La historia del apasionado Ángel Macías no se entiende sin hablar de sus Pegaso clásicos, algunos en tan buen estado que todavía cumplen en las campañas de recogida demostrando que lo suyo es fortaleza. Ángel Macías creciendo entre Pegaso
El sector del transporte está lleno de amantes de la profesión que llevan su trabajo en la sangre, por herencia y por creencia. Uno de estos casos es el de Ángel Macías, un enamorado del transporte pero todavía más de los camiones que le acompañaron en su infancia, adolescencia y madurez, cuando decidió tirar hacia adelante el proyecto de su empresa familiar de transportes, especializada en dar servicio a la agricultura y harineras de la zona. El tema de los vehículos pesados lo empezó su padre nos confesó cuando pasamos a visitar su nave, a medio camino entre la funcionalidad de los camiones más actuales y la nostalgia de mantener vivas unidades como el Pegaso Troner del 1989. No pudimos resistirnos y avasallamos a este atento empresario para que nos contara todo sobre sus joyas, a las que cuida con escrupuloso detalle para que mantengan su mejor cara incluso después de una jornada de recogida de patatas.
Al fondo un Pegaso Europa de los años 70 en perfecto estado.
“Mi padre empezó con los SAVA para pasar al Pegaso Europa 170 y hemos seguido la tradición hasta los Troner pasando por los Tecno” nos comentaba con orgullo. Esta firma de furgonetas y camiones ligeros que luego perteneció al fabricante español tenía su planta en Valladolid, donde ahora reside la modernísima firma Iveco para la producción de la cabina del Daily. Su tecnología de origen Leyland tuvo algo que encandiló a la familia Macías pero fue con el Europa 170 con el que Macías se siente más unido: «Me he criado, he convivido y he aprendido de todo con él, llevamos 47 años juntos” comentó. En 1996 su principal fuente de ingresos, la harinera a 4 kilómetros de su nave, cerró cuando justo acababan de comprar su primer Tecno de Salamanca.Este bache llegó acompañado de la enfermedad del padre de Ángel por lo que este tomo las riendas de la empresa a mediados de los 80, siguiendo con la tradición y el transporte nacional hacia la zona de Galicia, Extremadura y centro de la península.
Ángel Macías creciendo entre Pegaso
El modelo Pegaso Tecno supuso un salto cualitativo importante en cuanto al confort de la marca gracias a sus mejoras en la cabina y el techo algo más alto. Con 340 CV el orgullo nacional competía con sus rivales europeos del momento pese a sus problemas con el calor recuerda Ángel de su Pegaso empalmado de chasis. En 2007 suceden varios dilemas empresariales por lo que todos los camiones de la empresa se quedan guardados y sin venderse hasta nueva orden.
Ángel y Paloma, de Transportes Macía.
Es en 2008 cuando este luchador nato vuelve a la carga con su propia empresa, que ha sobrevivido a la peor época de la crisis global. Para su día a día cuenta con un Iveco Stralis y un Mercedes Actros de última generación, “son los que traen el dinero a casa, luego está el Troner”. El último modelo de Pegaso que alcanzó los 400 CV y sin duda suponía todo un logro por su moderno diseño de cabina, a la que no le falta de nada en el 1989. La unidad aparcada en su terreno fue comprada hace 5 años con la intención de dejarlo como vehículo histórico pero la vida da muchas vueltas y el juego con las tarjetas le convierte en el mejor aliado para dar soporte a los modelos más actuales. “Acoplamos la tarjeta y le compramos una plataforma para recorridos cortos. Ahora empezará a hacer recorridos los domingos para quitarle horas a los vehículos nuevos y no dudamos de su efectividad”.
Ángel Macías creciendo entre Pegaso
Pese a la falta de retarder y freno eléctrico Ángel defiende que no le faltan prestaciones. “Este era un vehículo de 26 años con cabina alta. Con suspensión neumática cabina, tractora… le falta nuevas tecnologías pero lleva su calefactor, aire acondicionado y esos detalles (retarder) no son tan importantes en la zona de Castilla y León”. Era inevitable que durante nuestra conversación surgiera la típica comparación entre la evolución de los modelos de esa época y los actuales, “Del cabezón a este hay un gran abismo, ahora no hay tanto cambio, era un gran coche y que todavía esté de servicio demuestra su calidad de construcción”
Para terminar nuestra visita quisimos apretar a un amante de Pegaso, era como preguntar a un Culé sobre la pelota de oro pero debíamos hacerlo. Sobre Pegaso lo tiene claro, su mejor baza era el cariño que le tenían los transportistas por ser una empresa nacional pero “en su mejor momento, cuando empezó a ser competitiva, el estado se la cargó” se lamenta. “Este modelo estuvo 9 años parado y arrancó sin problemas, voy a hacer una buena restauración” se adelanta. “Era un producto totalmente competitivo e incluso se podía vaticinar un gran futuro con DAF. Es una pena como era del estado… se la cargaron, como casi todo en este país” sentenció antes de seguir enseñándonos sus clásicos con su sonrisa habitual y su carácter afable.
Ángel Macías creciendo entre Pegaso
Ángel Macías creciendo entre Pegaso
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