El fundador de Tesla, Elon Musk, presentó hace unos días el primer camión eléctrico de la firma que llegará en 2019 con 800 kilómetros de autonomía y conducción semiautónoma.
Como solía hacer Steve Jobs en sus grandilocuentes presentaciones de nuevos dispositivos móviles Elon Musk, cofundador y director ejecutivo de Tesla, PayPal, Space X y Hyperloop entre otras, se plantó encima del escenario para contentar a la enorme masa social que sigue todos sus pasos en cualquiera de sus proyectos. El más conocido es, sin duda, Tesla. Esta start-up, que ya tiene poco de empresa recién nacida pero que mantiene ese status de cara a la galería por su inversión en nuevas tecnologías, se lanzó a la conquista del vehículo eléctrico y autónomo de lujo con el Model S, Model X y el recién presentado Model 3. Lo suyo es diversificar y sorprender, de eso no cabe duda. Por eso cuando subió un camión a la palestra consiguió que el mundo entero se centrara sólo en él.
El Tesla Semi, un vehículo comercial eléctrico para el transporte de carga con una autonomía de 800 kilómetros y tecnología de conducción semiautónoma. Pero no nos adelantemos. Su estética futurista tiene un objetivo claro, conseguir un coeficiente aerodinámico de 0,36 Cx, al nivel de cualquier superdeportivo. Su figura redondeada, con la presencia de unas pocas nervaduras, consigue que el aire fluya por su frontal reduciendo ya de paso el consumo a 1,25 kWh el kilómetro. En su interior el conductor se sitúa en el medio (como en los míticos McLaren F1 que tenían dos asientos traseros y laterales) y la digitalización es la protagonista de su habitáculo. Para empezar no tiene retrovisores, que han sido sustituidos por pantallas de 15 pulgadas que informaran de todo lo necesario y desde la que se gestionara el Autopilot. Este sistema de conducción semiautónoma es la punta de lanza de esta compañía y tratará de facilitar la vida a los camioneros y reducir drásticamente los accidentes.
Como es de esperar, su propulsión eléctrica es otro de los grandes argumentos del Tesla Semi. La autonomía de 800 kilómetros todavía está lejos de las que prometen otros fabricantes como Nikola Motors (1.900 kilómetros en el Nikola One) pero también lo hace más creíble y producible. Las baterías podrán ser cargadas en tan sólo 30 minutos para alcanzar los 600 kilómetros y en una opción menor de recarga se conseguirán 480 kilómetros, los justos para llegar al almacén. La firma asegura que el conductor que quiera acceder a este camión 6×4 con una aceleración cero a 100 kilómetros por hora en 5 segundos y una velocidad máxima de 105 km/h ahorrará, además, hasta 200.000 dólares en costes. Veremos por cuanto sale en 2019.
