Los mini Pegaso de Josemaría
Nuestro protagonista de hoy se gana la vida al volante de un camión hormigonera, es un camionero de tradición que heredó el amor por este oficio de su padre, empezando cuando era joven al volante de un Pegaso “cabezón”. Texto: Joan Garriga Fotos: J.G/Arantxa Fuertes
En la actualidad José María sigue trabajando con un camión hormigonera, a sus 40 años podría haber perdido su amor por el oficio como tantos otros, cayendo en la rutina, aunque él es diferente. No hay más que dejar que nos enseñe a su “niño”, con permiso de sus gemelas de 8 años, para darnos cuenta de lo mucho que a este hombre le gustan los Pegasos y las hormigoneras.
Ver un Pegaso Tecno 2323.26K hoy en día no es ya tan habitual como en años pasados, se trata de un chasis específicamente diseñado para trabajar con hormigonera, en variante tres ejes y tracción 6X4. Este camión tuvo su momento de máxima gloria en los años 90 y con sus 230 CV era un claro exponente de lo habitual para aquel entonces en este segmento: “Yo trabajé con este mismo camión, en la empresa con que lo ves pintado y con una hormigonera Reycoma.”
Exposición en el maletero
No nos encontramos ante un pudiente coleccionista de camiones clásicos, no, pues José María nos muestra su querido Pegaso, “mi niño” como él se refiere a la criatura, expuesto sobre la bandeja del maletero de su turismo. Y es que el Pegaso Tecno hormigonera es una maravilla a escala, realizada desde cero, artesanalmente siguiendo los planos de un Tecno 2323.26K, que el propio José María puede soportar en sus manos. Nuestro
amigo no lo admite, pero estamos ante un auténtico privilegiado, un virtuoso del maquetismo capaz de reducir la realidad para reproducirla a escala. Si buscáis una maqueta en el mercado de este modelo, descubriréis con tristeza que no existe. No, aquí se ha trabajado en metal y plástico primero creando las piezas, pintándolas y luego realizando el ensamblaje durante cientos de horas, paso a paso, prácticamente como en un camión real.
“Me gusta que todos los detalles correspondan a la realidad, eso hace que una maqueta tenga vida porque al mirarlo ves su camión real. Pero claro da mucho trabajo. Un ejemplo lo ves en la suspensión de los ejes traseros que funciona como en el camión real.
Verás que las ballestas se han hecho a partir de laminillas metálicas que reproducen el funcionamiento de unas ballestas auténticas y con alambre del grosor adecuado se las ha agrupado como un paquete real de ballestas.”
La admiración crece observando esta cabina, para levantarla y poder admirar el minimotor, debemos primero levantar la calandra delantera, como en los Pegaso Tecno reales. Si abrimos la puerta de la cabina observamos su volante con el logo de Pegaso, la trampilla de ventilación en el techo con las mismas barras de apertura que en la cabina de cualquier Tecno del mundo real… En definitiva, todos los detalles que la memoria de nuestro
protagonista de hoy conservaba después de años y años de trabajar al volante de su querido Pegaso. Una memoria que junto a unas manos privielgiadas hacen realidad joyas como la que hoy nos enseña.
Minibarajas a pleno rendimiento
El estudio de este maestro maquetista es algo así como una mini fábrica de Barajas, ya que sus obras se han concentrado principalmente en maquetas de Pegaso. Buen ejemplo de ello son un Pegaso Troner 400 TX, con el detalle habitual de la casa, pero también el próximo proyecto en el que José María ha puesto sus energías;
reproducir el primer camión con el que trabajó, el Pegaso 3060, un “cabezón” de tres ejes hormigonera en configuración 6X4 que a buen seguro constituirá una nueva maravilla del maquetismo camionero. Un auténtico homenaje a los camiones del caballo alado que durante tantos años reinaron en las rutas españolas.