Los orígenes históricos de Ford Trucks (Parte 3ª) Big Red el profeta del transporte actual 60 años atrás.
Hasta inicios de los años 60 del pasado siglo la Ford Motor Company era conocida principalmente por sus automóviles producidos en gran serie. No en vano la firma ofrecía modelos que iban a marcar una época, caso del deportivo Mustang, junto a otros más esforzados y populares como la típica camioneta pick up presente en cualquier pueblo de granjeros en la denominada América Profunda.
Sin embargo toda sociedad necesita de vehículos industriales, para asegurar todo tipo de transporte de mercancías. Así para crear camiones por el momento los técnicos de la Ford Motor Company por el momento habían hecho poco más que reforzar sus capaces y afamadas camionetas pick up. Ello explica series como las pick up Ford de la clase F y sus variantes Big Job. De hecho el camión tractora Ford F 900 Big Job era poco más que una variante potente, con motor diésel, transmisión y chasis reforzados respecto de las pick up convencionales.
Cuando se acercaba la Exposición Internacional de New York en 1964 desde la Ford Motor Company se decide crear un espectacular demostrador de como debería ser el transporte del futuro. No sólo se trataba de llamar la atención del gran público, en un momento en que de hecho la marca estaba ya en boca de todo el mundo. No en vano el Ford Mustang se lanzó al mercado en 1964 y fue un espectacular éxito desde el primer momento. Así mismo, a lo largo de las décadas precedentes el eterno rival de la marca, el otro gran emporio norteamericano del motor General Motors, ya había hecho algo parecido con la espectacular Parade of Progress que viajó por todo el país a lomos de una flota de 12 Futurliners.
Desde luego el proyecto del Ford Gas Turbine, más conocido simplemente como Big Red, sería lo suficientemente espectacular como para eclipsar a los Futurliner de GM. Se trataba de crear lo que sería el camión del futuro. Y de paso dar a conocer al gran público estadounidense que a partir de entonces la Ford Motor Company iba a centrarse en diseño de vehículos pesados. De ellos ya os hemos hablado en la Segunda Parte de esta Narración sobre los Orígenes Históricos de Ford Trucks.
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Profeta del futuro transporte
Debido a su acabado en rojo pronto todo el mundo conoció al Big Red de la Ford Motor Company. Resulta curioso pero este camión, único en 1964, presenta características que finalmente son propias de nuestro transporte pesado en 2021. No en vano el concepto de doble trailer actual, ECODúo por ejemplo de Schmitz Cargobull, nos recuerda tremendamente al conjunto de nueve ejes BiG RED de 1964. Sus características con 33 metros de longitud, potencia de 600 CV y una autonomía próxima a los 1.000 kilómetros, se hablaba de 600 Millas, entre repostajes son actualmente plenamente vigentes. Su peso, al totalizar 9 ejes con el mismo límite legal que los articulados de 5 ejes, debía rondar las 144.000 libras es decir unas 70 toneladas del conjunto cargado. Es más, los diseñadores de Ford Motor Company crearon una tractora, en configuración tres ejes, con una enorme cabina, dotada de suspensión neumática independiente, toda una novedad que se extendería años después a los LTL y CLT de serie. Era el concepto de piso plano especialmente pensado para el largo recorrido, que finalmente llegaría a los transportistas europeos hacia 1990 de la mano del Renault AE y Magnum. El enorme habitáculo de la tractora estaba pensado para que un equipo de dos conductores pudiera trabajar dándose relevos sin parar más que para repostar y realizar las obligadas necesidades fisiológicas. La velocidad comercial del conjunto doble remolque en autovía alcanzaba las 70 Millas/h, es decir cerca de 110 km/h. Los orígenes históricos de Ford Trucks (Parte 3ª)
El Big Red en funcionamiento
El impresionante Big RED era un auténtico profeta del futuro. Actualmente las cabinas de piso llano que en su equipamiento incluyen nevera, cafetera y cuentan con 500 CV o más son los camiones que dominan el transporte pesado de largo recorrido. Sin ir más lejos este concepto nacido en 1964, aunque con detalles propios de un prototipo, son los que encontramos en el actual F-MAX de Ford Trucks. Eso sí, en la cabina del Big Red no había una cama como tal. A cambio el puesto del copiloto era un sillón reclinable. También contaba con una mesilla retráctil y un televisor que quedaba oculto a la visión desde el puesto de conducción. La cabina disponía de un lavamanos, cocina completa e incluso un mapa de la red interestatal de autovías de los USA.
Mecánicamente el Big Red de la Ford Motor Company no abandonó la espectacularidad. Su motor no era otro que una turbina a reacción alimentada por queroseno. Este grupo propulsor, muy complejo tecnológicamente, rendía 600 CV de potencia máxima. Prácticamente el triple de lo que un camión normal, con motor diésel, en su momento ofrecía. Hay que recordar que en 1964 la industria aeronáutica norteamericana presentó modelos como el Jet Liner Boeing B-707 con motores a reacción. La turbina a reacción que dominaría a partir de aquel momento el transporte aéreo no disfrutaría del mismo éxito en el transporte por carretera. Su gran consumo, dificultad para a través de un reductor pasase de un regimen de giro superior a 30.000 rpm hasta las velocidades a que giran las ruedas no ayudaron. Tampoco el rendimiento de unos motores, las turbinas, que trabajan con dificultad a medio regimen. Ford investigó durante años la posibilidad de equipar camiones con este tipo de motores.
De hecho su turbina C-800 fue una versión más civilizada, que rendía 375 CV y fue montada sobre un par de tractoras COE W 1000, cabina sin morro, 6X4 que durante años servirían enlazando dos factorías de Ford Motor Company entre los estados de Ohio y Michigan. Sus prestaciones eran superiores, pese a la disminución de potencia, a cualquier camión de fines de los 60, pero también sus costes y consumos. Los orígenes históricos de Ford Trucks (Parte 3ª)
Prácticamente cuando desde la Ford Motor Company se decidió que los camiones impulsados por turbinas a reacción no tenían futuro se decidió realizar una gira internacional demostrando esta tecnología. Aunque sus costes y fiabilidad no los hicieran adecuados para los transportistas, lo cierto es que sus prestaciones eran espectaculares, incluso en el caso de la versión a reacción más civilizada con sólo 375 CV. Gracias a ello existen imágenes de la tractora Ford W-1000 a reacción por autopistas del Reino Unido. Los periodistas del motor de la época pudieron acceder a esta impresionante máquina. Sin embargo justo es reconocer que también en lo mecánico el Big Red fue profético. Si bien los camiones con turbinas a reacción no prosperaron lo cierto es que a partir de la siguiente década, la de los 70, hasta la actualidad las turbinas no han abandonado el transporte por carretera. Nos referimos al turbo, que ha sido el modo usual de incrementar las prestaciones de los motores de combustión interna de un modo eficiente y ahorrativo.
Pero…¿qué fue del Big Red?
Aunque durante años se pensó que el Big Red sería desguazado tras su gira de exhibición lo cierto es que su destino fue distinto. Tras la Expo de New York de 1964 el impresionante Big Red a reacción iniciaba una serie de viajes a lo largo y ancho de los USA para darlo a conocer. Durante una de dichas giras a lo largo del Sur del país la tractora sufrió una avería imposible de solucionar lejos de la fábrica. Se buscó un lugar donde recibir ayuda y poder guardar de modo seguro el gran conjunto doble trailer de 33 metros de longitud. Afortunadamente, la sede de un equipo de competición del motor norteamericano que competía con autos Ford se encontraba cerca. Allí encontraría refugio el Big Red mientras desde fábrica se trabajaba para solucionar el problema mecánico. Pasaron los días, las semanas, los meses e incluso los años. Pero ningún técnico de la Ford Motor Company regresó jamás con los recambios para revivir a Big Red. Un Big Red ya lejos del gran público desde el momento en que la tecnología de Ford Gas Turbine se abandonó.
Finalmente, cuando el equipo de carreras dejó de utilizar componentes y automóviles Ford, decidió liquidar su viejo stock de recambios y restos de antiguas glorias a través de un mercadillo. De este modo parecía haber finalizado la historia del Big Red allá por 1978. Sin embargo, en foros norteamericanos de aficionados a los camiones clásicos se supo en época reciente que un coleccionista del Sur de los USA dice ser el propietario de la tractora tres ejes Big Red y el dolly que servía para conectar los dos remolques. Dichos remolques, Fruehauf, terminaron hasta quedar fuera de uso en manos de otro equipo de competición que los utilizó durante un buen número de años. El desconocido propietario, que no ha mostrado imagen alguna del Big Red sólo dijo que el camión vuelve a estar en perfectas condiciones, gracias a que se cambió su turbina de queroseno por un bloque V8 convencional. Quien sabe, quizás el Big Red vuelva a mostrarse en público algún día…
Los orígenes históricos de Ford Trucks (Parte 3ª)
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