La tecnología no evoluciona a un ritmo constante, ocasionalmente se suman diversos avances técnicos que repentinamente ocasionan una escalada técnica que irrumpe en alguno de los sectores de la sociedad. Y parece que la suma de diversos avances en campos aparentemente tan desconectados como son la conectividad entre máquinas o internet de las cosas, conducción autónoma e inteligencia artificial se están alineando como cuando nos cuentan los astrónomos que se da una peculiar alineación de astros… Ahora parece que esos campos tecnológicos hayan madurado unas soluciones que combinadas entre sí parecen destinadas a revolucionar un sector que nos toca bien de cerca, el del transporte, y todo ello en un plazo que no queda en el futuro indefinido, sinó entre una década y 25 años. De hecho para los más atentos, la conducción autónoma o los drones también sobre ruedas o camiones robotizados, camionbots ya los llaman, está ya presente en nuestro día a día.
Callifornia en los USA ha sido el primer lugar del mundo en permitir la matriculación de vehículos autónomos, vaya autobots o vehículos robotizados que no necesitan la intervención de ningún conductor humano para ir de un punto a otro. Alguno dirá que eso le queda muy lejos cuando el lunes mete la tarjeta del tacógrafo y arranca su camión en un polígono puede que de Móstoles o Zaragoza… ¡Pues no creáis! España ya permite la circulación en pruebas de vehículos robotizados, conducción autónoma ha dado en llamarse, mientras que la Unión Europea está implicada en diversas iniciativas que implican mayor o menor grado de automatización en fases de la conducción y espera autorizar la conducción autónoma en carretera abierta a lo largo de Europa para 2025. Vamos, para ya mismo… De hecho actualmente los vehículos industriales de nueva matriculación ya deben equipar sistemas como la alerta en caso de cambio involuntario de carril y el radar frontal de alerta de obstáculos. De momento ambos sistemas sólo actúan alertando al conductor, pero ya existen en prácticamente todos los fabricantes de vehículos pesados presentes en el mercado europeo ulteriores desarrollos que en caso de entrar en acción actúan por encima de las órdenes que el conductor humano pueda dar en el mismo instante. Es decir, que cuando se activan en caso de contradicciones se pone por delante lo que decida la máquina frente al conductor humano que viaje en su interior, supuestamente al volante.
Otro proyecto, el Platooning o circulación en pelotón está próximo a ponerse en marcha para ordenar electrónicamente las largas caravanas de camiones pesados tan habituales en los principales ejes viarios europeos… Cuando este tipo de circulación entre en vigor, por ley, la electrónica decidirá la velocidad y la distancia a la que viaje un camión respecto de su inmediato antecesor… De nuevo conductores delegando sus funciones ante la máquina. Y claro, con toda esa tecnología realidades como camiones y turismos sin conductor ya están aquí. En teoría la gran ventaja de confiar a los robots la conducción será beneficiarse de la perfección propia de los programas informáticos y alcanzar antes el obejtivo «cero accidentes» en el tráfico. Eso podría ser un gran avance, si no fuera porque precísamente esta semana en California uno de los blogueros más entusiastas y conocidos a nivel mundial por los vídeos que colgaba en internet alabando su estupendo coche marca Tesla, un tal Mr Brown, ha perdido la vida mientras su coche circulaba en modo de conducción automática. Sí, habéis leído bien. El coche perfecto mientras al parecer su pasajero, que no conductor, disfrutaba viendo una película llegó a una intersección entre dos carreteras justo en el momento en que un trailer cruzaba por delante de su carril y el coche con piloto automático simplemente no frenó y atravesó bajo el remolque sin disminuir la velocidad, con las funestas consecuencias obvias para su incauto ocupante.
Ya veis, conducción autónoma y ya tenemos los mismos problemas que con los conductores humanos de toda la vida. Los primeros informes dicen que quizás el radar frontal sólo captó el espacio en blanco bajo el semirremolque y creyó que su carril estaba libre… En fin, un caso aislado. ¿ o no? Google, el gigante informático que también está desarrollando por su lado el coche sin conductor. A lo largo de los 700.000 kilómetros que ya han recorrido los vehículos autónomos de Google se han contabilizado 272 incidencias en la conducción, de las cuales 13 necesitaron de la intervención del conductor humano para no llegar a un accidente real. Estamos a punto de que los camionbots sin conductor humano empiecen a trabajar junto a nosotros, en Suecia ya operan en minas a cielo abierto, en el puerto de Rotterdam una terminal de contenedores no requiere ningún conductor humano desde hace varios años…
Desde hace dos años en mi labor cómo probador de camiones prácticamente todos los camiones pesados que he podido probar equipaban el radar frontal de alerta de colisión. Ello me ha permitido observar que bajo condiciones climatológicas no idóneas estos sistemas dan falsas alertas y hablo de diversos fabricantes. Simplemente con fuerte viento el sistema puede detectar una colisión que en la realidad no ha existido nunca. De confiar en uno de esos radares enmedio de una fuerte nevada ya ni hablamos… Si fuera un sistema más avanzado que entonces decide actuar accionando la frenada automática de emergencia habríamos protagonizado un indeseable incidente en plena carretera en más de una ocasión. Parece que buscando la disminución de costes, que permita equipar con estos sistemas a cualquier vehículo, se ha quedado algo de la necesaria fiabilidad por el camino. De hecho la primera vez que este periodista se montó en un camión pesado sin conductor, en la década de los 90 del pasado siglo, el sistema funcionaba a la perfección. Eso sí, en una pista de pruebas de un centro de ensayos ultrasecreto y no se nos dio demasiada información porque simplemente se nos dijo que era un primer ensayo para algo que llegaría al mercado en unos 20 años y que por el momento empleaba tecnología secreta de origen militar. Vamos, que se había instalado en el frontal de un camión algo casi idéntico a la cabeza buscadora de un misil para lograr que el camión siguiera dócilmente a otro vehículo guía. Naturalmente aquello resultaba carísimo, vamos un trailer que valía casi su peso en oro, pero era un primer paso para lograr que los vehículos sin conductor fuesen una realidad. Eso sí, en un futuro indeterminado, todavía sin plazo. Lástima que dos décadas después ahora la conducción autónoma ya no sea algo del futuro. La tenemos aquí, aunque de modo incipiente, pero quizás sea todavía demasiado pronto y los vehículos autónomos no hayan alcanzado todavía la fiabilidad que nos gustaría que tuvieran… De verdad. Me encantaría equivocarme.