2017 pasará a la historia de nuestro país como un año convulso en lo social y lo político, por muchos y variados motivos que no tenemos ni ganas de tocar ni voluntad de recordar a nuestros esforzados lectores… Sin embargo pese a lo mucho que los españolitos de toda condición hemos hecho por conseguir que las cosas se torcieran, lo cierto es que los datos macroeconómicos se empeñan en decirnos que un crecimiento cercano al tres por ciento del PIB es un resultado bastante bueno. Vamos, mejor que la mayoría de lo que consiguen nuestros vecinos de la UE y si no fuera por que todavía demasiados de nuestros conciudadanos siguen sin trabajo y sin unos salarios dignos ya tendríamos a la clase política nacional cantando al alirón aquello de: «España va bien».
Pero no, sólo unos pocos y casi siempre interesados se han atrevido a retomar el eslogan del antiguo Presidente. Lo cierto es que dicho crecimiento económico del Producto Interior Bruto le sabe a poco a muchos. Sin ir más lejos. Vamos a centrarnos en el transporte, el sector que nos mantiene activos a los encamion@utas, de un modo u otro… Hables del sector y zona geográfica que hables la actividad de las empresas se encuentra en niveles máximos si comparamos con los últimos años. Faltan chóferes, parece que nadie recuerde la crisis. Sin embargo, cuando en estas fechas próximas a la Navidad y al cierre del año los responsables de marcas de vehículos pesados analizan el año, no lo califican de malo, se congratulan del nivel mantenido en las ventas, escaso crecimiento frente al año anterior. Un mercado que en 2017 supone cerca de 24.000 camiones pesados vendidos en España… Pero nadie habla de grandes crecimientos, se venden algo más los camiones dedicados a la construcción, al fin, pero en cambio las tractoras se estancan. ¿Y eso? ¿No habíamos quedado en que la economía iba bien?
Pues parece que sí, pero algo pasa y la gente, vamos los transportistas que en este caso también sois gente, se lo piensa muy mucho para comprar camiones nuevos. Mejor dicho, se venden, pero no para crecer sinó más bien para renovar y mantenerse. ¿Algún problema en el horizonte? Bueno, nunca faltan nubarrones, ya sabéis que si la situación en Catalunya no aporta tranquilidad a algunos sectores económicos, que si la sequía complica las cosas a quienes dependen mucho de la agricultura para obtener sus portes, tampoco podemos olvidar una huelga de examinadores de la DGT que nos ha tenido casi un año sin poder asegurar nuevos conductores a un ritmo normal… Todos esos son problemas pero ninguno por sí mismo explica que un año más el mercado de camiones pesados no haya crecido como los más optimistas esperaban.
¿Incertidumbre tecnológica o el síndrome del ascensorista?
Para comprender porqué las ventas de vehículos industriales nuevos todavía no acompañan al crecimiento económico como deberían quizás nos falte un elemento en la ecuación. Puede que estemos descubriendo la «sopa de ajo» y muchos de vosotros ya estéis participando de este fenómeno, que si nos lo permitís vamos a bautizar como «Incertidumbre tecnológica».
¿Qué es eso de la incertidumbre tecnológica? Pues muy simple, los encamion@utas más fieles ya lo habréis ido viendo… A día de hoy parece que pocos podemos saber como será vuestro camión dentro de diez años. Y no nos referimos a detalles baladís como el color de la cabina o si será un tres ejes o un dos ejes. No, hoy en día nos falta saber si dentro de X años, aquí la X indica una incógnita que lo mismo termina siendo un plazo de diez como de tres años, un camión diésel Euro 6 podrá acceder a cualquier ciudad cuando haga falta. También nos hace falta saber si los motores eléctricos o híbridos serán capaces de asegurar la autonomía adecuada o en su caso la rapidez de recarga, necesarias para trabajar en el día a día con un camión eléctrico y sin humos. También existe la opción de motores alimentados a gas en lugar de diesel. Pero ahí debemos conocer las diferencias entre el GLP, el gas natural y encima si nos interesa más éste en modo de GNL o GNC. Por si ello fuera poco existen diferentes modos como los fabricantes abordan el tema de los motores a gas… Si esto de por si ya facilita que uno se le piense bastante ante la compra de un camión o una flota de camiones nueva… ¿Qué opináis de la conducción autónoma y la conectividad en los vehículos? ¿Un conductor profesional de camiones será en 2027 algo habitual o un personaje tan extraño como lo sería hoy en día un extinto ascensorista? Sí, quizás algunos ya ni lo sepáis pero hubo un tiempo en que los ascensores eran manejados por ascensoristas… Con todo esto en mente no es que nos expliquemos un poco más el escaso crecimiento del mercado, sinó que lo raro es que algún valiente siga pensando en adquirir un vehículo, con todo lo que conlleva de apuesta por una tecnología determinada en la actualidad. Casi que nos arriesgamos de un modo parecido a lo que en los años 90 del pasado siglo fue adquirir una cassette VHS, Beta o pasar al CD rom… ¿Os acordáis? Pues la revolución tecnológica ha alcanzado también a los vehículos industriales y la logística… Veremos como nos afecta todo ello y cuanto tardamos en ir viendo claro el camino a seguir.
