Barcelona contempla la hibridación como solución para la contaminación

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La Ciudad Condal ha aplicado desde hace varios días el plan de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) dentro del área metropolitana.

Barcelona

 

Las actividades vinculadas con el transporte y la logística, según las últimas cuentas de emisiones a la atmósfera publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) fueron las que más incrementaron sus emisiones de gases de efecto invernadero durante el año pasado, elevándose un 2,6% respecto a 2018. A raíz del aumento generalizado de estos gases contaminantes, el Gobierno ha aprobado el primer Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica (PNCCA), compuesto por 57 medidas que pretenden reducir de manera significativa los niveles de contaminación en las grandes ciudades españolas.

La primera ciudad en aplicar medidas contundentes ha sido Barcelona, donde ya se ha puesto en marcha la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) dentro del área metropolitana, así como en el acceso y salida de esta. En concreto, durante los días laborables y en horario de 7 a 20 horas, se restringirá la entrada a los vehículos contaminantes impulsados por motor de gasolina matriculados antes del año 2000 y a los diésel previos al 2006. Juan Portillo, director técnico de la división de ITV de TÜV SÜD España, brinda una posible solución para circular con este tipo de vehículos. “Una de las posibles alternativas sería realizar una reforma para convertirlos en híbridos a través de otros sistemas de combustión más limpios, como el GLP o con un motor eléctrico, ya que son sistemas que modifican el nivel de emisiones”, ha explicado Portillo.

El incumplimiento de esta nueva normativa traerá consigo duras consecuencias. De hecho, las multas oscilarán entre los 100 y los 1.803 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. Además, estas sanciones pueden incrementarse hasta un 30% en caso de que la persona responsable sea reincidente. Los vehículos  serán localizados a través de un sistema informatizado, que consta de 70 cámaras de seguridad y 20 puntos de vigilancia, que controlará por radar las matrículas de los automóviles que no estén autorizados para circular dentro de la ZBE.