Volvo FL12, el aliado para el campo

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Un camión para todo

La vida acelerada de las grandes ciudades, los timmings apretados y el bullicio son, a menudo, el motivo de escapadas familiares al campo. La paz, la tranquilidad y la naturaleza reclaman su espacio en el alma y la mente pero ese espacio, tan utópico para los urbanitas, no surge de la nada. La comida de nuestros platos o la energía verde que ilumina nuestras casas son recursos que se extraen de ese entorno de calma a media. De eso nos dimos cuenta cuando visitamos a Yonathan Mendoza, un joven que trabaja como hombre acordeón en Huerga de Graballes (León) al volante de un Volvo FL12 6×2.

 

Visitamos a Yonathan Mendoza, un joven que trabaja como hombre acordeón en el campo al volante de un Volvo FL12 6x2.

 

La jornada laboral de Mendoza no puede ser sinónimo de aburrimiento. Al contrario que en muchas oficinas de ciudades como Barcelona o Madrid, este amante de su tierra disfruta de la variedad que aporta una zona repleta de pequeñas obras vinculadas a fincas, energías renovables, terrenos agrícolas y granjas. Una jornada puede ser completamente distinta a la otra, un día con la excavadora, el otro moviendo tierras para el siguiente preparar el terreno ante la instalación de gigantes molinos eólicos. Ante tal disparidad Yonathan se plantó en la campa de su concesionario en busca del camión más versátil posible. Ahí estaba el Volvo FL12 con volquete.

 

Volvo FL12 6x2.

 

Una pequeña flota

Ante dicha diversidad el camión sueco se ha convertido en transporte para su maquinaria y herramienta de trabajo a partes iguales. Tal y como él mismo nos explicó: “En mi trabajo lo más importante casi nunca es el transporte, pero sin mi camión me sería imposible trabajar”. Mendoza utiliza el Volvo FL12 como remolque para sus máquinas: una retro, una excavadora compacta y una mini, ideal para crear canalizaciones.

 

Visitamos a Yonathan Mendoza, un joven que trabaja como hombre acordeón en el campo al volante de un Volvo FL12 6x2.

 

“La retro es demasiado pesada para este tres ejes, pero las otras dos las llevo a los lugares de trabajo siempre montadas en la caja del Volvo”, nos comentó mientras nos mostraba como descargaba su excavadora dispuesto a completar otra jornada laboral. Pero no sólo sirve como vehículo de “segunda”, el FL12 y su volquete le convierten, también, en el hombre al que llamar en las obras para cargar con los materiales y desescombrar.

 

Volvo

 

Antes de entrar en las entrañas de su modelo más longevo no pudimos evitar sentirnos atraídos por sus pequeñas bestias. Las manos de este piloto tienen que estar más que entrenadas y preparadas para cambiar el chip, del camión a la excavadora y viceversa. Del volante a las palancas que accionan la cuchara trasera y la pala excavadora de su compacta JCB de tracción 4×4. Su agilidad y delicadeza nos dejó anonadados, ¡Normal que el Volvo luciera como si estuviera por estrenar!

 

Visitamos a Yonathan Mendoza, un joven que trabaja como hombre acordeón en el campo al volante de un Volvo FL12 6x2.

 

La unidad que nos incumbe luce con orgullo su veteranía en el campo con un marcador impoluto que firma 800.000 kilómetros. Su historia se remonta a finales de los 90’s y se ha servido de su versatilidad para alzarse como uno de los más funcionales de la gama sueca. El bloque de 12 litros que monta pertenecía a sus hermanos mayores de la Serie F y FH y sus 340 CV de potencia pueden parecer cortos en la actualidad pero son suficientes para la situación habitual de Yonathan.

 

Volvo FL12 6x2.

 

Volvo FL12 6x2.

 

“Acudí a una empresa para ver unas máquinas y tenían este camión allí aparcado. Lo ví y enseguida llegamos a un acuerdo. Se adapta muy bien a mi trabajo” recuerda el leonés. Una de sus ventajas más notables es la altura. Nos comenta que muchas de las fincas en las que trabaja tienen árboles de copa baja, un reto complicado incluso para muchas furgonetas y que su “camión de 26 toneladas supera sin problemas”.

 

Volvo FL12 6x2.

 

De nuestro día con este mix impecable (trabajador-camión) destacaríamos dos cosas: la versatilidad del vehículo y la incesante carga laboral de una zona que parece vivir en pause. La primera la pudimos comprobar en primera persona tras una lluviosa jornada en la que su chasis 6×2, sin tracción doble en el carro trasero, pudo con todo lo que se puso por delante. El mismo nos explicó que cuando el terreno se pone complicado le basta con elevar el tercer eje de apoyo. Eso sí, calzando unas buenas gomas de tacos.