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Las cajas de cambio automáticas, los convertidores de par, no sólo ofrecen una conducción más relajada y cómoda sinó que además por su funcionamiento donde la transmisión de potencia se transmite a través de un fluído hidráulico, los cambios de velocidad no interrumpen la transmisión de potencia. Eso se traduce en una capacidad de aceleración muy superior a las de las cajas automatizadas y manuales.
Texto: Joan Garriga Vídeo: Allison
El convertidor de par no interrumpe en ningún momento la transmisión del par motor desde el motor hasta las ruedas motrices. En una caja manual o automatizada, es decir en las que el embrague y el cambio de una marcha a otra se realiza con servomotores, el cambio de una velocidad a otra se realiza desengranando un eje de ruedas dentadas e insertando otro. Eso es el cambio de segunda a tercera, por ejemplo. Eso implica, obligatoriamente, un tiempo en el que nada conecta el motor con el eje cardan que transmite su potencia hasta el diferencial del eje motriz. Esto significa que durante la maniobra del cambio la aceleración se interrumpe durante unos segundos.
Fluído hidráulico
Al igual que se hace en los retarders y algunas transmisiones de maquinaria pesada, el convertidor de par transmite potencia variando la presión sobre un fluído, que circula por dentro del convertidor y acciona unas paletas que transmiten finalmente el movimiento hacia las ruedas motrices.
Eso hace que el convertidor regula ese esfuerzo, el cambio de una marcha a otra, sin llegar a interrumpir momentáneamente el paso de potencia desde el motor a las ruedas motrices. Eso conlleva que cualquier vehículo equipado con un convertidor de par acelera de modo más constante que otro con caja manual. Se ha estimado que un esa ganancia de eficacia en las aceleraciones puede ser cercana al 20 por ciento. Por eso, comose muestra en el vídeo, comparando el rendimiento de tres trenes de carretera de 60 toneladas de peso total, el camión menos potente, de 420CV pero equipado con caja automática Allison, deja atrás en un tramo de aceleración continua a sus oponentes, con cajas de cambio manuales aunque tienen la ventaja de contar con motores de 460CV y 500CV.
Circulando en carretera en transporte a larga distancia, se mantiene la velocidad constante la mayor parte del tiempo y por tanto la ganancia que pueda ofrecer un convertidor de par como los de Allison sería mínima. Sin embargo en la distribución urbana, servicios municipales y rutas por perfiles complicados o donde las paradas y arrancadas sean continuas, las cajas automáticas o convertidores de par no sólo ofrecen un rendimiento superior sinó que además requieren menor mantenimineto que una transmisión manual convencional, donde los embragues en uso urbano resultan muy castigados.