La decisión de Protecció Civil provocó quejas entre los transportistas, aunque los expertos dicen que las medidas fueron adecuadas.
Después de las complicaciones en las vías catalanas el día 27 de febrero y los episodios fuertes de nieve que se esperaban para el miércoles 28, Protecció Civil de la Generalitat se reunió con Trànsit el martes para decidir que se restringía la circulación de camiones de más de 7.500 kg por todo el territorio. Joan Delort, director general de Protecció Civil, ha defendido esta decisión inédita para evitar problemas viarios por la nevada. Sin embargo, los transportistas consideran que fue excesiva, generando así numerosas protestas.
La decisión de Protecció Civil
Según informa El Periódico, Delort considera que estas medidas eran mejores que la «no gestión, ya que supondría una suma de infinitos problemas en la red viaria de los camiones y los que no lo son». Como sucedió el día anterior, donde un camión tuvo un accidente en el Eix Transversal (C-25) y dejó atrapados a decenas de conductores durante toda la noche. El director general recuerda que ya se avisó el jueves de la semana anterior al conjunto de operadores del transporte de mercancías y viajeros del episodio de nevadas previsto. En dicho comunicado, había la posibilidad de aplicar diversas medidas, entre ellas las de restricciones en la circulación y que se aseguraran de llevar combustible, víveres y mantas.
El responsable de Protección Civil defiende que los camiones fueron desviados a estacionamientos especiales y no quedaron tirados en cualquier sitio. Además, la directora del Servei Català del Trànsit, Maria Eugènia Domènech, añadió que esta medida ha contribuido de manera sustanciar a evitar incidencias destacables.
Ante cualquier situación, Protecció Civil avisó que no se bajara la guardia, ya que las nevadas podrían alargarse hasta el jueves, según las previsiones del Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat). A pesar de la restricción general a los camiones, hubo ciertas excepciones donde se autorizaron salidas para cubrir un trayecto concreto. En total se autorizaron 54 salidas, entre ellas de un camión con carga de sal para el dispositivo Neucat, uno con terneras que tenían que ser alimentadas y unos 20 camiones con cargas para hospitales y centros sanitarios. Joan Delort agradece la comprensión y obediencia de los ciudadanos por seguir las recomendaciones dictadas.
Enfado entre los transportistas
Los principales afectados, obviamente, fueron los transportistas, que vieron impedida su circulación por el territorio. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) denunció que estas restricciones ocasionarían pérdidas de facturación de unos 25 millones de euros por jornada. De los 25, 15 millones corresponderían al transporte internacional y el resto al nacional, regional y local. «Está provocando un grave trastorno y un gran malestar a transportistas de toda España. Se trata de una prohibición absolutamente desproporcionada y carente de flexibilidad», manifestó la CETM.
Por otro lado, pero en la misma línea, la patronal de la distribución AECOC calificó la medida de «desproporcionada» por su impacto directo en el transporte de mercancías. Por ejemplo, el miércoles solo llegó a Mercabarna un 20% del pescado fresco que se descarga habitualmente.
Según la asociación, no se ha tenido en cuenta aspectos importantes como las circunstancias reales de cada vía, las condiciones meteorológicas de las distintas zonas de Catalunya y el recorrido de cada vehículo. En algunos casos se paró obligatoriamente a muchos camiones a pocos kilómetros de su destino «cuando lo que caía era una ligera lluvia y no un temporal de nieve». Consideran también que no se avisó de esta medida con el mínimo tiempo necesario para que sectores tan afectados como el transporte pudieran tomar medidas oportunas.
«El perjuicio ha sido para todos los transportistas en global. Además, los camiones que van al extranjero y hacen grandes rutas llevan literas y están equipados, pero los que hacen servicios de corta o media distancia no lo están», indicó Aymat, director de la Federació d’Empreses d’Autotransport de la Província de Tarragona (FEAT), al Diari de Tarragona, quejándose de que en algunos lugares no había nieve y se impidió igualmente circular. Añadió que «todo esto provoca pérdidas. Hablamos de una magnitud de actividad muy grande que resulta afectada por completo. A Francia pasan 38.500 camiones cada día. Más de 20.000 lo hacen por La Jonquera. Hablamos del cordón umbilical que hace funcionar toda la economía. La base siempre es el camión».
¿Qué consideran los expertos?
Delort ha avisado que estas medidas serán cada vez más habituales. Es una decisión que puede molestar mucho a los transportistas, y con razón, pero los expertos creen que son «ajustadas». Delort explicó las dos formas de actuar que existen: la «reactiva«, que consiste en poner en guardia a los equipos de emergencia y esperar, y la «preventiva«, usada muy a menudo en Francia, que anticipa las consecuencias de un episodio meteorológico que no se puede evitar adoptando medidas que garanticen al máximo la seguridad de los ciudadanos. El problema de la primera forma, la tradicionalmente aplicada, es que cuando empiezan las incidencias pueden llegar a ser de gran calibre y el riesgo de las personas aumenta exponencialmente.
Carme Llasat, profesora de la UB que lidera el Grup de Recerca de Situaciones Meteorològiques Adverses, defendió la actuación de la Generalitat. Actualmente, los servicios meteorológicos han mejorado y permiten conocer más al detalle que sucederá en las próximas horas en puntos concretos, aunque sean aproximaciones. Y, a diferencia de la nevada sorpresa de 2010, se podía detectar esta vez que el episodio sería de «riesgo elevado«. Ante esta alerta, Llasat indica que «es mejor pasarse que quedarse corto«.
David Saurí, geógrafo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), también cree que las medidas fueron las adecuadas porque se aconsejaba «mantener la red viaria despejada«. Por otro lado, Ole Thorson, presidente de la Associació de Prevenció dels Accidents de Trànsit, reconoce que el veto a los camiones y al transporte escolar supone una pérdida de tiempo y dinero, pero ante todo está el valor de las vidas que hay en juego.
Aunque se expongan razonamientos desde ambos puntos de vista, seguirá habiendo defensores y detractores de estas medidas tomadas en Catalunya. Pero siempre está bien tomar ejemplo a partir de otros sucesos. La profesora Llasat recuerda un suceso que ocurrió en Génova (Italia) en 2011: hubo una alerta por inundaciones, que al final no fueron de tal gravedad, y las autoridades italianas aconsejaron cerrar las escuelas. Unos días más adelante, se recibió una alerta por un episodio de gravedad similar, pero después de recibir tantas críticas, el alcalde de Génova no aplicó las medidas de seguridad como la primera vez. El resultado fue la muerte de cuatro niños y dos madres durante los trayectos a la escuela.
El modelo francés, modelo a seguir
Joan Delort y las autoridades catalanas están convencidos de que este es el modelo a seguir de ahora en adelante, un modelo que llevan estudiando hace tiempo. «Si no hubiéramos tomado estas medidas, la recuperación de la normalidad en la circulación del tráfico se habría alargado mucho más», concluyó el responsable de Protecció Civil. Con esta medida, se logró sacar a todos los camiones de las carreteras casi a las 21:00 horas, justo antes de que empezara a nevar con intensidad. Eduard Freixedes, director territorial de Interior, entiende las molestias causadas al colectivo de transportistas y les agradece su paciencia, pero quiere quedarse con el aspecto positivo de la jornada: sin víctimas y sin incidentes relevantes, recoge el periódico Regió 7. Sostienen que los vehículos de gran tonelaje y articulados son los más propensos a hacer la tijera en superficies nevadas o heladas y la retirada de dicho vehículo resulta más complicada.
