El camión convertido en superdeportivo
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Debería ser una consecuencia lógica. Estás de pie delante de una máquina impresionante…Los escapes salen por los lados del capot, el enorme motor empequeñece la cabina y en el frontal luce la carismática marca Peterbilt. Sin embargo, tras el primer vistazo pocos se atreverían a llamar camión a este espectacular peso pesado de los american hotrod.
Texto:Joan Garriga
Fotos: J.G./Arantxa Fuertes
Todo aquel que ama los camiones debería, al menos una vez en su vida, poder acudir a una reunión de camiones decorados como las que se celebran en los USA. Allí descubres que los cromados y accesorios que pueden instalarse sobre un camión no tienen más límites que lo que unos camioneros muy apasionados, que además disponen de bolsillos bastante abultados, sean capaces de imaginar. Eso sí, cuando en una de esas concentraciones un vehículo destaca y es capaz de admirar a todo el mundo, dejando a los expertos y curados de casi todo espanto truckers sin habla, es que nos encontramos ante algo realmente excepcional.
¿Esto qué es?
El Sneaky Pete suele causar este efecto. La gente pasa frente a él, a unos puede parecer primero un deportivo, una especie de Dodge Viper tamaño XXXL, a otros una tractora exquisitamente tuneada de perfil rebajado y a otros la restauración del batmóvil que usaba Batman, el Hombre Murciélago, en los años 30 cuando aparecía el personaje de comic por primera vez.
Pero lo cierto es que la vista no engaña, se trata de un deportivo clásico estadounidense. Pertenece a la clase más elitista del Hotrod, un estilo, una religión dirían algunos, que consiste en personalizar vehículos empleando componentes de época y todo el capital e imaginación de que se disponga.
La cara de sorpresa nos delata, la mano se va instintivamente a la cámara y empezamos a disparar…Un tipo con mostacho y cara risueña se divierte observando nuestra admiración. Lo vemos allí plantado junto a esta bestia de doce cilindros en V y algo en él nos llama poderosamente la atención. Se trata de la única persona alrededor del Peterbilt plateado que no muestra una sensacional expresión de sorpresa. Hablamos con él y descubrimos en Randy al orgulloso diseñador, constructor y propietario, hasta que surja un comprador, de esta criaturita. No podemos evitarlo, nuestra primera pregunta no nos ha dejado precísamente como expertos. Tras el triste «¿Esto qué es?» Randy Grubb nos presenta el Sneaky Pete, la última criatura creada que puede definirse como Blastolene.
Randy se presenta así:»Bueno, puede decirse que este vehículo es un Peterbilt, pues se han empleado partes de un modelo narrow nose(nariz estrecha) de 1960. Pero esto no es un camión, sinó un Blastolene, una clase muy especial de hotrod. La verdad es que más que hablar de un coche o de un camión yo prefiero definir esta máquina como una obra de arte. Una escultura totalmente funcional. Se trata de una joya de arte. De hecho yo mismo me considero más un escultor antes que un mecánico, aunque lo hice casi todo yo mismo en el garaje de mi casa en Oregón. Hace 11 años que me dedico a crear los Blastolene y éste es el cuarto que hice. Esta máquina, este camión si prefieres denominarlo así, el único fin que tiene es su disfrute y admiración. Es auténtico arte sobre ruedas con un diseño exclusivo. Por si te interesa está en venta, tardé 3.500 horas en terminarlo, de modo que cuesta 350.000 dólares.»
A precio de lampista
Bueno, 100 dólares la hora no parece tan caro, visto lo que cualquier incompetente trata de cobrarte en cuando se te avería algún cachivache, pero lo cierto es que conocer el precio de este Peterbilt de 1960 restaurado, aunque ahora se haya convertido en una escultura funcional, nos ha dejado sin habla. Son algo así como 40 millones de pesetas de las de antes… En fin que no está nada mal para un Peterbilt cuya única capacidad de carga está situada en el diminuto portaequipajes de la cabina. Sin embargo Randy está decidido a que valoremos como se merece a su escultura funcional:»La clave para fabricar este vehículo fue encontrar un motor en buen estado que se le adaptara. Se trata de un viejo Detroit Diesel V12 alimentado por gasolina de dos tiempos y 500CV de 1963.
Estos motores se utilizaban en los camiones GMC de entonces y aunque ahora no parezca muy potente tiene un tacto muy especial. Los dos tiempos entregan la potencia de un modo más brusco. Éste además cuenta con dos turbocargadores. Los que han probado el vehículo le llaman el Yamaha…¡Hay que ir muy atento para dominarlo! Se conduce como una moto gigante, por eso le hemos puesto ruedas muy pequeñas delante y anchos neumáticos detrás donde tiene la tracción. Vivo en el salvaje oeste, ahí todavía podemos salir a pasear por las montañas y conducir vehículos como éste. Lo puedes matricular legalmente en los USA y salir a rodar. Gracias al diferencial trasero con relación 2:69 tiene una velocidad máxima de 140 millas por hora(Algo más de 220 Km/h). Así que estamos ante un auténtico Hotrod, con todo su estilo salvaje listo para ser disfrutado.»
Bueno, escuchando a Randy queda claro que lo único que nos queda por hacer es ahorrar unos cientos de miles de dólares y, sobretodo, aprender a conducir al estilo del salvaje oeste.
Sino fuera por las fotografías que ilustran este artículo y la web que el propio Randy nos indicó donde podríamos averiguar todo lo que se esconde tras la expresión Blastolene, lo cierto es que podríamos creer que no se trata más que el fruto de alguna extraña pesadilla donde los Peterbilt se convierten en deportivos.
Lo cierto es que Blastolene es una palabra inventada por los propios Blastolene brothers, dos artistas que así se denominan; el propio Randy Grubb y Michael Leeds. Con la expresión Blastolene tratan de definir eso que sientes cuando admiras una de sus criaturas: sorpresa, sensación de descomunal maravilla, libertad, ilusión propia de un niño…Las criaturas mecánicas que se muestran en dicha web son así de sorprendentes, algunas combinan piezas de camión con otras de motocicletas, otros son una especie de antiguos deportivos creados hoy en día con mucha más potencia de la que en su día pudieron tener… En la web podemos observar todas sus creaciones, algunas pertenecen hoy en día a las colecciones de grandes estrellas de Hollywood y la televisión estadounidense y, todas ellas, son auténticos sueños automovilísticos hechos realidad. Vamos, lo que Randy y su colega Michael denominan auténticos Blastolene.
El Sneaky Pete de Randy en Youtube:
Lo bueno del vídeo es descubrir como suena un inmenso motor de 12 cilindros a gasolina y dos tiempos, es una moto de carreras gigante. Randy nos lo enseña manipulando el acelerador de mano. El vídeo está disponible también en youtube y podéis acceder a él a través del canal youtube de encamion.com en la sección de enlaces.
Cruce de Peterbilt y tanque M50
Aunque no resulte tan elegante ni veloz, por poco esto último, este Peterbilt que ha participado en la última edición de la carrera pseudo legal The Great American Race es otro miembro de la exclusiva categoría de los Hotrod creados a partir de un Peterbilt. En este caso su motor es un descomunal diesel obtenido de un viejo carro de combate y cuya potencia se aproxima a los 1000CV. La suspensión ha sido reforzada para darle cierta capacidad todoterreno, convirtiéndolo en una especie de buggy gigante.