Las ruedas del Tío Sam Los vehículos de la II Guerra Mundial
Si los ejércitos no hubiesen logrado llevar a sus fuerzas de combate hasta la mismísima línea de frente, estuviera donde estuviera, probablemente algunos de aquellos trágicos combates no se hubiesen podido llevar a cabo. Para desgracia de las tropas y felicidad de los vencedores el transporte se revolucionó para llevar a hombres y armas por casi cualquier tipo de terreno. Por Joan Garriga
Con la entrada en Polonia de un pelotón de soldados alemanes, derribando la barrera de una indefensa aduana, prácticamente nadie en aquel momento se imaginaba la terrible caja de Pandora que aquel gesto inmortalizado por el ministerio de propaganda Nazi abría y que concluiría casi 6 años exactos después con la explosión de dos bombas atómicas en Japón. Los vehículos de la II Guerra Mundial
Se había desatado uno de esos terribles períodos de la historia en las que el único objeto de la sociedad parece ser su propia destrucción… Por el camino millones de muertos y el increíble desarrollo tecnológico que en seis años separaba los regimientos de caballería y los aviones biplanos a hélice que todavía se utilizaban en 1939, de los misiles a reacción, las bombas atómicas y otros inventos como camiones anfibios y vehículos todoterreno de todo tipo que formaban parte de los arsenales en 1945. Nos centraremos en lo que nos interesa; los medios de transporte y como los ejércitos trataron de conseguir la mejor logística para combatir en las mejores condiciones.
El Tío Sam, Uncle Sam, apodo de los United States, permanecía sin mezclarse en la guerra europea, así se conoció a la II Guerra Mundial mientras los principales combatientes fueron Alemania, Italia, Francia e Inglaterra, hasta que un mal día de diciembre de 1941 los Japoneses atacaban a los USA y con ello lograban mundializar la guerra. A continuación los americanos no sólo declaraban la guerra a los nipones sinó a todos sus aliados, lo que incluía nada más y nada menos que a alemanes e italianos, de modo que se imponía ir pensando en como iba a ser posible invadir a tantos enemigos situados en lugares tan lejanos y diferentes.
GMC: apostar a ganador
Curiosamente la globalización y las grandes industrias multinacionales ya eran una realidad en el siglo pasado. Buena prueba de ello es el caso de la General Motors, cuyos camiones GMC (General Motors Carrier) 6X6 fueron la columna vertebral de los ejércitos aliados, mientras que los Opel Blitz eran el transporte preferido por las tropas de la Alemania Nazi y Opel ya pertenecía por aquel entonces a General Motors. De hecho cuentan que cuando la Guerra enfrentó finalmente a Alemania frente a los USA ambas filiales de General Motors se separaron, pero manteniendo un acuerdo mediante el cual la filial del bando vencedor al final de la contienda bélica absorbería a la del bando derrotado. De modo que ganase quien ganase los camiones de la General Motors estarían en el bando vencedor. Finalmente la suerte y la sangre decantarían la balanza del lado de los GMC frente a sus enemigos de Opel. Los vehículos de la II Guerra Mundial
GMC aportó el que se convertiría en un auténtico clásico. Su camión 6X6 disfrutaba de 2,5 toneladas de carga útil y unas envidiables características de circulación todoterreno. Con dos cajas reductoras el camión podía escalar desniveles hasta que la pendiente le hiciera caer de espaldas. Uno de los motores que más comúnmente instalaron fue el seis cilindros de gasolina que rendía 95 CV a 2.750 rpm, lo cual conseguía que rodasen a 70 km/h. Por increíble que parezca de este camión existieron versiones para casi cualquier cometido. Algunas tan especiales como la desmontable que podía viajar en aviones de transporte y planeadores o dos que ilustran nuestro reportaje.
Tras el ataque sufrido por los USA en su base naval de Pearl Harbour quedaba claro que si había que derrotar al Imperio Nipón sería necesario desembarcar en un gran número de islotes del Pacífico que se estaban convirtiendo en auténticos búnkers… ¡Y que mejor que disponer de un camión anfibio para ello!
El Dukw, que inmediatamente sería apodado duck (pato) por las tropas escondía bajo un extraño casco marino con aspecto de pico de pato la mecánica de un camión GMC 6X6. Eso sí, flotaba y sus ruedas eran capaz de crear la corriente, junto a una hélice, para que navegase a unos humildes 10 km/h. Si los cañones del enemigo no lo hundían cada uno de estos camiones podría llevar hasta las playas del enemigo a 25 marines… Si tenemos en cuanta que la Yellow Truck & Bus, los de los School buses, fabricó entre 1942 y 1945 21.147 de estos curiosos e innovadores camiones anfibios veremos como a los enemigos del Tío Sam se les había creado un problemón bastante peliagudo.
Viajar y luchar sobre un Halftrack
Por su parte la White, si los mismos de White que terminarían absorbidos por Volvo y formando la Volvo Trucks de Norte América actual, sería la encargada de la versión de más armas tomar de los populares camiones GMC. Nos referimos al semioruga, el halftrack, que en vez de ejes traseros incorporaba cadenas como cualquier tanque y además recibía un blindaje ligero para defender a la infantería durante los combates. De estos camiones existirían variantes armadas, ya sea con ametralladoras pesadas o cañones. No eran ni rápidos ni cómodos, pero a cambio sólo se les podía detener a cañonazos… Eso sí, terminaron por ganar la Guerra o al menos lo hicieron quienes los manejaron, con todo el sacrificio y el esfuerzo que fue necesario.
¿Cómo hacerlo sin el Willys?
Ya en 1941 los militares americanos habían intuido la necesidad de disponer de un camión ligero de transporte, con un cuarto de tonelada de capacidad de carga, que tuviera tracción 4X4 y por tanto capacidad de circular a elevadas velocidades por terrenos complicados. La Guerra Europea se desarrollaba en montañas y campos, lejos de las modernas autopistas alemanas, las autobahn que habían sido uno de los orgulllos de Hitler en la preguerra. Así los militares estadounidenses se preparaban por si debían acceder al combate a través de campos embarrados y sin nada parecido a una carretera en el horizonte. Una empresa automovilística denominada Jeep ofrecía un diseño: Había nacido el Willys, toda una leyenda y el origen de los 4×4 tal y como hoy en día los conocemos. Los vehículos de la II Guerra Mundial
Sin embargo pronto quedaba claro que el transporte todoterreno de un ejército como el US Army iba a necesitar mucho más que un Jeep con capacidad para cuatro plazas o 250 kilogramos de carga…
Los todoterreno pesados Dodge
Los requerimientos para luchar no cesaban de crecer, si el Willys era como un potro desbocado, otros requerían vehículos mayores con más capacidad de carga, adecuados incluso para un mando móvil y que además contasen con un cable y un torno accionado por la propia transmisión del vehículo para rescatar a quien quedase por el camino. Dodge creó millares de vehículos como el WC57 que ilustra este artículo. Dicho 4X4 con motor de gasolina cargaba 800 kilogramos, tenía un peso total de 2.560 kilogramos y su longitud total era de 4,46 metros. Su ancho era de dos metros y la altura, con el toldo de lona, llegaba a los 2.07 metros. Aunque hoy en día las mamás utilizan todoterrenos mayores para llevar a su prole al colegio lo cierto es que las tropas americanas preferían los ligeros Jeep Willys, mucho más ágiles y maniobrables.
Con la misma base mecánica se desarrolló un Dodge 6X6, aquí vemos uno del modelo WC63, que también incorporaba torno con cable para rescates. Este auténtico camión todoterreno, no en vano tenía tres ejes dotados de tracción, veía crecer su peso total hasta los 3.250 kilogramos. Vamos, un camión ligero pero adecuado para el transporte de armamento y munición que todavía era bastante compacto, 5,72 metros de longitud total, y podía por tanto meterse en lugares realmente complicados. Todo ello transportando hasta 1.500 kilogramos de carga útil.
Dodge creó una extensa familia de camiones ligeros todoterreno de dos y tres ejes que se fabricaron por centenares de miles de unidades y se emplearon como talleres móviles, vehículos de mando, ambulancias, transportes de tropas, etc. Existieron muchas variedades y en todos los casos sus motores eran alimentados por gasolina, con cilindradas que iban desde los 3.294 cm3 en las primeras unidades hasta los 3.957 cm3 de los modelos con más capacidad. Existieron mecánicas en versiones de 79, 78, 92 y 99 CV de potencia máxima, aunque desconocemos que requerimientos militares hacían necesario disponer de motores con un CV de diferencia entre versiones.
Los vehículos de la II Guerra Mundial
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