Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

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Una colección para soñar

Hace tiempo recorrimos la costa este de Estados Unidos en busca de los más bellos camiones clásicos al otro lado del Atlántico y terminamos inmersos en una colección privada que bien podría ser el sueño de todo amante de lo antiguo. Mr. Bowman es el orgulloso propietario de un museo rodante conseguido a base de mucha paciencia, una firme pasión y mucho espacio en su rancho cercano a la factoría de Mack en Allentown (Pensilvania).Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Entre las joyas de Mr. Bowman

Con el paso del tiempo, trabajo y algo de suerte los juegos de niños se convierten en un modo de vida. Puede que muchos lectores sientan que esa sencilla frase les identifica como a cualquier jugador de fútbol o piloto de Fórmula 1 y es que las pasiones puede ser tan distintas como personas hay en el mundo. Este artículo da fe de ello y demuestra que por nuestras aficiones somos capaces de cruzar un océano para asistir a una reunión de camiones clásicos americanos organizada por la conocida ATHS (American Truck History Society). Sobre ese viaje tenéis toda la información y una extensa galería de imágenes en este link y es que hoy venimos hablar de la casualidad y la belleza de lo inesperado.

Entre las joyas de Mr. Bowman

 

Entre las joyas de Mr. Bowman

Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Durante los tres días que duró el meeting de clásicos nuestra cámara no dejó de funcionar ni un instante pero hay un recuerdo que guardamos con especial cariño: nuestra visita a la colección de Mr. Bowman. La parada tuvo lugar a la vuelta de la factoría Mack en Allentown (Pensilvania) tras una ruta de descubrimientos organizada por la Asociación de Camiones Americanos Históricos. Durante nuestro paseo por la planta de Mack nos cercioramos del detalle más identificativo de este fabricante: su diseño europeizado. Antes de pertenecer a Renault Vehículos en los años 80 la marca ya había dejado claro que no era como el resto de firmas americanas. Estas divergencias le llevaron a fabricar sus propios componentes (desde el chasis a la caja de cambio) y centrarse en la exportación de sus productos a países como el nuestro entre 1960 y 1970.

Entre las joyas de Mr. Bowman

Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Entre las joyas de Mr. Bowman

 

Al entrar en el enorme rancho, digno de una película de Hollywood, nuestra emoción empezó a aflorar, sabíamos que algo bueno estaba por llegar. A nuestra llegada un encargado de la colección de Mr. Bowman nos saludó alegremente trasladándonos las disculpas del propietario, se encontraba en un viaje de negocios pero esperaba que disfrutáramos como enanos de sus reliquias. Así fue. Nosotros nos centraremos en lo nuestro, los camiones, pero cabe destacar que son sólo una pequeña parte del tesoro de Mr. Bowman ya que el 80% de su parque está formado por turismos de todas las épocas.

Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Entre las joyas de Mr. Bowman

Empezamos el recorrido en una especia de nave industrial, un espacio ocupado por 6 camiones en perfecto estado. Entre ellos se encontraba un Mack AB de los años 20 y una camioneta Ford F8 de 1947 de primera generación con carga útil para dos toneladas y un bloque V8 Lincoln que perteneció a un granjero de Colorado. Con tan sólo 47.000 millas recorridas este modelo, antesala de los primeros pick-up americanos, sería el mejor protagonista para películas en blanco y negro. Dejamos atrás las granjas para centrarnos en los dueños y señores de la antigua costa Este de Estados Unidos, los Mack. Un AB de 1925 ostentaba el cargo de sabio, viejo e icónico ya que fue de los primeros en calzar neumáticos y no ruedas macizas. Eso sí, no llegó a montar los faros eléctricos que estreno la firma en 1926. Junto a ese venerable anciano encontramos varias unidades de las series B Thermodyne, una gama que produjo el mismo fabricante entre los años 50 y 60 y que contaba con motores diésel para los trabajos más pesados.

Entre las joyas de Mr. Bowman

 

Entre las joyas de Mr. Bowman

Camiones americanos emblemáticos

Entre esos modelos se encontraba una tractora 4×2 Thermodyne en color rojo, el primer vehículo en propiedad del padre de Mr. Bowman. Comprado en 1961 este Mack B 61 fue adquirido para trabajar en la granja familiar por tan sólo 12.500 dólares, una nimiedad si tenemos en cuenta que ahora su valor oscila entre los 15.000 y los 30.000 dólares dependiendo de su estado. Suponemos que el dueño de la colección le tiene bastante cariño ya que como comentó su responsable lo condujo en su juventud antes de que su padre tuviera que venderlo. En 1993 Mr .Bowman se reencontró con el camión de su infancia y pagó 10.000 dólares por el más otros 30.000 en dejarlo tal y como está actualmente: impecable. Este vehículo supuso un cambio sustancial para el mercado de USA ya que sus modelos diésel consiguieron alcanzar el 33% de la cuota de mercado, un viraje que luego seguiría con los años y se convertiría en una tónica. Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Mr Bowman

Seguimos con este fabricante para cruzarnos con la tractora que mejor representa la serie R de Mack, un modelo que apareció en 1966 y que se mantuvo en venta hasta 2005 desarrollando su mecánica desde los 200 CV hasta los 440 CV de su última generación. Justo al lado nos encontramos con uno de sus mayores rivales: la Efficient Machine o COE (Cab Over Engine) de la marca Freightliner.

Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

Entre las joyas de Mr. Bowman

Estas tractoras se caracterizaban por tener una mayor capacidad de carga y cabinas más compactas además de una fiabilidad que todavía hoy se recuerda. El modelo que vimos pertenecía a las series FLA por lo que el Grupo Daimler ya había tomado las riendas de la compañía pese a montar motores americanos como los Cummins, CAT y Detroit Diesel.  En su época fue un superventas y estaba disponible tanto en eje adelantado como en retrasado, un éxito en Europa por su tamaño y maniobrabilidad.

Joyas delicadas

Tal y como hemos comentado al principio del artículo a Mr. Bowman le apasionan todo tipo de vehículos y el 80% de su colección está formada por turismos. Su rancho guarda un secreto casi irreal: una Sala Corvette. Así como lo leen. Entre los garajes climatizados a 22 grados todo el año encontramos unidades de casi cualquier muscle car que haya circulado por las carreteras de los Estados Unidos pero también algún que otra joyita como un Buick de los años 40 con un propulsor de 8 cilindros en línea. Pasamos por delante de un prototipo de pick up Chevrolet presentado en el 2000 pero nos quedamos prendados de la hermosa imagen que generan los Chevrolet Corvette de cada generación hasta la actualidad. Pura historia palpable. Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

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Entre los vehículos clásicos de Mr. Bowman

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