Mercedes Benz Museum colección de clásicos

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Las rarezas de Stuttgart  Mercedes Benz Museum colección de clásicos

El Mercedes Benz Museum contiene una increíble colección de vehículos.

El interior del museo nos recibe con una explosión de clásicos prototipos.

 

Visitamos la colección de vehículos históricos Mercedes Benz, en uno de los museos más interesantes a nivel mundial centrados en la automoción. Eso sí, nos hemos fijados sólo en una pequeña parte de los vehículos allí expuestos:  Se trata de las mayores rarezas que hemos podido encontrar realizando un repaso a la historia de vehículos industriales Mercedes Benz. Mercedes Benz Museum colección de clásicos

El museo Mercedes de Stuttgart contiene todo tipo de vehículos con mecánica Mercedes.

 

En Stuttgart Mercedes Benz ha creado un impresionante museo dedicado a dar un repaso a su impresionante trayectoria en el mundo de la automoción, donde a través de nueve plantas el público viaja a través de más de un siglo de historia. Ello es posible gracias a una exposición que incluye 160 vehículos y 1.500 objetos relacionados con ellos. Como no podía ser de otro modo los vehículos industriales forman una parte fundamental de esta historia y entre ellos encontramos auténticas rarezas en esta constelación de estrellas.

Un TAXI con muuuucho maletero

La curiosa versión taxi del Mercedes Benz New Actros frente al museo.

 

Ya nada más acercarnos al museo tendremos muy claro que los camiones forman parte fundamental en la historia y el presente de la marca, tanto que a la entrada del museo descubrimos una parada de taxis única en el mundo. Y es que una tractora perteneciente al actual emblema de la casa, el New Actros, ha sido adaptada y personalizada con el característico color crema de los taxis alemanes… Desde luego nos tememos que la carrera a cobrar resulte algo más costosa que en un vehículo cuyo motor tenga 10 litros menos de cilindrada, además en su cabina sólo cabe un pasajero. A cambio la peculiar versión taxi del New Actros puede ofrecer a su único pasajero un confort sin igual, puesto que ofrece cama, nevera y otras lindezas fuera del alcance de un taxi convencional, junto a una auténtica ventaja inigualable… ¿O es que habéis visto muchos taxis con mayor capacidad de equipaje que una tractora New Actros para 40 toneladas de peso total?

Competición para los pesados

Resulta impresionante observar de un vistazo la huella de Mercedes Benz en el mundo del motor.

 

Mercedes Benz no es que sea una marca tradicionalmente ligada a la competición, sinó que incluso su nombre, Mercedes, se debe al apodo sobre un Daimler de carreras de principios del pasado siglo. Prácticamente no hay una especialidad del mundo del motor donde no haya participado algún Mercedes y ello también ha implicado a una exclusiva selección de camiones…

El Atego de mediados los 90 conducido por Ludovic Faure.

Steve Parrish llevó a lo más alto este Mercedes 1850 con los colores de BP.

 

A lo largo de los años 30 los característicos bólidos de la marca alemana  gris metalizado se ganaron el apelativo de Flechas de Plata… Superado el bache de la Segunda Guerra Mundial en 1955 Mercedes Benz volvía a estar implicada al máximo nivel en las carreras del motor. Y sus bólidos necesitaban un transporte veloz, a su mismo

El Transporter para las Flechas de Plata, el camión ligero más veloz en 1955, alcanzaba los 170 km/h.

 

nivel, para alcanzar los circuitos de carreras. La solución llegó a modo de increíble Schnelltransporter (Furgoneta rápida), un ingenio que parecía una nave de relato de ciencia ficción cuando veía la luz en 1955. Si se trataba de transportar coches de carrera a la máxima velocidad, no se puede negar que los ingenieros de Mercedes lo lograron. Para impulsar su joya no se andaron con chiquitas, tomaron el motor de sus deportivos SL de tres litros alimentado a gasolina y se lo pusieron en posición central a su Schnelltransporter. La maquinita alcanzaba los 170 km/h de velocidad punta, quedaba claro que si las Flechas de Plata no ganaban una carrera no sería por llegar tarde a la línea de salida. Mercedes Benz Museum colección de clásicos

Tras esta bella cabina se esconde el motor tres litros de gasolina del Mercedes SL.

Además de una pieza única estamos ante una auténtica obra de arte.

 

La aportación de los camiones a la competición de Mercedes no quedaría ahí, tal y como la pista de competición nostálgica en este museo nos deja más que claro. Y es que junto a fórmulas 1, coches de la Indy Car y otros del DTM podemos admirar las tractoras, con los colores de BP y Esso, con los cuales Steve Parrish y Ludovic Faure brindaron grandes momentos al deporte de los motores más grandes.

Este camión ligero contaba con un motor a gasolina de 190 CV y fue un modelo único.

 

La telefonía móvil en 1938

En la actualidad consideramos normal llevar un pequeño, ultramoderno y carísimo artilugio en el bolsillo que no sólo nos permite telefonear desde prácticamente cualquier lugar sinó que además dispone de internet, mensajería móvil, etc. Las cosas eran muy distintas en 1938, cuando el servicio de Correos y Telégrafos Austríaco decidía actuar como pioneros y pensar en acercar sus modernos servicios de correos, telegrafía y teléfono a las poblaciones más aisladas de aquel país alpino.

Este furgón postal de 1939 se creó a partir de un chasis tres ejes para bus Mercedes O 10.000.

 

Este antediluviano servicio de correos, telegrafía y telefonía móvil desde luego iba a abultar mucho más que los actuales aparatitos. Tanto era así que la oficina móvil de correos y telégrafos, que además incluía varias cabinas telefónicas en su carrocería, se instaló sobre un espectacular chasis de la serie O 10000. La letra O, de Omnibus, identifica a los buses de Mercedes Benz y el modelo elegido era un majestuoso chasis tres ejes del mayor

Como en toda oficina postal el furgón de correos dispone de buzón.

La novedad eran las cabinas telefónicas que también formaban parte de la carrocería.

 

modelo de camión y autocar que la marca alemana mantuvo en producción entre 1937 y 1941. Este vehículo fue un ejemplar único, trabajó realizando una ruta fija en las inmediaciones de Salzburg, y podía alcanzar los 65 km/h gracias a su motor de 11.197 cm3 que rendía la impresionante cifra de 150 CV a 1.700 rpm, realmente relevante en la década de los años 30 del pasado siglo. Eso sí la oficina de correos llevaba sus sacas a cuestas, en la espaciosa carrocería, pero para funcionar el telégrafo y las cabinas de teléfonos los técnicos debían conectar sus aparatos a los hilos de la línea fija de las poblaciones donde acudía a prestar sus servicios.

El viejo furgón postal 6×4 disponía de un motor diesel de 11,2 litros que rendía 150 CV.

 

¿Es un autobús o un camión carrozado?

Prácticamente hasta los años 60 del pasado siglo lo usual era que los carroceros fuesen quienes realmente diferenciaran un camión de un autobús, puesto que las únicas diferencias mecánicas de importancia solían quedar en poco más que una relación de cambio algo más abierta y unas ballestas con menos hojas, para el transporte de viajeros. De esta configuración, nacían buses con impresionantes morros y partes frontales del habitáculo que eran prácticamente idénticos a sus camiones equivalentes. Mercedes Benz Museum colección de clásicos

Omnibús argentino Mercedes Benz de 1969…

Con muchos rasgos en común con los camiones de morro de la misma época.

 

Uno de los últimos ejemplos de este tipo lo encontramos a modo de venerable bus urbano argentino que forma parte de la colección del museo Mercedes gracias a la donación de Héctor Prieto, quien al jubilarse donó su Omnibus de 1969, Mercedes LO1112, con el cual pasó gran parte de su vida realizando viajes por los barrios bonaerenses de MIbarrio, Madreselva y Perlita. Este bus fue un morro corto, con su motor de 5,1 litros rendía 120 CV a 3.000 rpm y podía alcanzar los 97 Km/h. Resultan evidentes sus similitudes con el camión volquete

Durante décadas buses y camiones compartieron estructura principal.

 

Mercedes Benz más característico de la época, el LK 338 cuyo capot es ligeramente mayor para alojar un seis cilindros de 10.809 cm3 que rendía 180 CV a 2.200 rpm. El camión resultaba más lento, alcanzaba los 75 km/h, pero a cambio podía transportar 7.500 kilogramos.

Como un cochecito de control por cable…

¿Dos coches unidos por cables?

 

Si vamos luciendo canas y nos gusta el mundo del motor seguro que un juguete estrella de nuestra niñez fue uno de aquellos coches o camiones en miniatura que funcionaban a pilas y se accionaban con una especie de pequeño volante desde un mando que se conectaba mediante un cable al cochecito en cuestión.

El vehículo familiar, tenía una conexión de cables eléctricos…

Para conectar los ordenadores de recogida de datos.

 

Pues bien, antes que la miniaturización de los componentes electrónicos y las comunicaciones inalámbricas formasen parte de la realidad los ingenieros de Mercedes idearon una especie de cruce entre limusina, Papamóvil y antecesor de los actuales Viano. El vehículo en cuestión equipaba una curiosa salida de cables en su techo, que comunicaba los aparatos electrónicos situados en su habitáculo con el sistema eléctrónico del vehículo al que seguía. Sí, así, en convoy y conectados mediante cables, en las pistas de prueba se lograba de este modo grabar los resultados de los primeros ensayos de sistemas  antibloqueo de frenos, medir aceleraciones, etc. Suponemos que debía ser realmente emocionante ser el técnico encargado de realizar dichas mediciones.

Los conductores de ambos vehículos requerían gran cordinación.
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