La armonización de la legislación antipolución es vital para el transporte pesado y la distribución urbana.
La clave para la reducción de emisiones
En los años noventa el problema del cambio climático saltó a la primera plana. La capa de ozono estaba en horas bajas y el aumento de temperatura en ciertas zonas del planeta está afectando a la dinámica climática, de eso no hay duda por mucho que algunos aparten la mirada. En ese momento el vehículo diésel se alzó como la alternativa ideal para contrarrestar las emisiones de CO2, una apuesta que ha comportado el aumento de partículas nocivas para el ser humano. Las enfermedades relacionadas con la contaminación copan los titulares y, como ya sucedió hace dos décadas, el transporte se convierte en chivo expiatorio.
Culpables, o no, de toda la polución, es al tráfico rodado al que las administraciones han puesto en la diana y pretenden actuar de modos muy distintos con un objetivo común: reducir la cantidad de vehículos en sus urbes. Mientras el resto de sectores empiezan a actuar conforme a las nuevas normativas (aeropuertos, puertos marítimos, transporte público…), el transporte lleva años afectado por medidas restrictivas en algunas ciudades españolas. Tal y como muestran las imágenes, esos límites han conllevado la cercana desaparición de vehículos pesados en ciudades como París, Bruselas o Barcelona. Una disipación que afecta, de modos incalculables, los costes de transportistas y empresas de distribución. Situación que será más complicada, si cabe, en un futuro próximo repleto de planes anticontaminación allá donde vayamos.
LEGISLACIÓN EN LAS URBES
La preocupación por el aire que respiramos es más que justificable y la reacción precipitada, a nuestro parecer, de las administraciones públicas es una muestra de la urgencia de la situación. Los medios españoles se llenan de titulares amenazantes sobre unas ciudades poco transitables pero todo viene desde arriba, desde Europa. La legislación de la comunidad obliga a nuestras capitales a mejorar la calidad del aire frente a multas astronómicas y penalizaciones que pocos alcanzamos a entender. Los planes están en marcha y el primer paso era identificar a los vehículos de manera homogénea en todo el país mediante el etiquetaje de la DGT.
Lo importante, por ahora, es poseer esa etiqueta. En caso de no tenerla ni tener derecho a ella (se puede solicitar por correos si no le ha llegado a casa) es porque su coche no podrá circular en breve. A continuación le dejamos una imagen que aclara cómo funcionan las etiquetas que deberán mostrar los vehículos.
El calendario de restricciones varía en función del Ayuntamiento y cada uno tiene su propia DUM o directriz para la movilidad urbana. Por poner un ejemplo cercano, en Barcelona todo arrancó en enero de este mismo 2018 para los días de mayor contaminación: los gasolina antes del 2000, diésel antes del 2006 y las furgonetas previas al Euro 1 (1994). El 1 de enero de 2020 esta prohibición será permanente y puede sufrir alguna variación por el camino. El veto afecta, por ahora, a la zona libre de emisiones que envuelve las rondas pero se irá extendiendo a 40 municipios del Área Metropolitana de Barcelona en 2025. En Madrid la almendra central también se verá afectada pero la restricción circulatoria no se establecerá hasta 2025, mientras afectará al aparcamiento.
Sobre cómo afectará a los vehículos más pesados, parece que la normativa todavía no está tan clara. De todos modos, los agentes del sector ya se han puesto a trabajar ante la implicación asegurada. Por ejemplo, la asociación de transportistas del Puerto de Barcelona, Asociación de Transportistas de Contenedores-ATEC, ha puesto en marcha el PLAN REPORT para potenciar el uso del gas natural para los vehículos que trabajan en el puerto de la Ciudad Condal y que, por tanto, circulan por las Rondas de Barcelona.
SECTOR IMPLICADO
Ante las constantes restricciones y futuras amenazas, el sector del transporte se alza como el pionero en cuestión de medidas y alternativas sostenibles. Durante el pasado II Forum Ecotransporte, organizado por la patronal Transcalit y EnCamion.com, pudimos escuchar las soluciones que han ideado fabricantes y transportistas para ser parte del cambio. Durante estas charlas, representantes de la administración pública hablaron sobre los Distintivo de Calidad Ambiental de la zona de Barcelona. Este etiquetaje oficial para empresas apenas tiene un coste y muchos beneficios, empezando por la imagen. Para conseguirlo, la administración establece criterios entre los que se encuentra tener una flota eficiente y sostenible con modelos Euro 3 en adelante.
Los transportistas reclaman que la inversión que supone tener una flota de esas características comporte beneficios palpables, no solo filosóficos. También reclaman un acuerdo conjunto a nivel nacional, que permita establecer un modo de comportarse y circular igualitario para todas las ciudades. De ese modo, evitaremos que en una ciudad se pueda repartir con furgonetas de 3,5 toneladas, en la de al lado esté prohibido durante el día y en la siguiente no dejen pasar ningún vehículo que no sea eléctrico. Por ello, y ante el crecimiento imparable del e-commerce, es vital conseguir una legislación armonizada para los vehículos de transporte y distribución antes de que las normativas europeas nos aplasten a multas.
La propuesta de los fabricantes es real y funcional. Ellos han hecho el trabajo y siguen buscando alternativas actuales y futuras a la conducción eléctrica y autónoma. Una evolución que debe sustentarse en una infraestructura lista para el cambio que tanto reclaman al transporte. Si quiere descubrir todas las alternativas que mostraron los encargados de Man Trucks, Scania, Iveco y Mercedes-Benz Trucks, no dude en leer este artículo sobre el II Forum Ecotransporte.