La deuda de la compañía con sus trabajadores se acerca a los 500.000 euros.
El desmantelamiento de la firma parece estar más cerca que nunca y la incertidumbre carcome a los trabajadores de la delegación en La Rioja de Transportes Souto. Los responsables de la sucursal riojana paralizaron las operaciones después de que el grupo rompiera negociaciones con un inversor, según fuentes de la empresa que avanza larioja.com. Para no perjudicar a sus clientes, desde el 14 de febrero la actividad se ha suspendido.
Obviando los últimos acontecimientos, los trabajadores ya señalan que el último año la situación no era del todo buena. «Llevamos bastantes meses en los que se han retrasado en el pago de las nóminas e, incluso, hay pagas extras sin abonar», contó uno de los empleados. Hay que contar que de los 18 trabajadores, ocho tienen contrato laboral, siete son autónomos y otros tres son repartidores. Y la situación de los autónomos está siendo complicada: «La firma tiene la política de pagarles a 180 días y cuando están intentando cobra los pagarés del mes de septiembre se los están devolviendo». Según pueden estimar los empleados, la deuda con ellos podría alcanzar los 500.000 euros.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Fuentes de la empresa apuntan a la dependencia con los contratos con Gefco y PSA (Citroën), que ha diversificado su logística con otras firmas. Además, la puesta en marcha de otra compañía de transporte por parte de Souto, donde se está desviando buena parte de la actividad, podría ser otro motivo.
