quien sale a por las maletas. Pero no, con el mando abrimos la cabina, saltamos al asiento y al contrario que en las películas malas de misterio los 300 CV de la Ford rugen al primer giro de la llave. Quizás sólo fuimos dos extranjeros que han visto demasiadas películas y que no querían pasar una noche teniendo pesadillas con el bueno de Norman Bates, pero no paramos ni a devolverle la llave al hindú. Dimos gas y no paramos hasta un par de horas después. Ya no teníamos sueño. Y entonces sin preocuparnos por buscar hotel entramos en un agradable  country-club  donde los locales estaban celebrando por todo lo alto el 4 de julio. Y nos reímos tomando cerveza y comiendo nachos, mientras sorprendentemente aquella gente perfectamente ataviadas al estilo «country-western» bailaban y cantaban el «Ole tu alegría Macarena». Mi único 4 de Julio en los USA y que no olvidaré jamás. 

     

    La señora directora de la DGT ha dimitido. (27-07-2016)

    En estos tiempos de desgobierno oficializado una noticia como ésta corría el riesgo de pasar desapercibida para el gran público. Pero lo cierto es que durante los recientes y calurosos días de Julio la directora de la DGT (Dirección General de Tráfico) ha cesado en su cargo. Y lo cierto es que no lo hace porque sus resultados profesionales no puedan calificarse más que como excelentes, pues las estadísticas sobre accidentabilidad durante sus años en el cargo han mejorado sensiblemente. 

    María Seguí exdirectora general de la DGT.

    Descartadas las razones puramente profesionales, ya sabéis eso que a cualquier currante del sector privado, desde el director general de un banco a un humilde conductor de reparto, puede sucederle. Que te envíen a casa porque no sabes hacer tu trabajo suficientemente bien, tampoco es lo más habitual entre los cargos dirigentes de nuestra administración. La verdad. No, si hacemos caso de publicaciones periodísticas no confirmadas oficialmente a la señora María Seguí le han indicado la dimisión como un camino recomendable después de conocerse ciertas maniobras que presuntamente pudieran haber beneficiado económicamente a la pareja de la señora directora. Así mismo, para pasmo y depresión de un profesional de la comunicación online como quien esto os escribe, también se ha hablado de grandes sumas invertidas desde la DGT en detalles como la mejora de la web. A la que podría habérsele dedicado una cantidad superior al millón de euros… En fin, nada que deba espantarnos en esta España nuestra, pero algo que recordar la próxima vez que un amigo Guardia Civil de Tráfico – Sí, esas cosas pueden ocurrir.- se os queje amargamente de la falta de un traje protector para ir en moto o del estado de un coche patrulla. También es bueno recordarlo cuando se niegue machaconamente que ciertas multas pueden tener carácter recaudatorio. En fin, que no sabemos a ciencia cierta porqué, pero lo cierto es que la señora Seguí abandona su puesto al frente de la DGT. Le deseamos una vida lo más provechosa posible en lo profesional, pero a poder ser en el sector privado, que no nos siga costando dinerito a los de siempre.

    Y, pese a todos los pesares, feliz verano compañeros. 

     

    No es cienciaficción… ¡Ya ha ocurrido! Un coche sin conductor ha matado a su ocupante al empotrarse bajo un camión. (02 – 07 -2016)

    La tecnología no evoluciona a un ritmo constante, ocasionalmente se suman diversos avances técnicos que repentinamente ocasionan una escalada técnica que irrumpe en alguno de los sectores de la sociedad. Y parece que la suma de diversos avances en campos aparentemente tan desconectados como son la conectividad entre máquinas o internet de las cosas, conducción autónoma e inteligencia artificial se están alineando como cuando nos cuentan los astrónomos que se da una peculiar alineación de astros… Ahora parece que esos campos tecnológicos hayan madurado unas soluciones que combinadas entre sí parecen destinadas a revolucionar un sector que nos toca bien de cerca, el del transporte, y todo ello en un plazo que no queda en el futuro indefinido, sinó entre una década y 25 años. De hecho para los más atentos, la conducción autónoma o los drones también sobre ruedas o camiones robotizados, camionbots ya los llaman, está ya presente en nuestro día a día. 

    La conducción sin intervención humana es ya una realidad, pero también sufre accidentes mortales.

    Callifornia en los USA ha sido el primer lugar del mundo en permitir la matriculación de vehículos autónomos, vaya autobots o vehículos robotizados que no necesitan la intervención de ningún conductor humano para ir de un punto a otro. Alguno dirá que eso le queda muy lejos cuando el lunes mete la tarjeta del tacógrafo y arranca su camión en un polígono puede que de Móstoles o Zaragoza… ¡Pues no creáis! España ya permite la circulación en pruebas de vehículos robotizados, conducción autónoma ha dado en llamarse, mientras que la Unión Europea está implicada en diversas iniciativas que implican mayor o menor grado de automatización en fases de la conducción y espera autorizar la conducción autónoma en carretera abierta a lo largo de Europa para 2025. Vamos, para ya mismo… De hecho actualmente los vehículos industriales de nueva matriculación ya deben equipar sistemas como la alerta en caso de cambio involuntario de carril y el radar frontal de alerta de obstáculos. De momento ambos sistemas sólo actúan alertando al conductor, pero ya existen en prácticamente todos los fabricantes de vehículos pesados presentes en el mercado europeo ulteriores desarrollos que en caso de entrar en acción actúan por encima de las órdenes que el conductor humano pueda dar en el mismo instante. Es decir, que cuando se activan en caso de contradicciones se pone por delante lo que decida la máquina frente al conductor humano que viaje en su interior, supuestamente al volante.

    Otro proyecto, el Platooning o circulación en pelotón está próximo a ponerse en marcha para ordenar electrónicamente las largas caravanas de camiones pesados tan habituales en los principales ejes viarios europeos… Cuando este tipo de circulación entre en vigor, por ley, la electrónica decidirá la velocidad y la distancia a la que viaje un camión respecto de su inmediato antecesor… De nuevo conductores delegando sus funciones ante la máquina. Y claro, con toda esa tecnología realidades como camiones y turismos sin conductor ya están aquí. En teoría la gran ventaja de confiar a los robots la conducción será beneficiarse de la perfección propia de los programas informáticos y alcanzar antes el obejtivo «cero accidentes» en el tráfico. Eso podría ser un gran avance, si no fuera porque precísamente esta semana en California uno de los blogueros más entusiastas y conocidos a nivel mundial por los vídeos que colgaba en internet alabando su estupendo coche marca Tesla, un tal Mr Brown, ha perdido la vida mientras su coche circulaba en modo de conducción automática. Sí, habéis leído bien. El coche perfecto mientras al parecer su pasajero, que no conductor, disfrutaba viendo una película llegó a una intersección entre dos carreteras justo en el momento en que un trailer cruzaba por delante de su carril y el coche con piloto automático simplemente no frenó y atravesó bajo el remolque sin disminuir la velocidad, con las funestas consecuencias obvias para su incauto ocupante.

    Ya veis, conducción autónoma y ya tenemos los mismos problemas que con los conductores humanos de toda la vida. Los primeros informes dicen que quizás el radar frontal sólo captó el espacio en blanco bajo el semirremolque y creyó que su carril estaba libre… En fin, un caso aislado. ¿ o no? Google, el gigante informático que también está desarrollando por su lado el coche sin conductor. A lo largo de los 700.000 kilómetros que ya han recorrido los vehículos autónomos de Google se han contabilizado 272 incidencias en la conducción, de las cuales 13 necesitaron de la intervención del conductor humano  para no llegar a un accidente real. Estamos a punto de que los camionbots sin conductor humano empiecen a trabajar junto a nosotros, en Suecia ya operan en minas a cielo abierto, en el puerto de Rotterdam una terminal de contenedores no requiere ningún conductor humano desde hace varios años…

    Desde hace dos años en mi labor cómo probador de camiones prácticamente todos los camiones pesados que he podido probar equipaban el radar frontal de alerta de colisión. Ello me ha permitido observar que bajo condiciones climatológicas no idóneas estos sistemas dan falsas alertas y hablo de diversos fabricantes. Simplemente con fuerte viento el sistema puede detectar una colisión que en la realidad no ha existido nunca. De confiar en uno de esos radares enmedio de una fuerte nevada ya ni hablamos… Si fuera un sistema más avanzado que entonces decide actuar accionando la frenada automática de emergencia habríamos protagonizado un indeseable incidente en plena carretera en más de una ocasión. Parece que buscando la disminución de costes, que permita equipar con estos sistemas a cualquier vehículo, se ha quedado algo de la necesaria fiabilidad por el camino. De hecho la primera vez que este periodista se montó en un camión pesado sin conductor, en la década de los 90 del pasado siglo, el sistema funcionaba a la perfección. Eso sí, en una pista de pruebas de un centro de ensayos ultrasecreto y no se nos dio demasiada información porque simplemente se nos dijo que era un primer ensayo para algo que llegaría al mercado en unos 20 años y que por el momento empleaba tecnología secreta de origen militar. Vamos, que se había instalado en el frontal de un camión algo casi idéntico a la cabeza buscadora de un misil para lograr que el camión siguiera dócilmente a otro vehículo guía. Naturalmente aquello resultaba carísimo, vamos un trailer que valía casi su peso en oro, pero era un primer paso para lograr que los vehículos sin conductor fuesen una realidad. Eso sí, en un futuro indeterminado, todavía sin plazo. Lástima que dos décadas después ahora la conducción autónoma ya no sea algo del futuro. La tenemos aquí, aunque de modo incipiente, pero quizás sea todavía demasiado pronto y los vehículos autónomos no hayan alcanzado todavía la fiabilidad que nos gustaría que tuvieran… De verdad. Me encantaría equivocarme.

     

    Si trabajas en camión la «tasa de ocupación multiplica su precio» en cambio si «okupas»… ¡Gratis total! (01-06-2016)

    Resulta ciertamente curioso el valor que la ortografía está cobrando en lugares como Barcelona… Sí, ya sabéis la ciudad condal, capital catalana y hogar de múltiples atractivos turísticos, pero que desgraciadamente últimamente está también en los titulares a causa de ocupaciones y okupaciones.

    Quizás no estéis al tanto quienes de vosotros trabajéis lejos de la bella ciudad mediterránea gobernada por los de la señora Colau, pero lo cierto es que algunos sectores de transportistas se sienten más que maltratados por la señora alcaldesa. Está visto que eso de pagar alquileres a los okupas violentos del Barri de Gràcia e incluso negociar para comprarles con dinero público la oficina bancaria que últimamente sirve de excusa para incendiar las tranquilas veladas del barrio barcelonés ha tenido una consecuencia que trae por la calle de la amargura a empresa de mudanzas, profesionales del transporte ligados a pequeñas obras, etc. Nos explicamos enseguida.

    Si ante las okupaciones el consistorio de la capital catalana reacciona con comprensión, manga ancha y hasta procurando minimizar la actuación policial, en cambio si lo que pides es un permiso de ocupación de la vía pública, por ejemplo porque necesitas que una grúa suba un equipo de aire acondicionado a un tejado o porque vas a descargar una mudanza… ¡Ay! ¡Qué los dioses, laicos o de religión reconocida, te pillen confensado!

    Polémica por el incremento en las tasas de ocupación de la vía pública para el transporte en BCN.

    Pues sí, resulta realmente lacerante que frente a la okupación gratuita de cualquier local resultón por parte de unos colectivos que a menudo confunden libertad con destrozo de mobiliario urbano la reacción sea dejar hacer, en cambio la ocupación de unos metros cuadrados de vía pública con un camión, que ya paga sus impuestos correspondientes, ahora se vea castigada por un impreso cuyo trámite supone de entrada 86 euros. A continuación se debe pagar una tasa de 3 euros por metro cuadrado ocupado y a continuación 45 euros por hora si hace falta que la Guardia Urbana regule el tráfico. Además la tasa puede crecer en función de la importancia que se asigne a la vía ocupada… En resumen un porte de 300 o 400 euros  gravado por otros 300 euros de tasa municipal. Está claro que el Ayuntamiento necesita dinero y si lo gasta en okupas, tendrá que sacarlos aunque sea de las ocupaciones de los mudanceros.

    Realmente, teniendo en cuenta la muy diferente reacción que provoca en la corporación de la señora Colau si pretendes ocupar con un camión por motivos laborales o bien okupar porque sí lo que sea… Lo tenemos claro. Recomendamos a nuestros colegas transportistas barceloneses que se dejen de uniformes laborales y logos de empresa en sus vehículos. ¡Animaos! Comprad esas famosas camisetas del mundo okupa, poned vuestro camión en manos de un grafitero, eso sí uno bueno que  esté de moda, y a cambio olvidaos de pagar impuestos. Y encima podréis okupar cualquier sitio para guardar el camión y os ahorraréis una pasta en aparcamientos. ¡Viva la okupación! ¡Abajo la tasa de ocupación!

    Hay que estar con los nuevos tiempos… ¿o no? 

     

    ¿Hackear camiones? No es ciencia ficción sinó un peligro muy real para la mayoría de transportistas (10-03-2016)

    ¿Hackear? ¡Y esu que yé! Si bueno, quita el acento si quieres, pero lo cierto es que con honrosas excepciones no encontramos al volante de un camión al público más a la última en cuestiones informáticas. Y eso pese a que desde hace prácticamente dos décadas el puesto de conducción de cualquier vehículo pesado rodea al conductor de centralitas electrónicas, ordenadores tan reales y potentes como el de casa o la oficina, que gestionan prácticamente todas las funciones que controlan el camión. Hoy en día el conductor le dice al camión lo que desea y cuando el camión lo considera oportuno realiza la orden. Esto es cierto cuando damos gas, al frenar, al cambiar de marcha en una caja automatizada… Diréis que siempre quedará el volante para mandar sobre la máquina y llegados al extremo la llave de contacto por si la máquina se nos revuelve. Bueno, eso es cierto mientras no se generalice la conducción autónoma, es decir sin que sea necesaria la presencia de persona alguna en la cabina, que ya está mucho más cerca de lo que a la mayoría nos gustaría.

    Los vehículos no cesan de recibir y transmitir datos ya en la actualidad y pueden ser hackeados.

    Para acabar de complicar la cuestión, cada día es más habitual que el propio vehículo esté conectado remotamente a través de red telefónica de datos GSM o sistema GPS. Esto posibilita desde la descarga remota de los datos del tacógrafo digital hasta la realización de una llamada automática de emergencia en caso de accidente a la central de atención 24H de la marca de nuestro camión. También posibilita la comunicación entre la red de talleres de la marca del vehículo y el propio vehículo. Ya sabéis la diagnosis electrónica y planificación al detalle de los mantenimientos. Todo esto está muy bien y forma parte, por decirlo así del lado atractivo y brillante de la tecnología que nos rodea. Sin embargo esta tecnología, la conectividad a ultranza que ahora se ha dado en llamar el internet de las cosas, también cuenta con su correspondiente lado oscuro.

    Según informa recientemente el medio digital www.elconfidencial.com un joven experto informático con su ordenador situado en Madrid fue capaz de acceder a los sistemas internos de cerca de un millar de vehículos industriales que en aquel momente circulaban por las inmediaciones de Madrid. No llegó a «hackearlos», es decir entrar sin permiso en sus sistemas y ponerse a semprar el pánico en la M40 o M30 haciendo por ejemplo que todos los trailers de un determinado modelo se parasen o circulasen bloqueados en marcha atrás o lo que a su mente se le ocurriera en aquel instante, simplemente por responsabilidad y temor a las posibles consecuencias. Lo cierto es que desde que los camiones cuentan con tecnología de acceso remoto a través de dispositivos 3G el nivel de seguridad informática de estos sistemas de comunicación es, por expresarlo levemente, desigual. En palabras del citado ingeniero, algunos dispositivos simplemente cuentan con medios de seguridad poco actualizados y otros sistemas, bastante comunes al parecer en los mercados español, francés y marroquí, simplemente operan sin ningún tipo de contraseña. Eso permite a cualquiera con el equipo adecuado acceder a la comunicación de muchos vehículos y desde detenerlo a enviar mensajes confusos a su conductor. Vemos así que cuando se habla ya de permitir la conducción autónoma de vehículos pesados no se ha ni siquiera empezado a asegurar la comunicación digital de los datos que maneja nuestro camión. Convendría pensar seriamente en el asunto, sinó queremos que también la delicuencia informática se ponga las botas a costa de los transportistas en cuatro días… Veremos que nos depara el inquietante futuro.

     

     

     

     

    La subida del petróleo… ¿Antes era muy caro o ahora está excesivamente barato? (15-02-2016)

    Hola de nuevo, en esta ocasión empezaré la reflexión propia del blog de los encamion@utas recordando unas palabras que este periodista escuchó y aplaudió en un congreso de transportistas hace casi una década… Por aquel entonces el precio del barril de petróleo, el consabido Brent que sirve de referencia para el comercio internacional a los especuladores y demás operadores, superaba ampliamente los 100 dólares y marcaba una tendencia que hacía a muchos esperar pronto que alcanzase los 200 dólares… Lo cierto es que la gran crisis financiera que asoló nuestras economías a partir de 2008 ralentizó ese ascenso, aunque lo cierto es que pese al descenso de la actividad mundial y las estrecheces económicas de los consumidores en países como el nuestro (Que os voy a contar a vosotros… ¿verdad?) el petróleo bajó muy levemente durante años. 

    Dichas palabras fueron dichas en 2008 por un ponente en una reunión de transportistas y decían más o menos así: » Como transportistas tenemos que adaptarnos. El petróleo no se va a acabar a corto plazo, pero lo que sí está claro que se ha acabado es el petróleo barato y tendremos que acostumbrarnos a trabajar en una situación marcada por el combustible al alza.»

    El ponente concluyó su discurso con cara de satisfacción, le había quedado redondo y encima parecía ser un entendido, vamos un gurú internacional de la economía… Y lo cierto es que a todos los presentes nos convenció. Aplaudimos como un sólo hombre y nadie levantó la mano para expresar una opinión contraria. Vamos, que nadie podía sospechar que en 2016 un titular en prensa podría decir: «Tras la última subida del precio del petróleo el barril Brent se recupera y vuelve a los 31 dólares.»

    Sí, 31 dólares gracias a que ha subido algo esta última semana, pero lo cierto es que si en aquel 2008 nos hubiesen mostrado esta cotización nadie hubiese entendido nada. Es normal, somos una generación nacida viendo películas de MadMax. ¿Recordáis? Las de un mundo postapocalíptico, más o menos en un futuro posterior al año 2000, es decir ahora, donde el petróleo se había agotado y era más caro que cualquier otra posesión. Pues bien, ahora que habíamos empezado a desarrollar vehículos eléctricos e híbridos, que en la ciudad se está empezando a popularizar el uso de buses urbanos a gas y camiones de recogida de basuras a gas, pues resulta que el petróleo ha bajado casi un 80 por ciento de precio. ¿Pero no habíamos quedado en que el petróleo se iba a agotar y por tanto nunca iba dejar de subir de precio? No lo entiendo. No entiendo como las reglas del mercado se pueden comportar de un modo tan dispar. Y lo que más me mosquea… Si ahora no nos están regalando el combustible y los petrojeques siguen ganándose la vida… Qué pasa, ¿Qué hasta ahora nos la habíamos estado comiendo doblada? ¿Pagamos un precio justo o bien estábamos al servicio d elas grandes multinacionales del petróleo? Visto lo visto, no es que ya casi nadie se atreva a predecir el precio futuro del petróleo sinó que, al menos quien esto os escribe, no se atreve siquiera a opinar sobre si el precio que tenemos hoy en el surtidor de combustible es anormalmente caro, anormalmente barato o simplemente es el que la lotería del mercado nos ha marcado para el día de hoy. Por si acaso seguid realizando conducción eficiente, para gastar lo mínimo que así además de vuestro bolsillo os lo agradecerá el medio ambiente.

     

     

    El primer derecho del transportista: Ser multado (04-02-2016)

     

    Vivimos en un país donde afortunadamente nos respalda una constitución democrática y eso significa que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, aunque a veces no lo parezca. Ello se traduce en toda una serie de derechos y obligaciones que tenemos, como por ejemplo, el derecho a la huelga que es algo recogido en el segundo título del artículo 28 de la Constitución Española. 

    Hasta hace poco suponíamos que entre los beneficiarios de dichos derechos se incluía a los transportistas, aunque afortunadamente el Servei Territorial de Trànsit de Tarragona nos ha sacado de nuestro error. Decimos esto a cuento de la reciente protesta por la situación que en Tarragona se vive a lo largo de la ruta N-340, promovida desde la patronal tarraconense FEAT, de la cual dimos cumplida información en su momento a través de un reportaje que siguió la marcha lenta de transportistas a lo largo de la N-340 y AP7. Debemos aclarar que dicha marcha fue convocada con antelación ante autoridades y concesionaria, por lo que contaba con las debidas autorizaciones y, naturalmente, se desarrollo de modo totalmente pacífico. Vamos, la típica protesta de cualquier sector social en un país civilizado.  

    Los transportistas que participaron en la marcha lenta han sido denunciados por Trànsit.

    Bueno, con una salvedad, que a bajo nuestro humilde punto de vista nos coloca más cerca de una república bananera que de un país de la Unión Europea. Dicha salvedad consiste en que en este caso ejercer un derecho constitucional queda sometido a una multa. Una multa tramitada por el eficaz y vigilante Servei Territorial de Trànsit d Tarragona cuyos agentes han tenido a bien señalar que los vehículos participantes en dicha marcha lenta cuando llegaron a la barrera del peaje hicieron caso omiso de la señal del peaje, en concreto la que nuestro código de circulación identifica como R-200. Hay que destacar como en este caso la propia concesionaria de la autopista colaboró levantando las barreras a la llegada de los vehículos participantes en la protesta, aunque ello no parece importar en lo más mínimo a los agentes denunciantes. Parece que uno de los derechos irrenunciables de los transportistas es el de ser denunciados, por mucho que sus reivindicaciones puedan parecer justas…

     

     

    Ya os lo advertíamos: Los megacamiones de 60 toneladas y 25,25 m llegan a España (1-12-2015)

    Pues sí, tal y como desde encamion.com os informábamos el pasado mes de julio, finalmente y casi en tiempo de descuento, el gobierno ha plasmado en el BOE la normativa que autorizará, para recorridos fijos y bajo autorización, la circulación por las carreteras españolas de los conocidos megatrucks de 25,25 metros de longitud total y 60 toneladas.

     

    Se trata de una normativa de importancia fundamental, que a buen seguro revolucionará las condiciones de trabajo en el sector del transporte por carretera de mercancías. La norma surge tras décadas de experiencia en otros países europeos, principalmente los del Norte de Europa y tras la petición al respecto por parte de la práctica totalidad de uno de los principales sectores económicos del país… Sí, bueno, que nadie se equivoque. Ese sector, ante cuya petición el gobierno del PP ha reaccionado con cierta agilidad, no es el transporte. No, la petición la realizaba la plana mayor de la industria automovilística española y de hecho se enmarcaba en las condiciones para lograr un crecimiento de la competitividad de las plantas productoras de automóviles y componentes situadas en nuestro país. 

    Lo cierto es que los transportistas que sean capaces de adaptarse, aquellos que trabajen directamente con grandes operadores logísticos y con capacidad para invertir en los nuevos vehículos necesarios para formar parte de las combinaciones multiarticuladas megatrucks, a buen seguro tendrán un nuevo argumento para fidelizar clientes y podrán ofrecer un servicio de transporte con menores costes por tonelada transportada… Eso sí, otra cosa será ver a quien termina beneficiando esa disminución de costes, pues si el transportista ahora deberá realizar mayores inversiones en vehículos capaces de manejar mayores pesos totales también debería ser capaz de obtener un beneficio adicional a cambio de su trabajo. Eso sí, echamos en falta un plan de formación y capacitación como se ha hecho en otros países de la Unión Europea para los profesionales del volante que de repente deberán pasar de manejar un 40 toneladas con un sólo remolque o semirremolque a una de estas «bestias» con uno o dos remolques mayor longitud, ahora el máximo será de 25,25 metros, y una masa máxima autorizada del conjunto que crece hasta las 60 toneladas. Veremos como se adaptan los transportistas a manejar estos megacamiones a través de nuestras carreteras y, sobretodo, esperamos que este modo apresurado de introducir los megacamiones en España no se traduzca en una disminución de la seguridad vial.

     

     

    El transporte «pirata» se moderniza gracias a internet.(23-06-2015)

    Puede que para alguno, no sé si decir algún privilegiado, eso de internet todavía sea algo con poca influencia en su vida. Pero lo cierto es que existen unos pocos grandes, mejor dicho inmensos cual ciclópes, nombres de empresas como Google, Facebook, ebay o Amazon que mediante un simple click pueden transformar la vida de millones de seres humanos… Y esa transformación no está garantizada que sea positiva para todo el mundo.

    El repartidor del futuro…¿amenazado por los piratas de internet?

    ¿Y que tiene esto que ver con tu vida al volante de un camión o al frente de una empresa de transportes? Pues la verdad es que cada día más. Desde hace años cuando el equipo de www.encamion.com habla con el responsable de vehículos comerciales de alguna de las principales marcas del mercado el discurso de fondo siempre ha sido bastante optimista. Fuera cual fuera el momento concreto de la economía se confiaba bastante en un próximo estallido del comercio on line. Es decir, de las compras que cualquiera de nosotros a través del ordenador o del smartphone seremos capaces de realizar desde casa. Eso deberá aumentar el negocio para las empresas de reparto a domicilio y generar un incremento sensible en el parque de vehículos dedicados a la distribución urbana. Bueno, eso era lo que creían los responsables de las industrias de vehículos industriales así com los dirigentes de la mayoría de empresas de transporte. Lástima que los ideólogos de internet, esos que se esconden tras grandes mercados online como Alibabá, ebay o Amazon no tengan previsto dar la menor oportunidad a los transportistas en su continua e inmensa expansión amenos que alguna autoridad competente sea capaz de imponer en el mundo virtual las normas y leyes que todos consideramos normales y de obligado cumplimiento en el mundo real.

    Amazon quiere realizar el reparto puerta a puerta mediante drones voladores automatizados, ebay pretende impulsar la colaboración entre vecinos. Es decir, tú compras algo, tu vecino o alguien que viva cerca del almacén de distribución lo ve a través de una de esas grandes web y el reparto final hasta casa te lo hace alguien directamente en su coche particular. Vamos, un pirata al que sólo le falta el parche y la pata de palo y que nunca ha oido hablar de nada parecido a una tarjeta de transporte un certificado CAP para el conductor o simplemente un seguro de mercancías para la carga transportada. Así las cosas, quizás no sería mala idea empezar a pedir inspecciones de transportes pero no precísamente en moto y por las carreteras, sinó a través de internet y dispuestos a cerrar la web que anime al público a convertirse en transportistas piratas para obtener a cambio un descuento en su próxima compra on line. Atentos a las novedades, que las próximas complicaciones para el transporte quizás nos lleguen a través del email… Tiempo al tiempo.

     

    El compañero Lenin está contento (14-05-2015)

     

    Pues sí, eso es lo que parece a juzgar por una de las últimas noticias que han llegado en estas semanas de campañas electorales… Al parecer el compañero Lenin está más que contento. Lenin es camionero en Sevilla, sí su nombre quizás os resulte familiar porque hace aproximadamente un siglo otro Lenin, en este caso ruso, saltaba a la fama mundial impulsado por el ardor revolucionario y las fuerzas bolcheviques al impulsar la Revolución de Octubre que acabó con los zares de Rusia e inauguró la era de las dictaduras comunistas, dictaduras del pueblo pero dictaduras al fin y al cabo.

    Pero bueno, volvamos a nuestro Lenin, andaluz de origen ecuatoriano, quien ha saltado fugazmente a la fama al apoyar la campaña del candidato a la alcaldía de Sevilla, el actual alcalde del PP Zoido, rotulando con sus colores la hormigonera DAF CF con la cual trabaja diariamente. En las imágenes que hemos podido ver por televisión Lenin aparece sonriente y feliz al volante de su camión hormigonera y lo cierto es que si en estos tiempos se gana la vida razonablemente al volante de un camión hormigonera, con la que ha caído en el segmento de la construcción, entendemos la felicidad de Lenin. No hay para menos, la verdad. Eso sí, por desgracia España dista mucho de ser un país poblado por camioneros felices, la verdad. O al menos esa es la imagen que quien esto os escribe se ha formado a lo largo de años y años de escribir sobre transporte de mercancías por carretera. Sin ir más lejos no hace demasiado coincidí con otro compañero de fatigas. En este caso un veterano camionero con cerca de 30 años de experiencia al volante de vehículos pesados y que ha realizado rutas internacionales a lo largo de casi todos los países que se pueden alcanzar desde el nuestro entre Marruecos y Suecia… Me decía que se conforma con lo que hay, que al menos sigue trabajando y se gana la vida. Pero la verdad, simplemente tomando un café y charlando la comparación entre como trabajaba nuestro amigo hace 20 años, siempre como chófer asalariado, resulta demoledora. En 1992 un conductor que realizaba ruta internacional se ganaba la vida excelentemente, mi amigo recuerda aquello con orgullo y como enseguida se compró su Harley de los sueños sin ningún tipo de problema. Me refería a problema económico, pues el problema era poder coger la moto al menos un fin de semana cada mes y medio. Pero le encantaba la carretera y se ganaba bien la vida. Ahora, bueno, la carretera le sigue encantando y lo cierto es que para como está el patio no se queja. Llega a fin de mes y a veces trabaja para alguna de aquellas viejas empresas con las circuló en sus años dorados de oficio. Pero eso sí, vives al día. Como él me recordaba; «Hoy estoy en el paro. Ayer aparqué el camión, les dejé las llaves y se acabó el contrato. El lunes próximo me vuelven a contratar, por cuatro días, que es lo que dura un viaje de ida y regreso a Francia… Y así cada semana si hay suerte y seguimos.» Ya veis, para mi amigo ahora hablar de hacer planes de futuro y largo plazo es hablar de la semana próxima. Igualito que cuando con veintipocos años levantaba 300.000 pesetas de las de antes del euro y se sentía el rey de la carretera al volante de uno de los primeros Iveco Turbostar de más de 400 CV… Por eso, cuando estábamos de charla en la barra de un bar y vimos al compañero Lenin, el camionero sevillano se entiende, en la tele con su hormigonera y tan contento, la verdad, sentimos una envidia tremenda… Felicidades compañero, sigue así con tu hormigonera.

     

     

    Los alemanes, sus manías y nuestra economía (14-04-2015)

    Ya sabéis como gracias a la iniciativa de los diputados alemanes cualquier camión que circule por Alemania puede ser detenido y junto a los cientos de puntos que la ley ya permitía a sus agentes analizar y valorar, sin que hayas cometido infracción alguna, ahora además deberás demostrar- Si tú, por muy europeo que te creas- que ganas al menos lo mismo que marca el salario base alemán. 

    Mucho nos tememos que el resultado, sinó lo evita algún avispado eurodiputado, será que también en caso de cobrar más del salario mínimo alemán sinó llevas a bordo el certificado correspondiente de ingresos, por cierto en perfecto alemán, más que un aumento de salario lo que conseguirá el pobre camionero extranjero será un multazo. Ya se habla de cifras próximas a los 30.000 €.

    En fin, que tiene narices el asunto, porque precísamente ahora según los economistas, ya sabéis esos que no preveen las crisis pero luego las explican, se está saliendo de la crisis al estilo alemán. Es decir que no se ha sufrido inflación, lo que más temen los alemanes desde los años 30 del pasado siglo, gracias a que la economía europea ha realizado lo que se denomina una depreciación interna. Vamos, traducido a idioma de a pie; que ahora trabajamos, los que podemos, por menos dinero que antes. Y según las estadísticas de nuestra Unión Europea dicha depreciación interna no ha sido ni mucho menos uniforme, no. Precísamente los mediterráneos y entre ellos nosotros, los sufridos españolitos, estamos entre quienes los que más hemos visto disminuir las rentas del trabajo. Este sistema ha permitido mantener, en lo peor de la crisis, unas cifras macroeconómicas decentes y los que entienden del tema explican que ha beneficiado especialmente al bloque de países más «virtuosos», entre ellos en primer lugar Alemania.

    Y lo cierto, tiene narices, ahora que los españoles para cumplir las normas de esta UE alemanizada ganamos menos, precísamente sea Alemania el país que se plantea multar a los transportistas extranjeros que crucen su territorio pagando a sus chóferes menos del salario mínimo alemán. Precísamente ahora en una salida de  crisis donde el salario español se muestra cerca de un 25 por ciento menor al medio en países como Alemania. Vamos, que encima de ponernos a dieta ahora nos multarán por no haber comido… Muy europeo, la verdad. El próximo que pase con su trailer por Bruselas que dedique unos bocinazos, o lo que considere, a nuestro bendito Europarlamento.

     

     

    Para el camionero serían tres puntos… ¿Y para el diputado? (25-02-2015)

     

    Conducir un camión, vamos un vehículo industrial pesado, supone una gran responsabilidad. Tanta que si un agente del orden te observa con la mirada distraída o bien manipulando un aparato que pudiera distraerte, pongamos por ejemplo utilizar una tablet durante la conducción para jugar a un jueguecito de esos tan de moda como el famoso Candy Crush, de entrada te meten 3 puntos y probablemente a poco que tu actitud alocada y despreocupada motive al agente de tráfico en cuestión te caería alguna denuncia por conducción temeraria u otra lindeza por el estilo que te habrías ganado a peso.

    El resultado, pues un mínimo de tres puntos de tu carnet de conducción, un buen multazo y una mella en tu expediente de conductor profesional que probablemente sería muy tenida en cuenta por tu jefe de tráfico.

    Jugar al Candy Crush mientras se conduce un camión es una auténtica irresponsabilidad. Hay que tener en cuenta que llevas un vehículo de 40 toneladas, que puede estar valorado en más de 100.000 euros y que un conductor demasiado aficionado a los video juegos podría liarla parda, como ahora se suele decir. Eso de jugar al Candy Crush es mejor dejarlo para nuestro tiempo libre o bien hacerlo mientras hagas una actividad que no merezca tu plena atención. Vamos, algo poco importante, como actuar como presidente de una cámara de representantes del pueblo durante el debate más importante del año de un país con casi 50 millones de habitantes y un PIB próximo al billón de euros… Si, parece que en ese caso se puede jugar a lo que sea y prestar la mínima atención. ¡Por dios! Manejar un país, eso lo puede hacer cualquiera, en cambio manejar un camión es algo mucho más complejo y requiere toda tu atención. 

    No lo sé, la verdad, aunque lo de maniobrar con un trailer siempre lo consideré algo delicado, quien esto os escribe creyó que manejar un país debía serlo todavía más, pero parece ser que los “padres de la patria” consideran lo contrario. ¿O es que quizás debemos aspirar a que el congreso de diputados lo ocupasen ciudadanos mucho más concienzudos que los actuales? No se, me temo que si sus actuales señorías fuesen sustituidas por camioneros tampoco solucionaríamos los problemas del país de un plumazo, aunque quizás la solución a aplicar sería la misma que para lograr que los camioneros sean un colectivo tan atento y concienzudo con sus responsabilidades. Un par de agentes de tráfico paseando por allí con el ojo atento dispuestos a restar puntos del carnet a quien se pase con la tablet y los jueguecitos. Eso si, armados únicamente con un bloc de notas y bolígrafos, que no hay que llamar al mal tiempo y repetir errores propios de otro mes de febrero de hace, afortunadamente, mucho, mucho tiempo.

     

    Después de sobrevivir a la crisis ahora toca sobrevivir a la «recuperación»

    (30-01-15)

    Pues sí, al final después de hablar con un montón de gente de toda clase y condición mucho mejor informada que uno mismo, me lo empezaré a creer. Por lo visto esto que estamos viviendo, por fin, es la tan deseada recuperación que da por concluida la crisis. Si, bueno, muchos de vosotros, casi os diría que yo mismo en función de como termine el trimestre de turno, eso de dar por concluida la crisis, esta tan puñetera que nos acompaña desde 2007, todavía suena como a algo más deseado que real. Pero lo cierto es que hay datos que nos hablan de una economía y un sector del transporte que por fin se mueven al alza en España. Lo cierto es que en 2014 se vendieron más vehículos pesados que el año anterior, pocos pues todavía se venden la mitad de lo que considerábamos normal en 2007, pero la cosa empieza a repuntar. Algunos diréis que si, que vale, algunos están comprando camiones porque no queda otro remedio, porque por buena que salga una máquina, tras recorrer un millón de kilómetros o te dedicas al mecano un montón de horas diarias o te planteas en serio lo de adquirir un camión nuevo. Por que claro, tal y como siguen estando las cosas, de buscar otro trabajo mejor ni hablamos. Sin embargo no se trata sólo de eso, se compran más camiones porque por fin, si al fin, la puñetera luz que indica el fin del túnel, se registra un incremento en la actividad del transporte. Por vez primera desde 2007 ha crecido el nivel de carga que se movió en España durante 2014 respecto al anterior año. Eso sí, estamos un poco por encima de la mitad de lo que se movía en la optimisma y desprevenida España de 2007, pero en 2014 hubo casi un 7 por ciento más de cargas para los transportistas de lo que hubo en 2013. Un cambio de tendencia interesante… ¿Verdad? A eso se suma que por fin los genios que gobiernan esta Europa parecen decididos a que pedir financiación para adquirir vehículos industriales nuevos deje de ser una aventura para la mayoría de los transportistas. Pero claro, tranquilos, que si los nubarrones despejan y podemos ver el sol a través de ellos, ahí están los miembros de nuestro bienpensante gobierno para crear un problema a medida de cada solución… ¿O era al revés? 

    Por lo visto desde la DGT observan con espanto, puñeteros transportistas que no saben como complicarle la vida a los políticos, como ahora en España circulan camiones muy viejos, hemos pasado de ser la flota de transportes más moderna de la UE a una de las más viejas en pocos años. ¿Por qué será? Pero bueno, el hecho es que en este primer año de recuperación de la actividad también se han recuperado los accidentes y las víctimas mortales… Pero tranquilos, que desde nuestro gobierno ya se ha pensado en una batería de soluciones que a buen seguro alegrarán a la mayoría de transportistas: Para evitar que los camiones circulen por los tramos más congestionados y pleigrosos de nuestra red viaria se les va a obligar a circular por vías rápidas de peaje cuando existe una alternativa paralela. Ya se verá si se bonifica o no parte del peaje.

    Además desde la Dirección General de Transportes se promete una nueva campaña de inspecciones más exigentes y se ha acordado entre Transportes y la DGT la puesta en funcionamiento de una serie de radares fijos y móviles con la capacidad de discernir para cada tipo de vehículo su velocidad máxima…Sí, parece que ahora superar los 90 km/h va a ser algo todavía más gravoso. También se habla de actuar para que los infractores repetitivos de normas de tráfico pueden llegar incluso a perder la autorización de transportes. En fin, una auténtica batería de medidas destinadas a mejorar la seguridad del sector… Que por el momento no incluye ni mejorar el estado de las carreteras, ni incrementar los presupuestos para la formación de conductores profesionales, no hablemos ya de ayudas a la incorporación de equipos de seguridad en los vehículos nuevos… Eso sí, de paso el sector del transporte puede que colabore algo más en llenar la caja de «papá estado». No vaya a ser que con eso de la bajada de los precios de los combustibles vayamos perdiendo la costumbre y se nos descuadren las cuentas públicas. Así que ya sabéis… Si habéis sobrevivido a la crisis no cantéis victoria, que ahora toca sobrevivir a la recuperación.



    Los mejores deseos desde el «Km 0» (17-12-14)

    Si hay un lugar donde cualquier camionero, transportista o incluso algún tipo de profesional extrañamente relacionado con este mundo del transporte, como es el caso de quien esto os escribe, se termina delatando esa es la madrileña Puerta del Sol. Los lugareños y habituales pasan por encima de dicha acera sin hacer más caso de lo que les rodea que el necesario para no chocar con los muchos paseantes que suelen congregarse en el lugar. Los foráneos, turistas o domingueros, suelen fijarse en el relojito famoso que nos tiene una vez al año con la atención puesta en un plato de uvas y el televisor, mientras nos prometemos que este año sí, que este año lo conseguiremos y nos comeremos las doce uvas sin protagonizar casi-ahogos y en el tiempo en que marcan las campanadas…

    Sin embargo, si permanecemos atentos al paisanaje de dicha plaza, que ahora aparece dominada por las luces que nos anuncian las campañas publicitarias de la Navidad, no tardaremos en descubrir un curioso ritual. El de una gente extraña, que pasa por la acera de la Puerta del Sol frente al Real Palacio de Correos, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y entonces con cara realmente ilusionada se hacen una foto, al estilo selfie o a la vieja usanza pidiendo la colaboración de algún acompañante. La verdad es que el lugar resulta todo un éxito para las fotos de recuerdo. Pero no se trata ni de admiradores del señor presidente de la comunidad madrileña ni de enamorados del lugar. Si caminamos hasta la puerta del palacete del S XVIII en cuestión descubriremos que allí existe una placa en el suelo que nos indica el kilómetro Cero de las rutas radiales de España, si esas A1 hasta la A6, que marcan la geografía nacional y han marcado la vida de tantos de nosotros.

    Y estando allí una tarde lluviosa de domingo, rodeado de gente realizando sus compras navideñas, no lo puedo evitar. Yo también pertenezco a ese colectivo olvidado y castigado, sobre todo por los políticos, que de un modo u otro vivimos alrededor de la carretera. Me pongo a la cola y en un minuto yo también estoy cumpliendo el ritual de hacerme esa foto en el kilómetro Cero. Recuerdo la primera vez que lo vi, desde la ventanilla del Ebro Serie P de mi padre, liando un pequeño atasco para realizar la visita… Y no puedo más que desear en estas fechas lo mejor para nuestro colectivo, el de los encamion@utas y todos los que se relacionan con el transporte y que recorren esa geografía que la placa del kilómetro cero nos recuerda. Así que ya sabéis, felices fiestas con los vuestros y, sobre todo, un 2015 provechoso y sobre ruedas. Pese a todas las dificultades del momento, pero a buen seguro que sabremos seguir adelante. No pediremos grandes ayudas ni al gobierno, ni a las comunidades, ni a la Unión Europea, seremos realistas  para 2015 les pediremos que no se inventen ningún nuevo método de fastidiar el transporte, a ver si así poco a poco vamos superando el bache económico entre todos.

     

    Una semana movidita… (20-11-14)

    Sí, bueno, en principio en este mundo del transporte, sea como periodista o como protagonistas a vuestro estilo, sentados al volante, todas las semanas resultan moviditas…¡Y que dure! ¿Verdad? Pero estamos en una semana que se iniciaba con la desconvocatoria de huelga, si la de la devolución de ese atraco realizado sin respaldo legal y que todo parece indicar que va a terminar en un «Ni pá ti ni pa mi» al estilo de cualquier mercadillo. Todo muy profesional y muy «Marca España». En fin…Pero también es una semana en la que se ha ido extendiendo la noticia acerca de la próxima entrada en vigor, falta el correspondiente reglamento que desarrolle la ley, de las nuevas masas y dimensiones autorizadas para los vehículos pesados en España.

    Lo cierto es que al final se ha optado por permitir en ciertas condiciones la circulación de las llamadas eurocombinaciones, es decir conjuntos de vehículos de hasta 25,25 metros de longitud y 60 toneladas de peso total. Ello implica un mínimo de 7 ejes, con lo cual el peso por eje es similar al de los actuales trailers de 5 ejes y 40 toneladas… La gracia del asunto está, volviendo a la frase anterior, en el «ciertas condiciones». 

    Parece que los euro-combi se limitarán a ciertos recorridos y cuando enlacen dos centros logísticos adecuadamente preparados. Vamos, que se adivina una nueva categoría de transportistas, especializados en rutas fijas para unos clientes fijos que podrán jugar en una especie de división de honor con vehículos de mayores prestaciones, que cargarán un tercio más de mercancías que los del resto de los mortales. Una de las claves para ver como evoluciona a partir de ahora nuestro sector estará en ver qué condiciones deberán cumplir los conductores y los camiones que traccionen dichas combinaciones, que pueden pasar por diversas configuraciones de vehículos, algunas con varios remolques. Por ejemplo se habla de la necesidad de un nuevo carnet o de unos requisitos, antigüedad y años sin sanciones, que debería cumplir el conductor de un 60 toneladas. Eso significaría crear una nueva categoría de profesionales del volante que a buen seguro deberían ser más valorados y por tanto lograr mejor remuneración, pues su trabajo sería bastante más rentable que el de los actuales compañeros al volante de como mucho un 40 toneladas. Así mismo, pensando en la empresa de transportes, si logras un cliente con una de estas rutas especializadas enlazando dos centros logísticos con una combinación de 25,25 metros es probable que dicho cliente te asegure un período más o menos largo de ocupación, ya que ese tipo de transporte, a menor coste por tonelada transportada, no lo va a poder negociar viaje a viaje con el primero que pase. Vamos, que bien aplicado, el uso de las combinaciones de mayor capacidad podría dar al sector un mayor grado de estabilidad y profesionalidad… ¿O será verdad eso de cobrar lo mismo por viaje sea cual sea la capacidad del camión? Si fuera así, la verdad, olvidaos de los 60 toneladas o incluso del trailer de toda la vida con sus 40 toneladas. Si de verdad vas a cobrar lo mismo por el viaje, cargues lo que cargues, olvida el camión. Lo más práctico es cambiárselo a un pizzero por su moto y verás como ahorras un pastón en neumáticos y gasóleo. ¡Y a vivir!

     

    El robo del céntimo sanitario, excusas de mal pagador y una convocatoria de huelga… (30 -10 -14)

    Desde luego tenemos el país patas arriba y, para variar, a nuestros gobernantes lo último que les preocupa es un sector como el del transporte de mercancías por carretera, que total no sirve para nada salvo contaminar y formar atascos, de modo que no merece que los miembros de nuestro gobierno le presten atención alguna…

    Sí, esta es mi opinión tras haber analizado la actual situación, la de quien este blog escribe. Antes estaba equivocado, creía que el transporte de mercancías por carretera era un sector vital para la economía de cualquier país. Creía que los camiones con sus mercancías eran algo así como los glóbulos rojos de la sangre transportando la energía necesaria para el pulso de una sociedad viva. Vamos, que estaba tan equivocado que creía, desde mi errónea visión del mundo, que el transportista era una pieza estratégica para cualquier sociedad… Pero no, me equivocaba totalmente. Si el transporte fuera todo eso que yo creía no sería posible que un gobierno fuese tan inepto como para penalizarlo con impuestos declarados ilegales desde la Unión Europea, me refiero al llamado céntimo sanitario. Además, a un sector así de importante cuando los tribunales le dan la razón no se le empiezan a dar largas y decir que si acaso podríamos pensar en devolver algún día parte de lo que os hemos robado (entender aquí robo como cobro indebido tras una sentencia de un tribunal que así lo dice). De intereses ya ni hablamos… Y claro, tras recibir tal trato los muchos transportistas que todavía siguen tan equivocados como lo estaba yo antes, es decir creyendo que son un sector estratégico y que como mínimo deberían tener derecho a que el gobierno los trate con respeto y cumpliendo las leyes, ahora se han cabreado y la práctica totalidad de asociaciones del sector amenaza con plantarse en una huelga el próximo 17 de noviembre… ¿Qué se habrán creído? ¿Exigir sus derechos? ¿Pretender que les devuelvan el dinero cobrado a modo de impuestos declarados ilegales? 

    Pues así están las cosas o bien todos los que creíamos que el transporte era un sector serio y digno de respeto nos equivocamos o bien no lo es y el gobierno no tiene porque molestarse en cumplir las leyes que afectan a los derechos de los transportistas… Parece que va hacer falta una huelga para dejar las cosas claras. Menudo país, nadie diría que estamos hablando de un país pertenciente a la Unión Europea. Veremos si la obstinación del señor Montoro hace necesario mantener esta huelga-pulso hasta el final, cuyos efectos perjudicarán a todos , empezando por los propios transportistas. Pero si esos perjuicios se la traen al pairo a nuestros gobernantes al menos que rectifiquen por el bien de su amada Marca España, que no se iba a beneficiar demasiado con un paro del transporte. 

     

    Un sector para el desgüace (21-10-14)

    No sé si tendrá que ver con los altibajos anímicos propios, por cierto bastante acompasados como sucede a la mayoría de autónomos con los trimestres y los pagos que toca afrontar, pero lo cierto es que hay días en que uno se levanta, se pone en ruta para tratar de alcanzar los múltiples temas que terminarán transformados en artículos y reportajes que los encamin@utas podeis encontrar en vuestra web favorita del mundo del camiñón y lo cierto es que lo que te encuentras no sirve precísamente para animar al personal…

    A continuación os haré un breve resumen de lo que este reportero se fue encontrando a lo largo de una de esas jornadas en las que un par de entrevistas te llevan a conducir 800 kilómetros y cruzar casi todo el país:

    6H00:

    Primer café de la mañana con cara de mucho sueño a pie de la A2. Mientras a uno se le van despertando las tres o cuatro neuronas a medida que la cafeína incrementa su presencia en el riego sanguíneo, un cierto alboroto en el aparcamiento de la gasolinera llama la atención de los presentes… Luces, una grúa que llega un camionero gritando con pinta de cabreo. Vamos, que por sueño que se tenga resulta evidente que a alguien le han robado. Le han reventado el depósito y le ha volado el gasóleo a la vez que le han dejado como regalito sobrante una avería, un día en el que no cumplirá con sus clientes y una facturita de consideración si pretende acudir a un taller con el depósito reventado… Pero claro, algún listo ha decidido que con un tubito, una llave inglesa y gasóleo gratis se trabaja mejor y sin problemas a fin de mes.

     

    11H30′:

    Una entrevista después y otros 200 y pocos kilómetros más ahora ya he cambiado el café por el refresco, de cola, pues mi cuerpo sigue requiriendo mayor aporte de cafeína. Mientras le doy a las células lo que reclaman no lo puedo remediar, detrás de cada periodista se esconde un cotilla y escucho la interesante conversación de dos compañeros de fatigas al borde de sus camiones… Por lo visto me he perdido algo, media vida hablando, escribiendo, fotografiando e incluso conduciendo camiones y todavía no me había enterado que lo último es pagar para que te den un camión con la cabina más cómoda y más equipada. Porque claro, eso es un lujo… Tener dos armarios más, una tele y una nevera más amplia cuando te pasas tres semanas seguidas en el camión es un lujo y es normal que el jefe, por no llamarlo otra cosa que podría ser considerada un insulto, te pida una cuota de alquiler a cambio de que tú disfrutes de una cabina de lujo. ¡Que tonto! Yo todavía creía que lo normal en un trabajo es que te den las herramientas para realizar tu trabajo y por lo visto ahora te las venden… Y claro, no hablamos de autónomos con camión y empresa propia, sinó supuestamente de miembros de una flota de transportes haciendo internacional en esa UE nuestra tan perfecta, donde sin embargo a los curritos de a pie las condiciones no siempre les parecen tan perfectas, visto lo visto.

    Ya estoy harto, se acabó el café y trataré de reportar en una máquina de autoservicio, no quiero hablar con nadie más… A este paso no me atreverá ni a mirar los camioncitos del despacho. En fin, a ver si hay suerte el próximo viaje se nos da algo mejor.

     

    Los financieros te la están colando doblada… ( 13-10-14)

    Sí, a ti, si estás leyendo estas líneas será que algo tienes que ver con este mundo que va sobre ruedas a lomos de camiones, que un 99 por ciento, siguen alimentándose de gasóleo. Pues verás… Resulta que ese gasóleo que protagoniza el mayor apartado en el presupuesto de la mayor parte de transpostistas, que actualmente en nuestro país resulta muy difícil adquirir a un precio inferior a los 1,30 euros por litro, no fluctúa siempre de un modo claro y transparente en su precio de venta al público. 

    Sí, claro. Pedirle transparencia al oro negro tiene bemoles, es cierto. Pero resulta que una cosa denominada «Barril Brent» el mismo día en que escribimos estas líneas lleva cuatro meses encadenando descensos en su precio hasta quedar cerca de los 90 dólares el barril. Eso significa que una de las referencias para el mercado bursátil de materias primas como es el petróleo ha visto caer su precio un 22 por ciento en los últimos cuatro meses. La pregunta es simple; ¿Y tú? ¿Has visto como te bajaba la factura del gasóleo en el mismo porcentaje?

    Probablemente, también al 99,9 por ciento, no. De hecho estadísticamente en España durante el mismo período de tiempo estudiado los precios del combustible en las gasolineras de España han evolucionado también a la baja, pero en un prudente, escaso y cicatero 0,5 por ciento para el gasóleo de automoción. Vamos que las grandes petroleras en nuestro mercado han visto crecer sus beneficios en los últimos cuatro meses. Y mientras, la mayor parte de los transportistas preocupados por lograr la devolución de parte del céntimo sanitario… ¿Quien dijo que el transporte no es un gran negocio? Lo que pasa que quizás los beneficios no caigan precísamente del lado de quien pone un vehículo y su trabajo o el de sus asalariados en la carretera, sinó más bien del lado de las grandes firman petroleras que juegan en un mercado donde la competencia no parece ser, ni mucho menos, un acicate para disminuir los precios de venta al público. ¿Y el gobierno mientras que hará? Pues nada, disfrutar de su porcentaje de impuestos cargado por litro de gasóleo, que mientras no vea descender su precio sigue beneficiando brutalmente a los presupuestos del estado. Un estado que soportas tú. Así que adelante, a seguir recorriendo kilómetros y llenando depósitos…

     

    El baile y los baches de la A 2 ( 06-10-14)

    No, no es que ahora vayamos a recordar aquella estupenda canción que era un éxito en la España de 1988 lanzada por La Guardia y titulada «El Blues de la Nacional II». Aquella fue la España de la juventud de quien esto os escribe y por tanto formó parte de mi banda sonora, junto a otros éxitos rockero-camioneros, como el estupendo «Quiero un camión» de Loquillo. Sí, ya veis, no nos dió precísamente por la música clásica…

    Y bueno, sería muy bueno recordar como hacía el grupo La Guardia al Tío Braulio y su Pegaso averiado en la N-II como hacían ellos en su fantástico blues… Pero no, en el último viaje que entre reportaje y reportaje nos ha llevado a circular por enésima ocasión por la ruta entre Barcelona y Madrid, ahora denominada como A2 en la cartografía, nada más cruzar el límite provincial y autonómico que separa Fraga de Lleida empezamos a pensar en aquel Blues de la NII. Por desgracia los tiempos cambian y quien ahora circule por la A2, heredera de la NII, no bailará un dulce blues con aroma nostálgico y rockero sinó más bien una dura música máquina que puede partirte tan fácilmente el espinazo como el chasis de tu camión. Sí, así de duro. No se trata de baches sinó de auténticos cráteres los que tienen que desafiar los transportistas y el resto de usuarios de la puñetera autovía en cuestión. A juzgar por el patético estado de conservación, es un decir lo de conservación, del asfalto de la autovía A 2 nadie diría que este es el principal eje viario por el que se mueve el transporte de mercancías por carretera en nuestro país, junto al corredor del Mediterráneo. Viendo como se trata a esas mercancías que son la plasmación de las exportaciones que deberían sacarnos de la crisis, algo falla en este país. ¿Quién decide las prioridades de gasto? ¿Las decide alguien? 

    La verdad es que viendo esos baches que ponen en peligro la conducción en la A2 quizás el calamitoso asfalto que une Barcelona y Madrid no es más que el mejor reflejo de la actual situación política que también amenaza con separar ambas capitales… Quizás valdría la pena empezar a tapar baches, dejarse de tanta discusión política y dedicar un poco de más esfuerzo y capital al asfalto. Nadie se ganó una estatua por asfaltar una carretera, pero a buen seguro los riñones de un montón de profesionales del volante lo agradecerían.

     

     

     

    Hoy y toca hablar de política y … ¿camiones? (07-05-14)

    Pues sí, ya sabéis se acercan de nuevo unas elecciones y los políticos multiplican los esfuerzos para estar todavía más presentes de lo habitual y aparecer hasta en la sopa saludando por doquier y opinando de los temas más peregrinos, que desgraciadamente no siempre coinciden con las preocupaciones que a los de a pie nos puedan interesar.

    Y lo peor no es cuando opinan sinó cuando la emprenden a base de leyes y otras armas arrojadizas que debemos sufrir los pacientes ciudadanos que si no son capaces de solucionar problemas existentes al menos pueden generar nuevos problemas que después algún político de esos se marcará el punto de ser capaz de sllucionar. Si, lo cierto es que quien esto os escribe a estas alturas está un algo desengañado con estos gobernantes que tenemos sobre nuestras cabezas, pero bueno, dicen que es el mejor de los sistemas conocidos, así que habrá que seguir con ello.

    Y claro ahora estamos de «europeas», unas elecciones importantísimas donde elegiremos a todos esos que en teoría deciden y se pasean por Bruselas gracias a unos buenos sueldos que pagamos entre todos los ciudadanos de a pie. Y lo cierto es que por una vez me gustaría escuchar hablar a los políticos, pero no de las «chorradas», lo siento pero es el calificativo más leve que me viene a la mente, con suelen premiarnos el 90 por ciento del tiempo en que aparecen en las diversas pantallas de TV. Esa Europa lejana, la Unión Europea, es donde se deciden porqué los camiones que ahora se matriculan deben cumplir la norma Euro 6 y ser de media unos 12.000 euros más caros de lo que resultaban el pasado año. También son esos mismos parlamentarios los que pueden permitir o no que países como Francia o Reino UNido terminen por implantar un impuesto, Euroviñeta lo llaman encima, que sólo afecte a los camiones extranjeros que circulen por su territorio. ¿Seguimos? ¿Habéis oido la posibilidad de que algunos paises europeos empiecen a multar a quienes realicen el descanso semanal en la cabina de su camión y no en el domicilio? También depende de la UE la inflexible norma sobre períodos de conducción y descanso que te impide llegar a casa un viernes por la noche aunque sea sólo por 100 kilómetros después de pasar una semana fuera. ¿Sabéis quien decide lo del limitador, si te autorizan o no a circular con más de 40 toneladas, la fiscalidad de los combustibles, la necesidad de incorporar diferentes elementos de seguridad? Y muchas cosas más de las cuales, por cierto, nunca y remarco ese NUNCA lleno de desilusión he escuchado a alguno de esos políticos que nos tocó sufrir opinar y ni muchísimo menos preguntar a los interesados. De todo eso me encantaría escuchar hablar a los políticos. Supongo que a vosotros quizás también. así que ya lo sabéis si por casualidad se os pone alguno por delante, preguntadle sobre vuestro oficio.

     

     

    Las primeras nieves y despilfarropublico.com (30-1-14)

    Nuestro bienpensante gobierno que vela por el bien de todos nosotros tuvo a bien años atrás situar unos aparcamientos de emergencia en las principales vías del país para poder desviar y detener el tráfico pesado sin colapsar ejes viarios en zonas susceptibles de sufrir nevadas durante los meses de invierno. 

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Hasta aquí nada que objetar, es más, ojalá todas esas administraciones que gravitan sobre nosotros y nuestro bolsillo fuesen siempre tan previsoras. Los problemas empiezan cuando vas al volante de tu camión, un poco como cantaban los de La Guardia en los 80 del pasado siglo en aquel hermoso Blues de la N II, y de repente los agentes de la ley te desvían a uno de esos aparcamientos de emergancia donde deberás aguardar hasta que te permitan salir de allí y seguir con tu trabajo… Los aparcamientos en cuestión son simplemente eso. GRandes extensiones de asfalto con una valla para controlar su acceso. Allí los camiones y sus mercancías pueden estar horas o días detenidos. Y habréis notado que sólo hablo de camiones, porque a juzgar por la absoluta falta de servicios de cualquier tipo en dichas instalaciones, nadie, repetimos NADIE, de todos esos paniaguados con cargo al erario público que gestionan nuestra, nuestra la de los ciudadanos que las pagamos con nuestros impuestos, red de carreteras parece haber tenido en cuenta que dentro de los camiones resulta conveniente que viaje un ser humano, conocido como camionero, conductor o transportista, para lograr que dicho vehículo funcione adecuadamente. Pero claro, en un pais donde esas mismas administraciones han financiado todo tipo de monumentos a la caradura y las formas de quemar dinero público para glorificación de policastros y sus amiguetes, parece que era un lujo inasumible dotar a esas instalaciones de unos lavabos o un telefóno de emergencias… Por si alguno de vosotros no cree posible tal desatino, la próxima vez que tenga que soportar horas de espera en uno de esos gélidos aparcamientos abandonado de la mano de Dios puede pasar el tiempo entrando en la sigueinte web: www.despilfarropublico.com Vereis como nuestras siempre atinadas administraciones, las mismas que os obligan a realizar vuestras necesidades como cualquier perro, junto a la rueda del camión, siguen sin tener dinero para situar un WC en diho aparcamiento donde os han obligado a deteneros pero en cambio si que financiaron aeropuertos sin aviones, vías del AVE sin pasajeros e incluso discotecas con financiación pública… ¡Que de todo ha habido en este país de las mil maravillas y millones de ciudadanos cabreados!

     

    ¿Como pijos o como vagabundos? (23-1-14)

    Carretera, un alto en el camino entre dos reportajes y un café en solitario en la barra de cualquier bar de esos de gasolinera con su inconfundible impersonalidad que los hace a todos casi iguales… Poca gente, salvo un grupito donde dos de ellos llevaban la voz cantante. El uno vestía unos tejanos y un jersey a la moda, el otro… Bueno unos pantalones de chandal y una camiseta vieja llena de lamparones. Por las llaves sobre la mesa y los camiones aparcados fuera se trataba de profesionales del transporte. Vamos, camioneros de toda la vida. La conversación iba subiendo de tono y poco a poco se iba convirtiendo en algo bastante más interesante que los anuncios de la TV. Por lo visto al chico del chandal  se le había ocurrido hacer un comentario sobre lo elegante que era su compañero de mesa, de charla y de viaje, pero desde luego no de empresa. El comentario debía haber sido algo así: «Eres un pijo andas con un camión y siempre vas tan elegante.»

    Y lo que tiene este país nuestro lleno de gente harta de soportar la crisis, donde una cosa siempre llevó a la otra y donde cualquier inocente discusión, sobre la moda para camionerosen este caso, puede desembocar en una cruel radiografía de como nos ganamos la vida al volante. 

    Ahora el que llevaba la voz cantante era el de los tejanos y el jersey elegantes: «Pues sí, me compro la ropa que me gusta. ¡¡Para eso trabajo todo el mes y no paro en casa!! Yo no te digo nada de como vistes. Tú andas con un chandal roto porque si tu jefe cobrara por esa carga que llevamos lo que se debe cobrar a lo mejor podría pagarte un sueldo normal y tú no tendrías que andar vestido como si hubieras salido de un cubo de basura.» 

    Con un comentario así, lanzado de golpe a la cara, éramos ya varios los presentes que no nos hubiésemos extrañado de ver una pelea en directo y en toda regla. Pero lo cierto es que el silencio se hizo de golpe en la mesa de los cinco compañeros ocasionales de ruta. Miraban fíjamente al aparcamiento medio iluminado, donde sus cinco camiones estaban allí aparcados con sus cinco cargamentos idénticos… Los miraban como si no fuesen sus propios camiones, como si de repente hubiesen descubierto algo extraño en ellos… Como si no lograran entender porque cinco viajes idénticos con cinco cargas idénticas no significaban cinco pagas idénticas e igualmente justas. Los miraban como si de repente hubiesen descubierto algo en ellos que nunca hubiesen visto antes. Y parecía que no les gustaba nada lo que habían descubierto.

     

    ¿Europeos de primera o alemanes de segunda? (26-06-13)

     

    Últimamente no parece que Europa, no el continente geográfico sinó la supuesta Unión Europea, se esté rompiendo sinó más bien que nos la estén rompiendo en la mismísima cara. Aunque casos puntuales de abusos sufridos por algún transportista español por las rutas europeas surgen de cuando en cuando desde que los primeros Pegasos con placa TIR se atrevieron a cruzar los Pirineos, lo cierto es que de un tiempo a esta parte dichos abusos no sólo se empiezan a generalizar sinó que además parece que los llevan a cabo autoridades en ciertos países para congraciarse con sus compatriotas en unos tiempos en que el extranjero empieza a ser el culpable de todos los males. Y,claro, un transportista de internacional suele ser ese extranjero allá por donde circule, siempre a mano para que la autoridad abusiva de turno atropelle sus derechos para demostrar a su opinión pública que los peligrosos extranjeros se mantienen a ralla.

    Los abusos ahora llegan a modo de supuesta preocupación por la seguridad vial. En algunos lander alemanes parece ser que la policía está dispuesta a acabar con todos los camiones peligrosos y, por lo visto, el mayor peligro de un camión consiste en no lucir una bonita placa de matrícula alemana en su frontal.

     

    La última moda en las autobahn consiste en que una patrulla de carreteras recorra los aparcamientos a la búsqueda de un incauto transportista extranjero. Se le piden al vehículo los papeles y aún cuando estén totalmente en regla se le obliga a acudir a una ITV, alemana con técnicos alemanes según cánones alemanes, y se procede a inspeccionar todo el vehículo despreciando totalmente cualquier prueba de haber superado una ITV española que el transportista peligroso sea capaz de aportar, aquí peligroso puede aplicarse como sinónimo de extranjero. Hace pocas semanas un transportista explicaba como uno de sus vehículos había sido retenido varias jornadas en Alemania con este tipo de tretas. Al conductor le habían obligado a sustituir incluso varios neumáticos nuevos del vehículo y el camión había completado una factura de varios miles de euros en el taller. Abuso nos parece poco ante prácticas así. Si esto se generaliza hablar de libre circulación en la Unión Europea va a ser poco más que un ejercicio de cinismo. Alguna asociación de transportistas lleva ya años tratando de frenar estos abusos, se nos ocurre que un remedio sería circular por Alemania con un vehículo perfectamente alemán, sea MAN o Mercedes, enganchado a un semi fabricado en el mismo país compendio de la perfección técnica, equipado con neumáticos de la misma nacionalidad. Eso sí, manchando todo ese compendio de perfección técnica germana con una placa de matrícula insultantemente mediterránea, ya sabéis de un país como el nuestro de esos donde nadie trabaja, todos robamos y sólo pensamos en incumplir normas para fastidiar a nuestros socios de la Unión Europea… ¿Y si te paran? Pues denuncias a la marca del camión, a la del semi y a la de los neumáticos por ser incapaces de cumplir con una perfecta ITV alemana y, fin del problema, que se entiendan entre alemanes, que al menos hablan la misma lengua.

     

     

    España: ¿La otra Alemania? Con sus baches y sus peajes…(25-04-12)

     

    Aunque en los grandes medios de comunicación lo que sigue predominando es el eco de voces que machaconamente nos recuerdan lo mal que estamos enmedio de esta puñetera crisis, algunas veces entre las muchas plañideras mediáticas se pueden escuchar pequeños atisbos de esperanza. Son los que más que explicar lo que cualquiera saliendo a cualquier calle del país ya sabe, que estamos fatal, tratan de acertar a explicar como vamos a salir de ésta y a través de que medios…

    A estas alturas de 2013 parece claro que durante la última década hemos pasado del «España va bien» al «España se jodió» y lo único que está claro para la mayoría de parados, currantes y habitantes del país en general es que hay que espabilarse como sea para lograr llegar a fin de mes. Porque mientras los gobernantes parecen demasiado ocupados en cuidar las grandes corporaciones y tratar de contentar a la señora Merkel, más que de ver como anda el pueblo. Parece que de lo poco que en nuestra economía va funcionando destacan dos sectores: el turismo y la exportación tanto industrial, como es el sector del automóvil, como en la agricultura. Algunos expertos internacionales ya hablan de España como de una próxima segunda Alemania en el Sur de Europa, pues las empresas que han sobrevivido a esta quema a base de reducir personal, salarios y costes se están convirtiendo en organizaciones realmente competitivas a nivel internacional. Tenemos algunos ejemplos espectaculares, como el Grupo Inditex gallego, otros que no están mediáticamente tan de moda como pueden ser las factorías de Iveco en Madrid y Valladolid, la del Grupo Volkswagen en Martorell (BCN), las de Renault en Castilla y León, por no hablar de la huerta murciana, almeriense y de Levante… En definitiva que algunos en este país más que ponerse las pilas parece que no se las quitaron nunca y pequeñas islas de actividad existen en el país. Muchas más de los pequeños y exitosos ejemplos que mencionamos en estas líneas. Todos ellos tienen algo en común. En el mundo real, no en el que dibujaban los proyectos faraónicos de infraestructuras de todo tipo propuestas desde gobiernos ebrios de manejar presupuestos abultadísimos, esas exportaciones que pueden ayudar a sacar el país adelante dependen fundamentalmente de la carretera. Es decir, del camión y los transportistas que los mantienen en activo.

    Pues sí, ya lo véis, sóis un sector estratégico para la economía de un país que necesita soluciones económicas… Sin embargo, ¿qué recibe el transportista? Pues falta acuciante de crédito para renovar flota aunque no le falte el trabajo, amenazas de nuevas cargas impositivas, precios del gasóleo galopantemente fuera de control, multas a las asociaciones que tratan de mantener los precios sobre el coste por kilómetro… En definitiva un sector no precísamente mimado por los diversos gobiernos, tanto a nivel nacional, europeo, como autonómico. Una de las últimas aportaciones nos parece ya un auténtico choteo…En Catalunya a principios de 2013 se inauguró a bombo y platillo el desdoblamiento de la C25, la ruta entre Girona y Lleida, atajo para las exportaciones españolas hacia la frontera de la Jonquera. Eso sí, el doble carril iba unido a la promesa, casi amenaza vista la actual situación del sector, de implementar un peaje telemático para los vehículos pesados. Eso sí, lástima que tras cuatro meses de uso dicha nueva infraestructura mediática ya ha visto como baches de más de un palmo de desnivel obligan a situar en varios tramos un impresentable límite provisional de 80 Km/h… Fantástico…¿Verdad? Además, en la continuación lógica desde Girona hacia la frontera los gobernantes autonómicos catalanes deciden que los camiones son los culpables de años de tragedias humanas prohibiendo su paso por la NII a vehículos de cuatro ejes o más. La alternativa, con descuento, pero es una vía de pago. Un coste más para un transportista que no está en su mejor momento. En fin, que no queda más que felicitar al responsable de Transports de la Generalitat de Catalunya, Pere Padrosa conocido transportista en cuyo currículo encontramos altos cargos en entidades del transporte a nivel mundial, por lo bien que está cuidando a su sector. Se nota que el transporte es un sector estratégico y vital para la economía…¿O no?

     

    Cuento de Navidad en la NII (18-12-12)

    En este país llevamos ya demasiados meses y, lo que es peor, trimestres, que es como cuentan el tiempo los economistas que todavía se atreven a hacerlo, sufriendo un estado de las cosas no precisamente positivo. La crisis ya es algo que nos acompaña sin más, tan presente como el sol en el cielo, un vecino en el rellano de casa o cualquier otro elemento cotidiano… Tanto es así que algunos días si se te ocurre conducir escuchando la radio o bien has cometido el error de hojear el diario mientras te tomaste el café con leche matutino la reacción humana más lógica consiste en dejarlo todo y salir corriendo.

    ¡El paro! ¡Más paro! ¡Deshaucios!¡Gente en la calle sin pisos y bancos llenos de pisos sin gente que quieren nuestro dinero! Y encima no faltan casos de grandes mangantes que atesoran millones de euros con la misma facilidad con que los simples ciudadanos únicamente atesoramos recibos para pagar cuando llega el fin de mes…  Y es que muchos días si se te ocurre escuchar una tertulia radiofónica de actualidad política se te hiela el ánimo convencido que este país ya no sirve ni para que lo rescaten. Hace pocos días, quien esto os escribe andaba al volante sumido en ese tipo de pesimistas reflexiones, tras haber padecido una ración matutina de tertulianos radiofónicos convertidos en auténticos voceros paniaguados del apocalipsis. Afortunadamente los disgustos raramente bastaron para quitarme el apetito de modo que decidí detenerme en uno de esos restaurantes de carretera de toda la vida donde se sigue comiendo razonablemente bien a cambio de una tarifa igualmente razonable en medio de los Monegros.

    Sentado de espaldas a la televisión, no quería darle la oportunidad al telediario para fastidiarme el almuerzo, empiezas a dar cuenta del plato… Te fijas en lo que hay a tu alrededor y ves que quedan pocas sillas vacías en el comedor. Son las dos, la mayoría de los comensales forman parte de esta familia, la de los profesionales de la ruta… Uno por mesa, salvo un par de mesas con tres y cuatro ocupantes donde coinciden compañeros de trabajo. La verdad es que algunos afortunados todavía nos hemos reunido allí, trabajamos y nos llega para comer… Está visto que al propietario del restaurante el telediario tampoco le va a fastidiar el día. La televisión sigue allí en marcha pero el sonido al mínimo convierte a los anunciadores de recortes en inofensivas marionetas. En lugar de los malos agüeros el salón se inunda con el sonido característico de villancicos navideños a todo volumen. Lo cierto es que la combinación de estridencia navideña y un salón repleto de hombres solitarios con rostro sombrío resulta cuando menos curiosa. Pero allí, saboreando la comida, escuchando los villancicos que tenían la virtud de enmudecer las noticias sobre la crisis, te fijas en que pese a todo todavía hay gente dando el callo y sacando sus vidas adelante. Lo cierto es que viendo a través de la ventana tras la barra del bar la lista de precios del combustible en la gasolinera no deja de ser un auténtico milagro navideño que tantos transportistas sigan adelante. No es un cuento de navidad, no esto también forma parte de la realidad. No suele salir en las tertulias de los anunciadores profesionales del desastre, pero forma parte de la salida de esta puñetera crisis. Una salida de la crisis que todavía se adivina endemoniadamente lejos, pero que cada vez está más cerca. Seguro. Nuestro deseo para 2013 es que encontremos dicha salida más pronto que tarde y, sobretodo, que el máximo número de todos vosotros lo vea trabajando. Sería una buena señal y de paso ayudaría.

     

     

    ¿El mejor momento para cambiar de camión? (Publicado el 30 – 10 – 12)

    Quizás a bastantes de vosotros os parecerá que para que alguien os diga esto, el titular que encabeza este escrito, dicho así, a la brava y sin signos de interrogación, con la que está cayendo debería tratarse de un optimista sin remedio o bien un vendedor de vehículos industriales, que todavía los hay… Pero lo cierto es que viendo las estadísticas de ventas de vehículos industriales, en decadencia mes tras mes, se nos dice que prácticamente el 50 por ciento del parque de vehículos industriales tiene ya más de 10 años de antigüedad, lo cual significa un claro retroceso respecto a lo que entre todos habíamos logrado con el desarrollo económico del país y el sector del transporte por carretera.

    Lo cierto es que el transportista actual, como bien sabéis cualquiera de vosotros, sea desde un despacho al frente de una flota de decenas o centenas de vehículos o simplemente al volante del único camión que forma la empresa que te da de comer a ti a tus familiares, pero lo cierto es que se debe trabajar duro, como siempre, para llegar a fin de mes pero teniendo en cuenta que ahora lo hacemos pagando el litro de gasóleo casi siempre por encima de 1,4 euros el litro y muchas veces incluso superando los 1,5 euros por litro. Frente a esta dura realidad se pueden hacer pocas cosas. Una de ellas es tirar la toalla y buscar otro negocio o trabajo al que dedicarse, la otra plantearse protestas o movilizaciones que raramente han logrado algo en concreto cuando de nuestro sector hablamos y no digamos ya si lo que se pretendía era apelar al corazoncito de las petroleras dominantes del mercado y lograr rebajas en el precio del combustible…

    ¿Qué nos queda por hacer? Pues bien, en el supuesto en que diariamente tengas trabajo y encima lo cobres en plazos razonables lo cierto es que desde estas líneas se me ocurre que para algunos la salida más razonable puede ser decidirse arenovar el vehículo. A nadie le apetece meterse en una letra de mil euros por vehículo con nubarrones en el horizonte, pero permitidme que os explique un caso real, vivido por un amigo. Os paso sus datos básicos: Transportista autónomo al volante de un camión perfectamente cuidado pero casi con 10 años de antigüedad, se trata de una tractora con un conjunto articulado de de 40 toneladas realizando ruta nacional. Al hombre le han cedido un camión de pruebas de última generación durante una semana… ¿El resultado? Pues bien, a parte de los propios dientes largos de quien entra en un cabinón de última generación y siente como su puesto de conducción mima a su ocupante, lo cierto es que al volante de ese camión con tecnología de 2012 y motor Euro 5 me contaba  que no sólo hizo su ruta más cómodo sinó que gastó casi 10 litros a los 100 kilómetros menos que con su propio camión…¡Diez litros! Pues sí, conduciendo él mismo, con su estilo de siempre y es que la tecnología actual hace que para pasar de 30 litros a los 100 con muchos vehículos de última generación debas conducir despreocupadamente o bien ir a tope de carga por rutas de perfil complicado. Mi amigo me comentaba que no sabía que hacer. Desde luego prefería esperar un tiempo para renovar su viejo camión, pero claro, con esa diferencia en los consumos… Estamos hablando de casi 1.500 euros al mes de gasóleo gastado de más. Es decir, que la letra del camión se paga sólo con el ahorro de combustible. ¿Cómo para pensárselo verdad? Pues así está mi amigo, planteándose si cambia ahora de vehículo o sigue esperando. Pero lo cierto es que los camiones de última generación y en versión Euro 5 actualmente a la venta van a ser los camiones más ahorrativos y económicos en mucho tiempo, antes que la norma Euro 6 entre en vigor el 1 de enero de 2014. Merece la pena echar números y planteárselo, si queremos seguir siendo competitivos en la carretera.

     

     

     

    Anteriores entradas de nuestro blog:

    La “vuelta al cole” 20 años después ( Publicado 12-9-12)

    El 92 del pasado siglo fue un gran año, un año lleno de vivencias como pocos y ahora que visto con la nostalgia que el paso de dos décadas siempre aporta quien esto os escribe no duda en calificarlo de un magnífico e inolvidable año.

    Hoy, lo admito, no escribo sobre ningún tema candente del transporte actual, nuestro sector. El vuestro desde la carretera sea al volante, al frente de una empresa, desde un taller… El transporte también se convirtió en mi sector, casi sin darme cuenta, veinte años atrás cuando un mal estudiante universitario hijo de camionero no sabía  como encauzar su futuro profesional, ni el futuro en general a mis 23 años de entonces… Eso sí, entre unos estudios medio encallados, mi creciente actividad como ayudante de camionero, repartidor de pianos concretamente, y todo lo que aquel verano olímpico conllevó para quienes tuvimos la oportunidad de vivirlo hubo pocas oportunidades para el aburrimiento. Con su flamante Pegaso mi padre fue el encargado, nada más y nada menos, que de mover arriba y abajo los pianos que para las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpiadas fueron necesarios y, claro, para empujar un piano de cola siempre han faltado manos… Y así empezó todo, ayudando a colocar un piano en un estadio olímpico, contactando con unos extraños y entusiastas periodistas que hacían una revista de camiones donde les quedaría de fábula un reportaje sobre repartidores de pianos.  Por aquel entonces su cabecera era así de simple y rotunda: Camión. Luego los avatares económicos harían que aquella cabecera se transformara en Solo Camión y finalmente, tras unos fructíferos años, nuestros caminos se separaron. El reportaje sobre unos repartidores de pianos  me pareció fantástico y sirvió para meterle a uno dentro el gusanillo de  los reportajes de camiones… Pocos meses después en el Gran Premio de Camiones del Jarama de 1992 ya fui un colaborador más de aquella revista, felizmente acreditado con un pase de prensa , que incluía una plaza de parking en el paddock donde un Pegaso Mider de 20 toneladas nos servía como festivo campamento y base de operaciones.

     

    Justo cuando la economía nacional se topaba con la crisis postolímpica de 1993, a un servidor se le ocurría que aquella extraña afición consistente en realizar reportajes con los camiones y todo su mundo alrededor en el papel de protagonista quizás pudiera ser un oficio. Dos décadas después y en medio de otra crisis tan o más perturbadora sigo en ese oficio tan extraño y maravilloso: periodista especializado en el mundo del transporte por carretera. Este largo camino no hubiese sido posible sin contar con vosotros. En estos veinte años el camino ha sido largo y tan azaroso que os hablo desde una web, la vuestra, la de todos los encamion@utas que cada día sois más, durante 2012 ya hemos alcanzado los 20.000 usuarios mensuales. Hace 20 años escribí mi primer reportaje con máquina de escribir, que para que un chaval internauta nos entienda a los carcas se le puede decir que era un artefacto con un teclado con impresora pero sin pantalla y sin conexión a internet. Por supuesto internet era algo conocido únicamente  por cuatro locos de la tecnología y lo de hacer reportajes iba inequívocamente ligado a las revistas y los kioscos.Las cosas han cambiado tanto como la diferencia entre el Pegaso Mider de mi añorado padre y los Mercedes Actros o Volvo New FH presentados durante las últimas semanas demuestran. Desde entonces el camino ha ido pasando por diversos tramos, como cualquier viaje de los que podáis afrontar al volante de vuestro camión, con tramos estrechos, seguidos de otros de estupenda autovía en ocasiones salpicados por lluvia o en ocasiones disfrutando de un día fantástico sin atascos… En fin, que en estos 20 años de periodismo el camino ha sido largo y variado, hemos disfrutado del paisanaje humano que va ligado al mundo del camión y, lo principal, nos hemos mantenido en este camino que os acompaña. Y os acompaña porque seguís siendo necesarios, tan necesarios como es el propio transporte para mantener viva la economía. Desde www.encamion.com el objetivo sigue siendo el mismo. Servir a todos los profesionales del transporte, sea simplemente ofreciendo un rato de distracción a través de reportajes sobre los aspectos más espectaculares del oficio, bien mostrando las últimas novedades del sector y su actualidad o bien  acercando la realidad de cualquiera de vosotros, para así a través de cambiar impresiones quizás descubrir un nuevo modo de tirar adelante o aprender algo nuevo que resulte útil en el trabajo. Esa es la razón de ser de un medio de comunicación como éste. Un medio de comunicación que espera acompañaros en el camino todo el tiempo que estéis dispuestos a recorrerlo y que quiere aprovechar este humilde aniversario para agradeceros a todos la confianza y , en muchos casos, la amistad con que nos premiáis cada vez que entráis en esta página. Por aquí seguiremos.

    Joan Garriga Editor de www.encamion.com

     

     

    El transporte un sector sin amigos

     Aunque la tradicional estampa del camionero de toda la vida era la de un tipo rudo y solitario, lo cierto es que también se trataba de personas amigables que disfrutaban de la tertulia entre compañeros de la ruta cuando podían aparcar su camión para disfrutar de un descanso. Lástima que como sector en conjunto el transporte de mercancías por carretera no parezca disfrutar de grandes amigos, precísamente. Y menos aún si nos referimos a las altas esferas, tanto en lo concerniente al quienes nos gobiernan desde España, como a los líderes políticos europeos de tratan de gobernar a quienes nos gobiernan y no digamos ya entre los financieros de alto nivel que gobiernan como quieren a todos, líderes incluidos.

    Y claro, en una época donde lo que sobran son problemas y ocurrencias, mientras seguimos esperando las soluciones que no terminan de llegar, resulta que de cada dos ocurrencias que sueltan a la opinión pública e incluso transforman rápidamente en ley, pues tres (si tres de cada dos o al menos eso me parece) afectan al bolsillo del transportista. Y es que ni hipotecas basura de los USA, ni burbujazo inmobiliario de nuestra España, parece que cada vez más mandamases opinen que ir por la vida en camión es sinónimo de ser culpable de algo terrible y por lo tanto buen motivo para pagar MÁS. Si, más pero así MÁS, en mayúsculas. Y así nos van cayendo el mal llamado céntimo sanitario en el gasóleo donde todavía no se les había ocurrido esa nueva forma de apurar el bolsillo del contribuyente, se elimina el escaso beneficio que todavía significaba el gasóleo profesional, que nació como fruto de largas reivindicaciones de un sector que se dejó tomar el pelo en su momento… También tenemos grandes ocurrencias, como esa que nacía de las grandes constructores y sectores afines, pensando que ahora sería buen momento para que las autovías también sean de pago…¿Os parece imposible? En nuestro vecino Portugal ya lo han puesto en práctica, aunque sólo para los extranjeros. En fin, que el transporte parece destacar como un sector sin amigos entre las altas esferas y por lo tanto destaca en estos duros tiempos económicos como un excelente sector donde recaudar todavía más dinero. Será para redistribuir la riqueza de un modo más justo y así que un camionero forrado de pasta injustamente sea solidario con un pobre banquero a quien unos cuantos millones de euros le vendrían estupendamente.

    En fin, que se me ocurre que algunas de esas muchísimas asociaciones empresariales, sindicales y de cualquier otro tipo existentes alrededor del transporte que tantas subvenciones y planes de ayuda a la formación han sabido reclamar también podrían haber servido alguna vez para acercar la realidad del transporte a nuestros gobernantes, a los de antes y a los de ahora, porque seguro que otro gallo nos cantaría y los camiones no estarían siempre entre los malos de la película.Quizás alguien debería explicar que un país con una economía competitiva necesita un buen sector del transporte por carretera y encima se trata de un sector que invierte y requiere abundante mano de obra…Lástima que en vez de como a un sector estratégico se nos siga tratando como siempre, como a esos pesaos que molestan y contaminan con sus inútiles camiones.

     

     

     

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    http://encamion.blogspot.com/