Por: Gemma Garcia
Probamos el Clase X, el primer pick-up de Mercedes-Benz, que sabe desenvolverse a la perfección tanto sobre el asfalto como fuera de él.
Quien no arriesga, no gana. Y sino que se lo digan a Mercedes-Benz, que no ha dudado en lanzarse a la piscina con el que, quizá, se haya convertido ya en uno de sus modelos más atrevidos. Así, el fabricante de Stuttgart ha lanzado al mercado su primer pick-up, aunque con una imagen muy distinta de la que teníamos hasta ahora de este tipo de camionetas. Con un estilo refinado, unos acabados de máxima calidad y un equipamiento más propio de un vehículo de alta gama, el Clase X 250 d 4MATIC que hemos probado nos ha enseñado que las apariencias engañan y que ser un pick-up no va reñido con el gusto y la distinción.
RESUMEN DE LA PRUEBA
Destaca el confort gracias, en gran parte, a sus asientos con regulación electrónica y apoyo lumbar.
– El Clase X ha cuidado los elementos de seguridad, equipando la frenada de emergencia, la llamada de emergencia, el control de presión de neumáticos, el asistente de carril y el reconocimiento de señales de tráfico.
– Pese a sus dimensiones, el pick-up de Mercedes-Benz ofrece una experiencia de conducción tranquila y relajada.
FICHA TÉNICA MERCEDES-BENZ CLASE X
– Motor: X 250 d, de 2.3 litros, cuatro cilindros y biturbo, con 190 CV a 3.750 rpm y un par máximo de 450 Nm a 1.500 rpm. La aceleración de 0 a 100 km/h es de 11,8 segundos.
Chasis y capacidades:
– Longitud total de 5,277 metros, un alto de 1,839 metros y un ancho de 1,92 metros.
– Carga máxima de 3.250 kilogramos, peso remolcable sin freno de 750 kilogramos y peso remolcable con freno de 3.500 kilogramos.
IMPRESIONES DEL PROBADOR
El Mercedes-Benz Clase X podría definirse fácil y rápidamente comparándose con el Nissan Navara, puesto que el pick-up alemán está basado en el modelo japonés. Sin embargo, si así lo hiciéramos, no haríamos justicia a las características específicas del Clase X que, sin duda, logran diferenciarse lo suficiente de las del Navara i definir un carácter propio y diferenciado de cualquier otro pick-up que pueda parecérsele en la forma. Asimismo, el hecho de compartir ciertas similitudes con el superventas asiático no debe tomarse como algo negativo, sino más bien todo lo contrario, pues el Clase X demuestra estar tan a la altura como el modelo de Nissan, pero ofreciendo algo más de exclusividad al usuario.
Además, el Clase X comparte algo más que los genes con el Nissan Navara. Y es que ambos se fabrican en la misma planta de Nissan en Barcelona, donde también se produce el Renault Alaskan. No obstante, esto no se ha convertido en impedimento para que la firma de la estrella haya sabido encontrar el equilibrio perfecto, heredando el chasis del modelo japonés, pero siempre manteniendo su propio ADN en elementos como las suspensiones, la dirección y los sistemas de ayuda a la conducción.
No se puede negar que el Mercedes-Benz Clase X llama la atención. Al salir a la calle con él, notamos como multitud de ojos de otros usuarios y conductores se posan sobre el pick-up que conducimos, ya sea por el hecho que no estamos demasiado acostumbrados a ver este tipo de vehículo paseando por las calles de la ciudad o por sus dimensiones, llegando a medir 5,28 metros de longitud. A todo esto, se suma el llamativo color rojo que recubre la carrocería del Clase X.
UN PICK-UP POCO CONVENCIONAL
Su diseño interior sorprende por no parecerse a la idea que normalmente se tiene de cómo es el interior de un pick-up convencional. Sin embargo, se asemeja más al de cualquier otro modelo de Mercedes-Benz. Concretamente, al de los SUV y los TT de la marca. De esta manera, el Clase X demuestra que se puede tener un pick-up de inspiración Premium, contribuyendo a ello su generosa parrilla, los cromados del paragolpes y los faros con tecnología de tipo LED, así como el acabado Power de nuestra unidad de pruebas.
A los acabados, no les falta ningún detalle imprescindible. Y los asientos de nuestro vehículo, que cuentan ajuste eléctrico y apoyo lumbar, desprenden confort y comodidad por los cuatro costados. Lástima del símil de cuero que recubre los asientos que, en días de mucho calor, nos ha hecho sudar de más a pesar de la potencia del aire acondicionado. Otro aspecto con margen de mejora son los botones del salpicadero que, a nuestro parecer, se encuentran demasiado bajos a los ojos del conductor.
MOTOR CON MUY BUENA RESPUESTA
El Clase X está disponible con dos motores de cuatro cilindros. El X 220 d de 2.3 litros, turbo y 163 CV y el X 250 d de 2.3 litros también, pero biturbo y 190 CV. Nosotros hemos probado este último 250 d 4MATIC más potente, aunque ambos dan la posibilidad de elegir entre enviar la fuerza al eje trasero o a los dos mediante la tracción integral acoplable. La sensación con la que nos hemos quedado al acabar de conducirlo es muy positiva, puesto que el motor ofrece una muy buena respuesta, a pesar del peso del conjunto, que no es precisamente poco. En cuanto a los consumos, hemos contado 9,2 litros a los 100 kilómetros en ruta urbana, 7 litros en ruta extraurbana y 7,8 litros en ruta mixta.
Nos quedamos con las suspensiones, que filtran las irregularidades del terreno con nota, agitándose el vehículo solamente al pasar por aquellos baches más pronunciados, y superando con diferencia en este aspecto a sus rivales más directos del mercado.